¡¡¡Whiplash!!!

Otro año más, otro juego más, y en mano del mismo grupo de programación. Tony Hawk ha vuelto, de nuevo Underground, para ofrecernos la continuación de una de las sagas con más poder en GBA. Intenta conseguir un Kickflip 380 encima de ese volcán, por favor...

Dentro de poco acabaremos hablando de THU como si fuese una saga más popular que ha persistido a lo largo de varias generaciones y que, además de eso, siempre ha conseguido obtener unas críticas más que espectaculares en todas las consolas en las que se ha plantado, que ocasionalmente, son todas las que hay en el mercado hoy día.

Con la anterior versión de Tony pudimos ver algunas mejoras muy suculentas, con unos gráficos y una jugabilidad bastante envidiable para otros juegos de GBA que posiblemente nunca consigan ofrecer un movimiento tan real con patín a los pies tan real y fluido como lo ha conseguido Vicarious Visions. Sí, esa compañía que ha conseguido dejarnos tanto la boca abierta como criticarla de todas formas por la baja calidad de algunas de sus producciones.

El caso es que siguiendo el panorama pre-navideño de cada año, la saga ha vuelto a aparecer en todas las consolas con pretensiones de conseguir de nuevo esas críticas y ventas que tan alto le han conseguido llegar. Un poco antes de lo norma, aunque con la misma potencia y nivel al que estábamos acostumbrados. Pocas mejoras a todos los niveles, y una nueva razón para, por segunda vez consecutiva, volver a decir lo mismo que ya se dijo con su antecesor.

Historia
Encarnamos a un novato, un chaval que ha demostrado sus habilidades en ciertas disciplinas y que ahora ha sido secuestrado por Tony Hawk y su equipo de patinadores. El objetivo no es otro que el de poder competir a lo largo y ancho de todo el mundo sin cámaras ni fotos que les persigan, tan sólo competiciones y 'piques' entre patinadores de la elite callejera.

Nuestor objetivo es derrotar a Bam Marguera, uno famoso skater. Lo podremos hacer de muchas formas, empleando nuestro personaje -la idea principal de este apartado precisamente hacer esto, crear un personaje y llevarloa a la cima- o escoger a cualquier personaje famoso, aunque con ellos no podremos subir los puntos de experiencia.

G r á f i c o s
Sea como fuere, es justamente en este apartado donde THU2 encuentra su mayor pro y su mayor contra. Desde que empezamos a jugar nos damos cuenta de la mano siempre presente en todos los juegos que realiza VV: esos gráficos a los que quizás les sobran píxeles, pero que se mueven de forma increíble dentro de unos escenarios que ya de por sí consiguen impactar a primera vista.

Desde los primero menús, muy simples y acompañados de un ligero toque ambiental, ya estará presente el primer hecho que nos deja algo extrañados; se han variado, pero en esencia siguen siendo casi iguales a los del THU original. Y cuando empezamos a jugar, algo que pasará en cuanto pasemos dos o tres pantallas, las cosas no cambian demasiado, pues el apartado pertenece casi invariable.

Antes de nada tendremos que varias las características a nuestro personaje, a penas dos o tres diseños para su cara, igual que para su camiseta y pantalones. Nada nuevo, aunque tampoco podemos pedir mucho más en este campo, pues ya estamos acostumbrados a que en los distintos juegos de GBA en los que se nos ofrecen las mismas posibilidades apenas se nos permite jugar con ellas.

Una vez comencemos a patinar todo cambiará ligeramente. Los escenarios se han rediseñado por completo, y más de uno tiene bastantes similitudes con el de las versiones más adultas. Sin embargo se echa en falta algo más de variedad y de innovación en ellos, ya no es sólo cuestión técnica, sino en lo que a lo jugable se refiere, pues de las ciudades que nos encontramos, la mayoría constan de una estructura bastante similar.

¿Más de lo mismo?
Esto es; una zona asfaltada, otra en ruinas o en construcción, acompañada de algún skate park. Y esto ya lo hemos visto en cada nueva entrega que se ha lanzado el mercado, no es mucho pedir hacer algo más, algo que por ahora no se haya visto en otras entregas.

Los personajes, de los que antes ya os ofrecimos una breve introducción, no están mal del todo. Poco claros, y con muy poco detalle, aunque se mueven con relativa facilidad con el patín por los escenarios. No encontramos ralentizaciones ni ningún otro fallo por el estilo dentro de los escenarios. Además, estos se comportan de forma bastante creíble, por lo que en este fragmento Vicarious Visions ha realizado un buen trabajo.

No se puede pedir más a unas figuras que cobran un papel secundario en la película. Aunque, por desgracia, los personajes que nos dirán cuales son nuestros objetivos, carecen de cualquier tipo de complicación, muchos parecidos...

Controlando la cámara
Ahí donde los fallos de THU2 pueden destacar, la cámara consigue plasmarlos a todos y a cada unos. El sistema de este tipo de juegos, en los que hemos de ir a grandes velocidades y a hacer muchos trucos, los cuales a penas alcanzaremos a ver, es muy complejo para conseguir un efecto más o menos decente.

