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Alone in the Dark III

Alone in the Dark III - Escaleras y Pasillos

Después de las desagradables experiencias de Derceto y La Cocina del Infierno, atrévete con un nuevo desafío.

ESCALERAS Y PASILLOS

Después de deshacerse de dos matones, se adueñó de una chistera, un frasco y una llave, que empleó en la puerta del final del pasillo, donde estaba la biblioteca. Allí, localizó una plancha de imprenta, un manual de relojería y un libro cerrado, que abrió con la llave de las cavernas. El manuscrito hablaba de las tradiciones de los indios navajos, pero unas desalentadoras revelaciones no hicieron sino confirmar sus sospechas de que sus antiguas pesadillas, que ya creía olvidadas, volvían a la realidad. Prgzt, el dueño de Derceto, también estaba envuelto en todo esto. Intentando liberar su mente de recuerdos dolorosos, siguió registrando los alrededores.

Descubrió un reloj detrás de un busto y un espejo donde colocó la plancha de la imprenta que reflejaba la matanza de Slaugter Gulch, ocurrida en 1865. Con estas inquietantes noticias, Ed se encaminó a la puerta cercana a un barril de sales de plata. Gracias al manual de relojería, consiguió abrirla con ayuda del reloj. En la sala que quedó al descubierto se encontró con Morrison, el amigo de Emily, que le entregó un storyboard. También consiguió algunos cartuchos colocando la chistera en la estatua de Abraham Lincoln.

Justo en ese momento, un nuevo espíritu maligno apareció a través de una de las vidrieras, atacando a Morrison.

Tras acabar con él, Carnby se dirigió al mencionado ventanal y lo destrozó de un disparo, lo que le permitió alcanzar el cementerio. Allí, las tumbas abandonadas parecían permanecer bajo el influjo de una piedra circular adornada con símbolos indios.

Se le ocurrió introducir el palo de guerra en el agujero del centro, despidiendo un rayo de luz que impactó de lleno en la tumba marcada con las iniciales O.E.J. (One Eye Jack). Así que aquí era donde reposaban los restos del malvado Jack el Tuerto, al que Carnby creyó eliminar en la cubierta del barco pirata, en su anterior aventura!.

Recordando acertijos pasados, colocó el as de diamantes encima de la tumba, que desplazó la losa dejando al descubierto una nueva entrada. Decidido a comprobar si realmente Jack el Tuerto estaba muerto, Edward se introdujo en el panteón, hallando un pergamino con el mensaje Volveré!", mientras era transportado a la cocina de la mansión. Entre cazuelas oxidadas y mesas carcomidas, encontró un rollo de película, una bolsa de carne seca y un frasco de aceite, que empleó para aderezar la carne de la chimenea.

Esto activó un mecanismo que separó la pared y le permitió acceder a la sala de baile. El amplio salón estaba presidido por una pareja de bailarines que le entregaron una caja de cartuchos y un martillo. Los músicos, sin embargo, no eran tan amistosos, así que tuvo que deshacerse del florista después de coger la cuerda de la guitarra, la partitura y la llave de la caja fuerte que se escondían el gramófono. En seguida, regresó a l a cocina, escapando por un corredor camuflado detrás de un falso mueble. Así se encontró con otra puerta cerrada, que abrió empleando uno de sus habituales métodos expeditivos: introdujo la bala 30/30 en la cerradura y la explosionó con el martillo, desarmando el cerrojo que le impedía continuar la búsqueda.

Allí mismo, en una destartalada habitación, encontró un detonador, una bombilla y el plano de colocación de una bomba junto a una maqueta de la estación, así como una mesa de montaje estropeada, que arregló con la cuerda de la guitarra y la bombilla. De esta forma, pudo visionar el rollo de película que llevaba, una esotérica filmación donde se veía como la dulce Emily era poseída por un demoniaco personaje. Por último, antes de abandonar la mesa, utilizó la partitura en el visor, descubriendo un número, "806", camuflado entre las notas. La única salida del cuarto trastero era una puerta que llevaba directamente al banco. Esquivó un nido de ametralladoras que protegía la caja fuerte y localizó un libro de astronomía y una curiosa pintura de un billete de dólar con una combinación.

Examinó repetidas veces el cuadro y situó el número 806 en la combinación, desactivando así las ametralladoras. Ahora, el camino hacia la caja fuerte estaba d espejado, pero la extraña combinación que poseía le impidió abrirla al primer intento. No obstante, gracias al libro de astronomía descubrió que la perla jugaba un papel fundamental, además de la propia llave de la caja. Después del satisfactorio "clic", la puerta cedió para dar paso a un nuevo zombie que, aprovechando el susto inicial, le robó el amuleto y se dio a la fuga. Rápidamente, antes de perderlo de vista, Carnby salió en su busca y le obsequió con un par de agujeros en el estómago, recuperando el preciado objeto.

Ya dentro de la caja fuerte, encontró una maleta de la Hill Century repleta de dinero, pero que contenía una trampa que se activaba al abrirla.

Puesto que todas las demás salidas estaban cerradas, Carnby abrió la ventana que había cerca de la caja, aterrizando en la casa de McCarthy. Allí encontró un mensaje firmado por el ministro Jed Stone, en el que confesaba estar dispuesto a cambiar a Emily por la maleta llena de dinero y su correspondiente llave, en el depósito de agua. Puesto que no tenia otra elección, Ed decidió aceptar el trato. La única forma de llegar a las afueras era a través de la mina, así que, emulando a Indiana Jones, se montó en la carretilla que había en la sala, no sin antes apoderarse del conector. De esta manera tan cinematográfica, escapó de los matones que rodeaban la casa y llegó a la estación abandonada.

Allí le estaba esperando el jefe de la estación, que doblegó empujando un gigantesco cartel y derramando la pintura. Como premio a su agudeza de ingenio, consiguió la ansiada llave de la maleta y un tirafondos escondido en los railes, que empleó para golpear la campana que abría la puerta que daba acceso a la vía del tren. El depósito de agua se encontraba cerca pero antes de acudir a la reunión decidió cubrirse la espalda.

Gracias al plano de la bomba que había recogido, colocó el detonador y el conector en la valla cercana al edificio. En unos pocos segundos, la estación voló por los aires, acabando con un zombie que aprecia dispuesto a robarle la maleta antes de acudir a la cita. Ahora que ya nada podía detenerle, se dirigió al tanque de agua, donde Emili esperaba aterrorizada. En seguida apareció uno de aquellos horripilantes muertos vivientes, empuñando una bandera blanca. Ed se dispuso a cumplir su parte del trato, depositando la maleta y la llave en el suelo.

Esta ingenuidad le costó la vida, ya que, con el dinero en su poder, los hermanos Elwood hicieron acto de presencia y le acribillaron a balazos, mientras unas carcajadas metálicas se mezclaban con los silbidos de las balas.