Star Wars Battlefront: Elite Squadron
Escuadrón de Élite
Elite Squadron llega a PSP con la firme convicción de convertirse en el referente dentro de la serie Star Wars en consolas de bolsillo. No obstante, en su intento se olvida de renovar las pautas que hicieron popular a su antecesor, manteniendo el mismo motor gráfico, combinándolo con una jugabilidad que desafortunadamente no acaba de encajar con los mandos de PSP. Pese a que mantiene todos los modos de juego, su modo campaña no alcanza la grandeza de predecesor, aunque sigue siendo una buena opción para los aficionados acérrimos.
Cuando se critica duramente la ausencia de la modalidad Online en los títulos que aparecen en PSP, se hace en gran parte porque hemos tenido el placer de comprobar lo bien que funciona este sistema en la portátil de Sony. Entre muchos abanderados icónicos de la portátil, Star Wars cuenta con uno de las adaptaciones más destacadas y que mejor uso hacen de esta vertiente. Renegade Squadron fue la primera prueba de fuego que dejó bien claro que la obra de Rebellion tenía el mismo empuje en portátiles que en sobremesa, donde había cosechado resultados espectaculares hasta hace dos o tres años. La situación que se había vivido con esta consola era bien distinta, después del esperpéntico Battlefront II que los usuarios tuvieron que sufrir, reavivando la polémica sobre las pésimas adaptaciones que se estaban desarrollando en aquella época.
Las cosas cambiaron con su secuela espiritual; Elite Squadron afirma que aquel éxito no fue un mero espejismo, continuando en la misma línea, ofreciendo el mismo motor gráfico, sonido e incluso jugabilidad, solo que con una campaña completamente nueva que lleva a dos héroes clonados de un Maestro Jedi, X1 y X2 respectivamente, a participar en las batallas principales de las seis películas de la franquicia. Hay que tener en cuenta que Battlefront siempre ha tenido una marcada tendencia hacia el Online, y al igual que su antecesor, Elite Squadron centra su atención en la posibilidad de competir con 16 personas en los modos de juego estándar que ya conocimos en la pasada campaña, con todo lo que ello conlleva.
El punto más flojo del producto lo encarna precisamente la falta de novedades que vayan más allá de un nuevo modo historia que viene a complementar las buenas sensaciones que obtuvo el juego la temporada pasada, anunciado como uno de los pesos pesados de una consola que necesitaba como agua de mayo un empujón como el que supuso Renegade Squadron. El resultado final, como pasamos a ver a continuación, es básicamente el mismo que en el caso de su antecesor sin la sorpresa inicial que conlleva descubrir un título que garantiza innumerables horas al frente de la consola. Se han solucionado algunos puntos determinados de la jugabilidad, mientras que otros quedan intactos, manteniendo el balance de los combates que realizamos a través de la Infraestructura.
Esto nos lleva a recorrer 11 escenarios en total que están conformados por la siguiente elección de planetas, divididos a su vez en tres actos claramente delimitados: Tatooine, Coruscant, Cato Neimoidia, Dantooine, La Estrella de la Muerte, Yavin 4, Hoth, Endor, Bespin, Vjun y Mustafar. El primer acto se centra en explicar los sucesos acaecidos durante la Guerras Clon, mientras que el segundo atiende a la Época Oscura, que finalmente se cierra con la aparente destrucción del imperio. Están todos los escenarios que se pueden exigir a modo de recopilatorio, pero falta profundidad en el argumento, una mejor disposición ante la puesta en escena. Battlefront no es Resistance ni tampoco un Syphon Filter en el que prime explicar con esmero todos los acontecimientos, otro hecho que indica claramente las aspiraciones de Rebellion a la hora de desarrollar el título.
El modo en solitario nos invita a participar en estas misiones ante la constante compañía de X1, nuestro hermano con tendencias hacia el lado oscuro, o bien de los rebeldes (parte de la República), que siempre están de nuestro lado a la hora de atacar a los enemigos que aparecen constantemente en pantalla. Con tres niveles de dificultad a los que podemos acceder al comenzar la partida, no debería ser impedimento para ningún jugador finalizar el tutorial donde descubrimos la base de cara a controlar el sistema de juego, los controles que debemos utilizar para disparar y movernos por los escenarios. La disposición es exactamente la misma que en Renegade Squadron. Se utilizan varias alternativas dependiendo de nuestros gustos, pero en la práctica las sensaciones no son del todo satisfactorias.