La cámara aérea aplicada, semi centrada y ofreciendo una vista totalmente en 3D no deja campo a problemas o complicaciones para manejar a nuestro protagonista. No resta realismo al juego, y nos ofrece casi siempre la vista más adecuada para realizar los trucos. Decimos casi siempre, porque en algunas ocasiones, y especialmente pa precisar a la hora de conseguir algún determinado objeto lo pasaremos realmente mal. Es muy complejo conseguir una K -de S K A T E R, una de las pruebas más típicas- si se encuentra en una plataforma que esté de perfil a la pantalla.

Aunque nada es perfecto, como os acabamos de demostrar, se puede considerar todo un logro el plasmar de una forma tan notoria un juego de esta categoría. Así lo demuestran los innumerables trucos que podremos realizar, y cómo agarran la tabla o qué movimiento hacen en cada ocasión. Pero, como comentábamos antes, es muy difícil seguir este movimiento si queremos evitar el caernos en el aterrizaje. Lo que importa en este caso es que el detalle está ahí, y se aprecia.

S o n i d o
Cuando subimos el volumen de la consola y oímos la mítica 'whiplash' de Metallica, de su opera prima Kill ‘em all, todo pasa a un segundo plano. Oír un grupo como este, en una consola como GBA, con una canción como esta es algo que no tiene precio, sea a la calidad que sea y con el trasfondo deseado.

Esta es una de las pocas ocasiones en las que nos podremos sorprender a la hora de analizar este apartado. No sólo está Metallica en esta banda sonora, otros sonidos, como Los Ramones u otros cantantes de música negra o Hip-Hop hacen acto de presencia en este juego. No obstante, esto puede llegar a dar lugar ciertas equivocaciones. Las canciones no se completan, no están al 100%, sino que son pequeñas mezclas del principal sonido de la canción junto al estribillo cantado.

Esto es algo que rivaliza a su vez con la pega de la poca variedad a la que nos enfrentamos. A penas cuatro o cinco canciones que ya hacen un repertorio -cantado, que conste- más que increíble para tratarse de una portátil de estas características y que, aún más importante que esto, rompe por una vez con esa maldición que persigue a GBA, la de no conseguir alcanzar una media notable en este apartado.

El resto de los sonidos, como pueden ser caídas o simples efectos ambientales, pese a que pasan a un segundo plano, siguen siendo de una calidad bastante decente dentro del juego, por lo que hacen de este uno de los más notables que hemos oído en los últimos meses dentro de esta consola.

J u g a b i l i d a d
Las cosas no han cambiado mucho en este apartado. Con la historia de fondo, tendremos que ir patinando por las distintas ciudades en busca de retos que cumplir para demostrar que como patinadores valemos realmente la pena, aunque ya nos haya avalado Tony Hawk.

Básicamente, a medida que vayamos cumpliendo estos retos, iremos ganando nuevas habilidades, pues al igual que en el juego anterior podremos ir ampliándolas cumpliendo ciertos requisitos, como realizar un salto junto a un 50-50, lip, flip o grab, distintos aspectos dentro de los trucos que podremos realizar dentro de la aventura.

Los controles siguen siendo muy simples, con el botón B podremos saltar y con el A grindar, o emplearlo, junto a la cruceta, para realizar los trucos de los que os hablábamos con anterioridad. El control de nuestro personaje está muy bien ajustado a las exigencias, y aunque al principio cueste un poco ajustarnos a él, acabaremos haciéndonos con el -duro- tacto de nuestro skater.

Además de esto, podremos realizar otras muchas actividades. Desde realizar graffitis (no sólo pintar paredes en el juego, sino hacer uno propio con un editor), hasta hacer piruetas agarrados de coches, también haciendo uso de salidas de agua, paredes, marcando nuestro territorio... un sin fin de posibilidades, que alagarn aún más si cabe la duración del juego.

Duración y Dificultad
Si de algo puede presumir este THU2 es de una duración más que considerable, dentro de lo pueden llegar a durar las longevas misiones, aproximadamente 40, en cada uno de los niveles en los que patinaremos, que conforman otro número bastante considerable.

Además de esto, estás misiones no son nada fáciles. Al comenzar a jugar podremos elegir si preferimos patinar con la dificultad más baja -Kid level- o el pro de toda la vida, que nos será igual de difícil que en las anteriores versiones. Lo cierto es que el nivel más simple consigue aburrir hasta al más pintado, pues será cuestión de ir realizando los objetivos sin mayores impedimentos. Nuestro corredor consigue las habilidades dos veces más rápido, por lo que es cuestión de horas cambiar de este al profesional.

C o n c l u s i ó n
Esto nos suena. Es Tony Hawk's Underground, pero con un dos delante, y con algunas mejoras que han conseguido convertirlo en un juego aceptable, aunque de nuevo vuelva a presentar esos defectos que ya empañaron a su antecesor. La falta de novedades, y el mismo sistema que se va empleando una y otra vez en una portátil en la que, sí, en efecto, ha conseguido llegar a una calidad más que notable, pero que sigue echando en falta novedades.

Y sin novedades más que las de ofrecernos nuevos escenarios, mucha duración y diversión mientras no nos aburramos de él, volvemos una vez más a repetir lo que citamos con su antecesor; estamos ante uno de los juegos deportivos más recomendables de GBA, aunque aún le queda ese pequeño toque para conseguir convertirse en un juego realmente indispensable. El próximo año, a todas luces, más.

L o  M e j o r

L o  P e o r