Trump, el reunificador del golf: cumbre clave en la Casa Blanca

Entre rifirrafes varios y amenazas arancelarias, Donald Trump ha encontrado una nueva misión en el mundo del deporte, y se está entregando en cuerpo y alma a ella. El presidente estadounidense se ha propuesto terminar con el cisma que vive el golf profesional desde hace tres años entre PGA y LIV, y este viernes dio un potencial paso de gigante de cara a poner de acuerdo a ambos bandos con una reunión en la Casa Blanca que congregó, por parte del circuito norteamericano, a su comisionado, Jay Monahan, los representantes de los jugadores en esta batalla, Tiger Woods y Adam Scott, y el máximo dirigente del Fondo Público de Inversión saudí, propietario del LIV, Yasir Al-Rumayyan.

“Hemos mantenido una sesión de trabajo constructiva en la Casa Blanca con el presidente Trump y su eminencia Yasir Al-Rumayyan. Gracias al liderazgo del presidente Trump hemos iniciado una discusión sobre la reunificación del golf. Estamos comprometidos a avanzar lo más rápido posible y compartiremos detalles cuando sea conveniente. Compartimos la pasión por el golf y la importancia de la reunificación. Y sobre todo, todos queremos a los mejores jugadores del mundo jugando juntos más a menudo y estamos comprometidos al máximo para conseguir ese resultado para los aficionados”, rezaba el comunicado conjunto emitido tras la reunión, después de la cual Tiger apareció en escena ante las cámaras acompañado por Trump, en un acto que se enmarca dentró del Mes de la Historia Negra, una serie de eventos para conmemorar el legado afroamericano en el país. Fue ahí cuando Trump, en su estilo histriónico, jaleó a Woods con un “¡Tiger, Tiger!" para que se lanzara a los micrófonos.

Este cónclave es la continuación de otro encuentro mantenido anteriormente por Trump, Monahan y Scott, en el que ya se puso sobre la mesa lo que todo apunta a que será la forma definitiva que cobre el principio de acuerdo alcanzado en el verano de 2023: una reunificación del nivel profesional de este deporte, que volvería a operar “bajo un único tour”, acabando con la división entre PGA y LIV.

La intervención de Trump no solo favorece el acuerdo en ese sentido, también facilitará el veredicto que emita sobre él el Departamento de Justicia, que empezó a investigarlo durante la administración Biden por una posible brecha en las leyes antimonopolio del país y las diseñadas para evitar injerencias de potencias extranjeras.

Además, el presidente apunta a sacar algo de esta mediación: la retirada del veto impuesto a sus campos por el PGA desde su anterior mandato, que le llevaron a hacer negocios con el LIV, que ha celebrado varios de sus eventos en propiedades del magnate. En ese sentido, Monahan ya deslizó que ve “un futuro en el que se vuelvan a jugar torneos del PGA en campos pertenecientes a Trump”.

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