Al menos, no hasta que hemos pasado un buen rato haciéndonos con los movimientos de X2, a quien manejamos íntegramente desde el stick analógico o seta (nombre que se le otorga popularmente). Tenemos a nuestro alcance la posibilidad de lanzar un objeto secundario (bien sean granadas o escudos con los que protegernos durante un breve intervalo de tiempo, entre muchos otros), así como de saltar o rodar rápidamente hacia un lateral para evitar los ataques enemigos. Con los botones superiores podemos asignar la mira a un enemigo en concreto para que el héroe se centre en él, aunque no movemos la mira propiamente dicha como sí sucede en los últimos juegos de acción que comparten los mismos comandos de acción (léanse los ejemplos mentados con anterioridad).
Por lo tanto es inevitable que los primeros compases sean bastante confusos, rodeados de disparos por doquier, con la sensación de no saber muy bien a qué atenernos ni cómo defendernos ante la constante plaga de enemigos a los que hemos de hacer frente. Battlefront sigue siendo un juego de acción directa donde generalmente hemos de dirigirnos de punto A hacia punto B para defender a un escuadrón en peligro o para desmantelar, por poner un ejemplo, una nave enemiga. La primera misión se puede utilizar como base para entender esto que explicamos, ya que en ella se recogen todos los movimientos básicos que realizamos de aquí en adelante: disparar, explotar, recoger armas nuevas, subir a un nave para saltar al espacio, y de aquí sabotear una nave en la que previamente hemos de introducirnos sin ayuda alguna.
La campaña queda como el punto principal dentro del modo en solitario. Nos lleva a los planetas más impactantes que hemos podido ver en las películas ofreciendo una calidad técnica idéntica a la de Renegade Squadron, en el que sin duda se convierte por méritos propios en el apartado más destacado del juego. Desde desiertos a planetas helados pasando por distintas ambientaciones, todas ellas aderezadas con la música original de las películas. Es evidente que la puesta en escena es simplemente soberbia en este sentido, por lo que todo aquel que guste de unos buenos gráficos en su PSP puede estar de enhorabuena. Eso sí, el punto álgido de este Elite Squadron radica en las posibilidades multijugador, como venimos repitiendo a lo largo de este análisis, un dato que nadie debería perder de vista.
Elite Squadron pone de relieve la importancia de jugar con varios amigos al unísono, bien sea vía Ad hoc o utilizando la Infraestructura. Podemos jugar utilizando la Conquista Galáctica como principal recursos para pasar horas compitiendo contra nuestros amigos, o bien optar por pasar directamente a los modos de juego 'reales', que podemos jugar entre amigos o utilizando el Online de la consola. Aquí tenemos a nuestra elección divertirnos con el modo Conquista, donde obtenemos puntos eliminando a las unidades enemigas o capturando los puestos de control del rival siempre y cuando seamos capaces de introducirnos en sus dominios, una tarea bastante más difícil de lo que podría aparentar a primera vista.
A continuación podemos optar por los clásicos Capturar la Bandera, donde encontramos tres modalidades distintas, bien sea capturando una sola bandera o la del enemigo o protegiendo nuestra base. La decisión es enteramente del jugador, aunque hasta la fecha el modo más popular y divertido es el de Conquista. La última modalidad, si bien no por ello es menos importante que las demás, recae sobre Héroes y Villanos. Por suerte en todas ellas se garantiza una conexión carente de ralentizaciones por lag (hasta donde hemos podido probar), así como rapidez absoluta para unirnos a una partida sin tener que esperar varios minutos mirando la pantalla de la consola. En la Infraestructura es tan importante saber trabajar con estos datos como la cantidad de modalidades que incluya el juego, y ciertamente Rebellion ha logrado un buen trabajo en ambos factores.
Para rematar la faena, los jugadores son libres de modificar la apariencia de los personajes principales siempre y cuando a ellos les apetezca (entre los que no encontramos a los héroes de otras películas, que también tienen su pequeño lugar protagonista en este Battlefront), cambiando a su vez las armas y lo rangos que hemos de elegir antes de comenzar a jugar una partida, algo que afecta tanto en el modo solitario como a la hora de entrar en el multijugador. Se ha potenciado la posibilidad de personalizar las herramientas con las que trabajamos para dar más libertad a los jugadores, algo que se ha conseguido sin ofrecer demasiadas novedades al resto del producto.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.