Salvaje Oeste
El lejano oeste ha tenido, desde hace años, su cuota de protagonismo en los videojuegos. Emular a los vaqueros y su sed de venganza se ha podido hacer desde tiempos inmemoriables. Con la inminente salida de Red Dead Redemption queremos echar un vistazo a la historia de los Western en la industria de los videojuegos.
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El crecimiento y auge de este tipo de películas no tenía en cuenta, por ejemplo, el papel de los pieles rojas, meros enemigos sin alma a los que se debía exterminar por el bien de todos. No fue hasta poco antes de 1950 que se empezó a mostrar al indio como un personaje noble, con familia, sentimientos y la consecuente puesta en duda sobre los actos de los blancos. Hay, en este sentido, un símil en los primeros pasos y crecimiento del género cinematográfico con el inicio de los primeros videojuegos ambientados en el western, en el que por claros motivos de potencia técnica, la simpleza argumental tampoco profundizaba. Acabar con los enemigos que aparecieran, podían ser bandoleros como en Badlands (1984) o pieles rojas como pasaba en Gun.smoke (1985). Lo cierto es que a diferencia de la industria del cine, en lo que videojuegos se refiere la acción sin demasiadas preguntas ha sido la tónica general. Sobre todo la que se basa en la lucha entre norteamericanos, relegando la presencia de los indios a un segundo plano, casi anecdótico, si tenemos en cuenta la generosa lista de videojuegos ambientados en el western que se pueden encontrar hoy en día. Productos como Apache Warrior (1995, móviles) en los que los pieles rojas cogen las riendas son casi inexistentes, algo curioso teniendo en cuenta la evolución que sí supo tomar el cine como hemos mencionado.
Y eso que hace décadas de los primeros juegos. Una primera toma de contacto virtual se encuentra ubicada en 1971 y responde al nombre de The Oregon Trail. Un producto educativo que después de más de diez versiones, todavía está medio de moda. Apareció, durante el año pasado, una versión para Ipod Touch e Iphone. El precursor de la acción en formato western virtual lo tiene, eso sí, Atari con el juego Outlaw (1978), en el que dos pistoleros se enfrentaban cara a cara. Y de ahí hasta mediados de los ochenta, cuando empiezan a surgir nuevas obras con el western como excusa narrativa que coinciden con el éxito de los salones Arcade y plataformas clásicas: Atari, MSX, Commodore 64 y demás. Sin más dilación, vamos a repasar algunos de los títulos que han ido nutriendo la industria de los videojuegos con el oeste más salvaje. El paso del tiempo que nos ha llevado desde el juego educativo Oregon Trail hace casi 40 años hasta este preciso instante, en el que el sector se encuentra a las puertas de conocer Red Dead Redemption.
Capcom también se apuntó a la moda de hacer juegos basados en el salvaje oeste durante los años ochenta, cuando quien más quien menos tenía en su plataforma un producto de este estilo. Así llegó Gun.Smoke, juego arcade que saltó a diversas plataformas con el paso de los años. MSX, NES, ZX Spectrum y más adelante en recopilatorios de la compañía para Sega Saturn, Playstation, Playstation 2, PSP o PC. La obra tenía un estilo muy similar al visto en Commando en la puesta en escena. Aunque con la particularidad que este western tenía una pantalla que avanzaba automáticamente y el vaquero sólo tenía tres posiciones para disparar, izquierda, derecha y hacia arriba.
El jugador podía perder vidas si mataba por error a un cliente, si la bomba explotaba o si uno de los enemigos impactaba una bala en su cuerpo. Todo esto, cabe remarcar, con un tiempo límite para poder completar la fase. Una apuesta sencilla pero efectiva, sobre todo porque más avanzada la aventura van apareciendo modificaciones de clientes y bandidos que le dan un toque más intenso a la experiencia. Quienes quieran comprobar su mecánica de primera mano siempre pueden tirar de Iphone, que tiene un remake del juego conocido como Westbang.
