Rahm vuelve a escena mientras LIV y PGA acercan posturas
El vasco afronta la segunda cita del curso en la superliga saudí en Australia, con los nuevos avances en las negociaciones de fondo.


La cita anual del LIV en Australia, el paradigma de ese ‘Golf, but louder’ del que ha hecho su eslogan oficial, se jugará esta vez con mar de fondo. El de las negociaciones entre la superliga saudí y el PGA Tour, que amanecieron con nuevos avances este jueves, a pocas horas de que los golfistas tomen (04:10, Movistar Golf) The Grange Golf Club, en Adelaida. Entre ellos la Legión XIII de Jon Rahm y los Fireballs que capitanea Sergio García.
En este trazado que en las tres temporadas anteriores del LIV ha destacado por la capacidad para producir decibelios de aficionados ávidos de golf profesional, algo que el PGA no les proporciona (sí el circuito europeo), y del que Rahmbo dice que tiene los mejores bunkers que ha visto en su vida, el vasco, que guio a su equipo al título colectivo la semana pasada en Riad y no anduvo lejos del doblete, buscará abrir la lata individual. Como García, que sacó un top-10 de una cita que confirmó a David Puig como alguien que puede estrenarse en el círculo de ganadores más pronto que tarde y ofreció los primeros trazos del proyectazo que es Luis Masaveu.
La conversación, sin embargo, no será solo sobre golf estos días. No puede serlo tras las declaraciones que han emergido últimamente de varios de los cabecillas de LIV y PGA, que anuncian un acercamiento casi definitivo en las posturas para devolver la paz al golf profesional tras tres años de un cisma que amenaza con tragarse la bonanza que vive este deporte a nivel amateur.
“Reunificación” fue una de las palabras más repetidas por Jay Monahan en un encuentro con los medios antes del Genesis Invitational, que se disputa esta semana en Torrey Pines por indisponibilidad de Riviera tras los devastadores incendios en Los Ángeles y sin un Tiger Woods que quedó huérfano hace unos días. El comisionado del PGA dio cuenta en él de la reunión mantenida recientemente entre él y Adam Scott por parte del circuito y el presidente estadounidense Donald Trump para pedirle su mediación en la mesa de negociaciones, que describió como “muy productiva”.
Parece que el cambio de tercio en la Casa Blanca ha dinamizado las conversaciones y hay un renovado “entusiasmo” por finalizarlas más de un año y medio después del principio de acuerdo alcanzado en el verano de 2023 para la creación de una estructura conjunta llamada PGA Enterprises en la que invertiría, y contaría con voz y voto, el Fondo Público de Inversión saudí liderado por Yassir Al-Rumayyan (también tendrán participación una colección de millonarios norteamericanos con negocios varios en el mundo del deporte y, en un modelo inédito, los propios jugadores).
You have to see these bunkers 😍
— LIV Golf (@livgolf_league) February 12, 2025
World class bunkers for world class players 👀#LIVGolfAdelaide pic.twitter.com/itdf16NUhx
“Los aficionados quieren reunificación. Estamos centrados en eso. Hemos operado en un mundo con más de un circuito y nos ha ido bien, pero a largo plazo es lo mejor para los aficionados. Estamos buscando una solución que beneficie a todo el mundo”, aseguró Monahan. “El año pasado me reuní una con él cerca de una docena de veces. He llegado a conocerle bien y creo que pensamos más o menos de la misma forma, aunque no quiero hablar por él”, lanzó un guiño a Al-Rumayyan.
Otras palabras interesantes salieron de boca de Rory McIlroy, que recientemente conquistó su primer título del curso en Pebble Beach y parece que empieza a notar para bien los efectos de haber cedido las riendas en la representación de los jugadores en esta disputa a Tiger y Adam Scott. “Te hayas ido o no, todos nos hemos beneficiado de esto. Si ahora jugamos por bolsas de 20 millones de dólares, es gracias a la aparición del LIV. De otra forma no hubiera ocurrido”, apuntaba estos días. “Creo que todos necesitamos superar lo que ha ocurrido. Decir ‘vale, tenemos un punto de partida’, y trabajar en ello. Sin mirar atrás, sin mirar al pasado. Lo que ha ocurrido ha sido desafortunado, pero ya pasó y reunificarnos, mirar al futuro unidos, es lo mejor para todos”, completó en unas declaraciones que habrían sido difíciles de creer en su boca hace no mucho.
Es la dinámica general que apunta a una paz temprana. Y tiene también eco en los grandes, como prueba de ello las exenciones que han anunciado recientemente para jugadores del LIV el US Open y el British Open, y en los cuarteles de la estructura arábiga. Se refería a ella en rueda de prensa el miércoles el nuevo CEO, Scott O’Neil, reemplazo de un Greg Norman que era visto como un obstáculo para la entente. Lo hizo también en términos conciliadores.
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“Esperamos que la inversión en PGA Tour Enterprises desbloquee oportunidades para nosotros en nuevos mercados, en nuevos campos, en nuevos patrocinadores, en cadenas de televisión, en nuestra visión de hacer crecer el juego, en opciones de competición y en nuevos formatos. Estamos muy emocionados con esas posibilidades”, argumentó. “Este deporte está en buenas manos. Está creciendo. En 2024 hubo tres millones y medio más de golfistas en el mundo que en 2023. Así que estamos de maravilla. Y eso no es por accidente. Es porque este es uno de los mejores profesores del mundo. Te enseña resiliencia, paciencia. Te enseña consistencia integridad, porque tú llevas tu propia puntuación”. De proteger eso, entre otras muchas cosas, trata este acuerdo que se acerca lenta pero inexorablemente a su firma.
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