Police Quest III - Día 5

Como sargento detective de Lytton su primer deber es atender el tráfico. Aquí empiezan las aventuras y las obligaciones..

DIA 5

En el ordenador hay novedades sobre el nuevo caso. La pintura es de un tipo específico, así que curso orden de búsqueda a través del servicio de mensajes, con el teléfono. Después, tras anotar las direcciones donde se cometieron los asesinatos hasta ahora, los empleo para señalar puntos en el mapa mediante el ordenador. Tras ver la simetria, aventuro otro punto de manera que me quede dibujada una estrella de cinco puntas invertida. Tras completar las lineas que unen los puntos, queda una preciosidad y ví que se me habían concedido puntos. ¡Jo!

Antes de abandonar comisaría, quería saludar al psicólogo para invitarle a una degustación anal de psicotécnicos mas no se hallaba en la consulta, momento que aproveché para echar un breve pero informativo vistazo a la carpeta sobre su mesa, que se trataba del archivo sobre Pat. ¡Jopé!

Pat y yo fuimos a la dirección que aventuraba como posible escenario del próximo crimen ritual. Tras aparcar, hallé aparcado a la entrada de un local de pésima reputación y aun peor clientela un vehículo sospechoso. Con el material de pruebas del maletero cogí una muestra de la pintura de ese coche para cotejarla con la tomada en el escenario del asesinato de Andrew, caso 199145. También le coloqué el rastreador.

Entré en el local, con la pistola a punto de actuar. Eché una ojeada y tras un rato hallé al sospechoso jugando al billar, aunque antes de que pudiera detenerlo echó a correr no sin antes intentar vaciar el cargador. Yo, atento, intenté responder a su fuego.

Tras salir del local inicié la persecución del sospechoso Rocklin, a traves de la autopista, gracias al rastreador que le había colocado en el coche. Terminó estampando su bonito Ferrari contra el lateral de la autopista.

Señalicé con mis bengalas el accidente y me acerqué a registrar el interior del vehículo. Rocklin estaba fiambre. ¡¡¡¡¡J O D E T E, H I J O P U T A!!! Retiré las llaves del contacto y las usé para abrir el maletero, apareciendo CINCO paquetes de cocaina. Pat se hizo cargo del papeleo. Tras acudir a comisaria, registré las pruebas y en el despachó hallé más notas del Dr. Wagner. El día acabó tras una fugaz visita al Hospital. Tenía miedo a la suegra.