Es una de esas recreativas recordadas con más cariño para los jugadores de la época. Su éxito le permitió, un par de años después, aparecer en Commodore 64 y desembarcar en Europa, donde también vio la luz en Amstrad CPC entre otras plataformas. La obra de Homega Software, publicada por US Gold, nos pone en la piel de un bandido -protagonista opuesto al que hemos visto anteriormente- con el objetivo de asaltar ocho trenes que tienen una fortuna en su interior preparada para llegar a Gold City. En total, ocho fases con límite de tiempo incluido para superar el reto de ser el atracador de trenes más rico del salvaje oeste.
La mecánica jugable se dividía en dos partes. En las fases impares el jugador debía caminar sobre el tren a modo de scroll lateral hasta llegar a la sala de máquinas de la locomotora. Por el camino aparecerán todo tipo de vigilantes que intentaran arrollar al jugador mediante el lanzamiento de cajas o disparando a destajo. Hay otro tipo de enemigos, como los coyotes que también intentarán frenar nuestro avance. Limitado por razones obvias, sólo aparecía un contrincante por vagón hasta llegar al final. La otra parte del juego nos pone a lomos de nuestro caballo, paralelo al tren y desde donde deberemos disparar a los viajeros, que ni cortos ni perezosos también nos lanzarán de todo para impedir el asalto. Los movimientos del bandido (todo tipo de golpes para la primera parte y la posibilidad de esconderse a un lado del caballo en la segunda) permitían un ritmo de juego dinámico y entretenido.
En los años noventa hubo un cambio de tercio importante. La historia de los videojuegos seguía avanzando con la irrupción total de Nintendo y Sega. Los juegos sobre westerns ganaron en variedad dependiendo de la plataforma para la que salían a la venta. Arcades cooperativos como mandaban los cánones en los inicios de los noventa como Blood Bros (1990); adaptaciones cinematográficas como Regreso al Futuro III (1991), Fievel goes West (1994); Incluso, las primeras incursiones en nuevas mecánicas de juego que no se habían visto hasta el momento. Jugar el salvaje oeste dentro de un JRPG (Live a Live de Square) o con el estilo clásico de point and click' que imperaba en los ordenadores como pasaba con Dust (1995, PC y Macintosh) servía para comprobar que este tipo de ambientaciones están abiertas a todo tipo de productos. No podemos olvidar, naturalmente, el paso a los First Shooter Person de parte de 3D Realms, padres de Duke Nukem, con Blood (1997, PC). Juego que mezclaba la ambientación del lejano oeste con litros y litros de sangre. Incluso el producto nacional, con Dinamic al frente, se atrevió con un producto del género: los Justicieros.
Romstar creó a principios de los noventa un juego de acción localizado en el lejano oeste que también era conocido como Western Kids en Japón. De avance libre por la pantalla, la historia es bastante curiosa. Adoptamos el papel de un joven chico que tiene un sombrero de vaquero, algo que por sí solo ya le permite intentar solucionar los problemas con la ley que algunos bandidos y otros enemigos tienen en el pueblo en el que el protagonista vive. Había un total de seis grandes jefes buscados por sus fechorías, entre ellos un par de nativos y otros delincuentes.
Una de las grandes particularidades de Cowboy Kid era su modus operandi. El protagonista del juego de Romstar no lleva, como era de esperar, un revolver con el que poder acabar con sus enemigos. Su lugar lo sustituye un cuchillo con el que, cuerpo a cuerpo, tendremos que pinchar a los enemigos para acabar con ellos. Naturalmente, el resto de rivales, además de tener sombrero como nosotros, nos dispararan como marcan los cánones. También se pueden comprar objetos y alimentos en distintas casas disponibles a lo largo de la aventura. Frenético por los movimientos y saltos del personaje y algo complicado a la hora de afrontar la lucha con los jefes de nivel -tienen más herramientas para golpearnos con disparos multi bala, su puesta en escena recuerda a los inicios de Gambare Goemon de Konami.
