Ring II
Ring II - El Dragón Fafnir y el Oro del Rin
Una caída entre las ramas...El gran manto, como una panza. Las garras arrancan al niño el collar que Mímir el gnomo le había puesto para convertirlo en un ser deforme, un tullido que nunca podría enfrentarse a él...
EL DRAGÓN FAFNIR Y EL ORO DEL RIN
Tras recomponer los diversos fragmentos de la espada, Sigfrido sabe que puede enfrentarse al mundo...¿ Y qué mejor manera de anunciarse a los hombres que derrotando en combate al más poderoso de los enemigos, el dragón Fafnir, guardián del Oro del Rin, el Anillo de los Nibelungos, sol en la tierra y principio absoluto de toda la vida que ni los dioses Asgard fueron capaces de controlar?
Guiado por Mímir hasta la guarida de la bestia, Sigfrido atraviesa el corazón del monstruo con Nothung y su sangre mágica, que se derrama sobre el cuerpo de nuestro héroe, le protege como un caparazón que le hace invulnerable a todo tipo de armas...Su piel es ahora una armadura perfecta que no tiene mas que un defecto: una hoja que cayó sobre su espalda mientras la sangre del dragón le cubría ha creado una pequeña brecha en esta protección mágica.
Una vez en la guarida, Sigfrido se adentró hasta llegar a un suelo con la forma de una serpiente dibujada en las baldosas. Primero dejó pasar la pared de pinchos y después siguiendo la forma de la serpiente cruzó al otro lado. Se fijó en una piedra en la que faltaba algo. Al llegar al puente encontró un escudo. Volvió atrás y lo colocó en la piedra. Esto hizo despertar al monstruo. Tras derrotar a Fafner, Sigfrido se convirtió en el nuevo dueño del Anillo de los Nibelungos.