Es, seguramente, el otro gran clásico del género western junto a Express Raider. La obra de Konami, que fue porteada posteriormente a Mega Drive (1992) y Super Nintendo (1993), utilizaba una de las mecánicas de juego más explotadas durante esos años en recreativas. Con un avance de scroll lateral, el objetivo del vaquero al que controlábamos era el de avanzar y acabar con todos los enemigos que salieran a su paso. La recreativa tenía dos versiones, una para jugar con otro compañero y otra para hasta cuatro jugadores a la vez. Este Final Fight con pistolas destacaba por la posibilidad de disparar en todas direcciones -tanto a rivales que aparecían enfrente como a otros que estaban en balcones y demás- con munición infinita.'
Hablar de Alone in the Dark siempre son palabras mayores. Se trata del pionero de los conocidos Survival Horror -desaparecidos en combate hoy en día- y de uno de los juegos más importantes de la industria de los videojuegos. Como todo éxito, tuvo también sus secuelas. La tercera, la que nos ocupa, es seguramente la peor de la trilogía original (aunque no desluce tanto comparado con los que vinieron después) y otra manera con la que representar el universo del western. De nuevo a los mandos de Edwar Carnby, el detective especializado en temas paranormales, es llamado para investigar la desaparición del equipo que estaba realizando una película en un pueblo fantasma. Esta obra, aparecida para PC, mezclaba la ambientación del salvaje oeste con todo tipo de personajes sacados de auténticas películas de terror.
Cuando Edwar Carnby se adentra en el plató de rodaje y el pueblo maldito, empieza a ver que hay un problema mucho más grave de lo que podía parecer en primera instancia. Un cowboy diabólico conocido como Jed Stone es el principal villano del investsigador y el causante de las desapariciones. Con una ambientación típica de western y revestida de la oscuridad que merece un survival horror, el protagonista debe enfrentarse a todo tipo de bandidos zombies que intentarán acabar con él. Una aventura que va desvariando poco a poco por una radiación mutante que provocará la presencia de monstruos y enemigos mutados que se irán alejando, eso sí, del contexto en el que se desarrolla la aventura en cuestión. Hasta 1995 no salió en Estados Unidos, mientras que al año siguiente se realizaron las versiones correspondientes para Windows 95 y para Macintosh.
La campaña para un jugador se basa en desatascar la situación personal de Anderson, golpeado por la muerte de su familia. Aunque también se construye a través de cinco misiones, que Lucas Arts amplió con cuatro más -inconexas respecto la trama principal- un año más tarde. En estas históricas misiones, el protagonista podía ir a la caza de distintos enemigos buscados por la ley a cambio de sumas de dinero y la posibilidad de subir en el ránking del US Marshall. También estaba disponible un modo multijugador en el que el jugador podía elegir entre seis personajes aparecidos en el videojuego. Es, seguramente, el ejemplo más claro del éxito que tuvo el juego. En total, se crearon por los usuarios más de 1.500 mapas multiplayer desde que el juego salió a la venta y hasta el año pasado todavía se creaban nuevos escenarios. Aunque el uso del juego, debido a la poca compatibilidad con las recientes versiones de Windows, decreció por este motivo. Cómo no, también existe un mod del juego para Half Life.
Durante el primer lustro del nuevo siglo los westerns también se han adaptado al tipo de juego que ha ido imperando. Con Playstation 2 como plataforma de mayor éxito y Gamecube y Xbox a su vera, las compañías apostaron por las aventuras de acción mientras los shooters en primera persona ya asomaban la cabeza como veremos en algunos juegos que repasamos a continuación. A estos se le añaden productos como Dead Man's Hand (2004, Xbox). No significa que no hubiera hueco para otras propuestas. En PC, dejando a un lado los FPS aparecidos con la temática del salvaje oeste, se podía encontrar la serie Desperados (2001), un juego de estrategia en tiempo real muy al estilo Commandos que tuvo, años después, una notable secuela. Rara Avis teniendo en cuenta lo que predominaba.
Curiosa historia la de este juego desarrollado por Rockstar y que se puede considerar como una primera toma de contacto respecto a lo que supondrá Red Dead Redemption. Se trataba de un proyecto iniciado por Capcom que la compañía japonesa desechó por encontrarse estancado en su desarrollo. Rockstar apareció meses después y llegó a un acuerdo con la casa nipona para ponerse manos a la obra en lo que ha supuesto un gran homenaje a los spaghetti western y todo ese tipo de producto que rodaba el Clint Eastwood joven. El resultado fue un shooter en tercera persona con un argumento típico y tópico: el protagonista, de niño, se queda sin familia debido a la fiebre del oro que azota esos días. Éste será recogido por un indio que le enseñará a vivir bajo la ley del más fuerte y que convertirá al protagonista de la aventura en un cazarrecompensas. Su objetivo siguiente tiene que ver con la venganza.
Se trataba de un shooter en tercera persona que bebía de la mecánica jugable de Max Payne, sobre todo en los controles y en la respuesta del personaje. Acción a raudales, potenciación de armas, variedad de acciones tanto defensivas como ofensivas, muchos enemigos y dos propuestas jugables diferentes: un sistema bullet time que sigue recordando a Max Payne y el modo duelo en los que se recrean los momentos típicos del western de toda la vida. El hecho de controlar otros personajes distintos y tener un gran apartado artístico son dos de sus puntos a favor para todos aquellos que quieran hacer boca de cara a lo que espera con Red Dead Redemption.
Neversoft diseñó un producto transversal a nivel de generaciones, ya que abarca tanto la hornada de consolas anteriores y el inicio de Xbox 360. Se considera uno de los mejores juegos de western con una media notable en las grandes páginas internacionales. Esa premisa, subjetiva, tenía mucho que ver con la ambientación del salvaje oeste que recrea gracias a su variedad en las misiones con diligencias de carros, duelos a muerte, los clásicos salones y la aparición de indios, bandidos y, en definitiva, todos los elementos que han caracterizado este tipo de juegos y de películas. Cómo no, el argumento gira alrededor de la venganza por la muerte del mentor del protagonista del juego.
La estructura es similar a la vista en Red Dead Revolver. Un juego de acción en tercera persona que bebe de la mecánica impuesta por los Grand Thef Auto. Eso significa tener un mundo abierto en el que se puede desarrollar la trama principal o realizar distintas submisiones que irán saliendo durante la aventura. No hay una libertad ni una variedad ingente de sidequests y situaciones como pasa en la saga de Rockstar, pero es suficiente para ir variando en nuestro avance. Nació en la época del tiempo bala, como hemos comentado anteriormente, y tampoco escapa de este tipo de añadido jugable que se ofrece con una vista en primera persona cuando se activa. Se le achaca su corta duración y la poca variedad de misiones secundarias, aunque permite revivir los westerns americanos de antaño. Y de eso se trata también.
Oddworld: Stranger Wrath es, seguramente, la elección más libre en esto de los juegos ambientados en el salvaje oeste que hemos visto hasta el momento. Aunque lo cierto es que esta afirmación es bastante matizable y relativa. Se recrea un mundo que responde claramente a lo que hemos podido ver en el universo Oddworld, tanto por los personajes como por el arsenal y puesta en escena. Pero a nivel de recrear el salvaje oeste, es de los mejores. Desde la personalidad del protagonista a los diálogos de los pueblerinos, pasando por la recreación de los bandidos más buscados de esta zona o el diseño artístico, espléndido, tanto de pueblos como de montañas, zonas desérticas o mineras, se respira western puro y duro. Si en lugar de estar protagonizado por las especies que habitan en Oddworld fueran de carne y hueso, se mantendría la fidelidad a la ambientación sin atisbo de dudas.
El Forastero es un cazador de recompensas claramente inspirado en Clint Eastwood de los spaghetti western que se lanza a la caza y captura de los fugitivos más peligrosos del lugar. A caballo entre la acción en primera y en tercera persona obtiene un resultado excepcional, ya que se combina de manera brillante el uso de las armas. Si Cowboy Kid iba con un cuchillo por el oeste, no pasa nada para que Stranger esté armado con una ballesta. El humor y carisma de los personajes hacían el resto para un juego exclusivo de Xbox que a finales de año se podrá disfrutar, también, en PC gracias a un recopilatorio de Oddworld. Sólo faltará saber si podremos tener, al menos, traducción al castellano. Esa que EA nos privó en su momento.
Antes de adentrarnos en el año actual había aparecido Smokin' Guns, un juego enfocado en el multiplayer online que se había hecho mediante código abierto tomando como base Quake III Arena. Era un proyecto que se encetó años atrás, con el trabajo de Iron Claw creando Western Quake 3. Después de la beta, sacada en 2003, el proyecto se detuvo. Un nuevo equipo continuó con el desarrollo del juego, que poco a poco cogió otra forma y pasó a llamarse como se conoce actualmente. En enero se pudo probar la primera versión definitiva que prometía crear entre manos un FPS de desarrollo algo más realista que lo visto en Quake III.
Dicho y hecho. La atmósfera que recrea el juego es el viejo oeste sin lugar a dudas. Se ha convertido absolutamente todo del código original, de tal manera que se han diseñado armas nuevas para que estén adecuadas al daño, el rango o su tipo de recarga. Tal y como eran en la realidad. Los mapas que hay disponibles también responden a localizaciones inspiradas en muchas de las películas del género western que se han podido ver a lo largo de más de cien años de historia. También se nota un cambio jugable en todo tipo de mecánicas que varían respecto Quake III. No se puede regenerar vida, las armas se deben comprar según el dinero que cosechemos gracias al ranking que tengamos, los jugadores que mueren pierden sus armas y equipamiento -los demás pueden recogerlas- y hay pocas armas esparcidas por el mapeado. A esto se le añaden cuatro modos de juego variados y una creciente comunidad ideal para ser el más fuerte del lejano oeste.
Está recién sacado del horno, y los primeros en poderlo probar han sido los usuarios de Sony y de PC. Paradox Interactive ha sido, de momento, el último en inspirarse en el western para crear, esta vez, un shooter en tercera persona enfocado básicamente en el multiplayer. Es, también, una de las mejores recomendaciones para jugar con amigos de entre los juegos que se pueden encontrar en los respectivos bazares de cada consola. La oferta es sencilla, ya que hay cuatro clases distintas a las que atenerse antes de saltar al campo de batalla. Cada una de ellas tiene armas únicas, habilidades propias y posibles combinaciones con los demás tipos de personajes que estén en nuestro equipo. Bandidos con todo tipo de arsenal explosivo, otros con rifles efectivos a media y larga distancia, unos terceros con potentes revólveres para acabar con enemigos a media distancia y lo más parecido a francotiradores que pueden matar a lo lejos.
La obra creada por Paradox Interactive consta de seis modos de juego diferentes, que van desde el clásico duelo a muerte por equipo a otros conocidos como el de ir conquistando bases en orden. El resto de posibilidades no son el adalid de la originalidad, como la división entre dos equipos en el que uno intentará atacar una serie de lugares y los demás querrán defenderlo o conseguir, en el último de los tipos de juego, sumar el mayor número de bolsas de oro en la zona de influencia de nuestro conjunto. Cierra las opciones el modo práctica y la enorme cantidad de horas de diversión en medio del oeste, palpable gracias a la recreación de los personajes, de las armas y de los lugares y detalles que estos contienen en su interior.
Lo cierto es que en los últimos meses, año y medio, ha habido una proliferación de productos llegados directamente del salvaje oeste interesante. A estos dos juegos mencionados anteriormente se suma, también, la segunda entrega de Call of Juarez, que vio la luz a mediados de 2009. En ese mismo período, Wild West Gun, producto aparecido en Wiiware, hacía su salto a Iphone. Y este 2010 ya hay dos obras en el mercado. Una de ellas es la que acabamos de ver, Lead and Gold, otra, aunque con matices teniendo en cuenta su mecánica y desarrollo, Red Steel 2, que supera de manera notable lo que ofreció su primera parte. Aunque falta, todavía, el que más expectativas está generando
Live a Live se trata de uno de esos JRPG que nunca vieron la luz fuera de Japón durante la época dorada de Square y el género en sí. Algunos han podido, vía emulación, probarlo con una traducción inglesa no oficial. El juego se basaba en contar siete historias diferentes que tenían su propio argumento, personajes y enemigos. Entre ellos estaba, cómo no, el western. En el capítulo que le tocaba al salvaje oeste el protagonista tiene como objetivo salvar a un pueblo de los ataques enemigos. Una manera bien curiosa de hacerlo: creando trampas a base de de reunir munición que se debía repartir entre los aldeanos del pueblo. Con más trampas creadas, más fácil era acabar ante el enemigo de turno. Curioso caso, sobre todo por el hecho de ambientar con el salvaje oeste un RPG puro y duro, con su subida de nivel y su sistema de combate.
La saga Wild Arms siempre se ha caracterizado por su ambientación de western, algo que se mezclaba con acierto con los aspectos típicos de los RPG tales como magias, espadas con pistolas y, también, rifles y elementos sacados de las películas del viejo oeste. La elección de la tercera parte tiene que ver con el aspecto de ésta, que ha llevado estas premisas a la enésima potencia, sobre todo en la atmósfera que envuelve el juego. Grandes llanuras, desiertos enormes, zonas muy escarpadas elementos clásicos del tema que nos ocupa que se fundían con puzles complejos, hechizos, espíritus de la naturaleza y otros elementos fantasiosos representados con una mezcla de técnicas 3D y aspecto de personajes usando el Cel Shading que tan de moda estaba en su momento con The Zelda Wind Waker.
El protagonista es un viejo conocido, eso sí. John Marston sigue a la caza de los responsables que asesinaron a su familia ante sus ojos, además de saldar deudas con el gobierno y con la unos bandidos que han dejado de estar a su lado. Un tipo duro, una venganza y un toque épico. No será Rockstar quien se encargue de recrear un nuevo salvaje oeste. Aunque visto lo visto, tal vez sí sean los que generen de manera más viva, detallada y real el universo que tantas veces hemos visto en las grandes pantallas de cine. Todo bajo el paraguas de quien sabe hacer, mejor que nadie, un sandbox lleno de historias, sub-tramas y cantidad de cosas por hacer que impiden aburrirse.
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Todo lo que rodea a Red Dead Redemption ha sorprendido hasta el momento. El motor gráfico utilizado, el detalle de los personajes, escenarios y elementos que muestra la pantalla que se han podido ver en la gran cantidad de vídeos que Rockstar ha ido facilitando, o la garantía de éxito que supone usar el motor Euphoria para las físicas son elementos a tener en cuenta para comprender la gran expectación que genera lo último de esta compañía desarrolladora. Y es que no es para menos. Se trata de una aventura totalmente abierta, algo que no llegó a conseguir Gun por ejemplo o la primera entrega de Red Dead, que pretende ofrecer todo lo que un western debe. Y eso se traduce en asaltos, salones, duelos a muerte, persecuciones a caballo y demás.
A esto se le añaden las últimas impresiones que, de primera mano, pudimos comprobar sobre el multijugador. Según los desarrolladores, mucho más potente que los creados anteriormente. Opciones para todo tipo de jugadores, experimentados o no, con retos a realizar dentro de cada partida, momentos de acción cooperativa, tipos de batalla diferentes con un máximo de 16 jugadores a la vez y, cómo no, en medio de un mundo totalmente abierto en el que pueden hacer lo que les venga en gana. Disparar a viandantes, a otros jugadores o simplemente molestar lo que sea que estén haciendo. Todo con personajes que se desbloquean durante el modo de un jugador y un componente de evolución para nuestro vaquero, que podrá subir hasta cincuenta niveles de experiencia con los añadidos, armas, monturas, trajes, etc. Que esto supone.
Red Dead Redemption tiene previsto salir a la venta a finales del mes siguiente. El día 21 está marcado para los jugadores de Playstation 3 y Xbox 360. Vistos los antecedentes, el juego de Rockstar se puede convertir en el homenaje perfecto a todos los juegos ambientados en el viejo oeste que han ido apareciendo. Desde ese primer producto educativo de principios de los setenta hasta Lead and Gold, el último en llegar hasta nueva orden.