Sandor Martín asalta el Garden
El barcelonés es cabeza de cartel (sólo Paulino Uzcudun lo había conseguido, en 1935 ante Joe Louis) el sábado (03:00, Gol Mundial) frente a Teófimo López.
Sandor Martín, que ya gateó por el gimnasio KO Verdun de su padre Rafa antes siquiera de andar, ha mamado el boxeo. Y, por eso, tira de los libros de historia para poner en perspectiva su cita de la madrugada del sábado al domingo (O3:00, Gol Mundial) en el Madison Square Garden de Nueva York frente a Teófimo López. “Sólo un español, Paulino Uzcudun en 1935, ha sido cabeza de cartel allí”, cuenta. Ese día, el gigante vasco perdió frente al mito Joe Louis por KO, en el punto final de su carrera. El barcelonés (29 años, 40-2-0, 13 KO’s) espera terminar de forma muy diferente frente al estadounidense (25 años, 17-1-0, 13 KO’s) que logró unificar tres cinturones del ligero derrotando a Vasyl Lomachenko. El pleito, en el superligero, es una eliminatoria para disputar el Mundial del CMB.
Las paredes del actual Garden, cancha de los Knicks y los Rangers, es un recinto mítico que condensa la magia de los tres anteriores. Por allí han pasado los mejores. “No había tenido la oportunidad ni de ir ni de turista y ahora seré protagonista del combate principal. El destino ha querido que entrara como sustituto de José Pedraza (el puertorriqueño enfermó y Sandor fue avisado con un mes de antelación). Voy con todo a aprovechar la oportunidad”, advierte el tricampeón europeo.
Sandor se ganó el crédito con una victoria sobre una estrella, Mikey García, excampeón mundial en cuatro divisiones, en octubre de 2021 en Fresno. Y ha sabido ser paciente para pescar un combate de relumbrón que le permitiría seguir en el escaparate de EE UU. Donde están el dinero y la gloria. El triunfo le sirvió para comprarse un piso. “La bolsa contra García fue mayor que la suma de todo lo que había ganado en mi carrera. En mi combate número 41 gané más que en los 40 anteriores peleando en España”, relata.
“Nadie me ha regalado nada en mi carrera. Me ofrecieron boxear con Mikey y dije que lo cogiéramos porque llevaba esperando toda mi vida saber si merecía estar en las grandes ligas. Me demostré que estaba capacitado y ahora falta reivindicar mi posición”, explica en Barcelona, unos días antes de viajar a Nueva York. “Teófimo es un boxeador muy completo, pero su estilo me viene bien”, desgrana después de haberlo estudiado a fondo.
El púgil catalán es ahora, junto al renacido Kiko Martínez, punta de lanza de un boxeo nacional, que sigue obligado a salir fuera. “Se trata de picar mucha piedra y tener ilusión. Aquí hay talento, la gente está equivocada. Lo que falta es apoyo institucional y económico. Cuando nos dan una oportunidad en el extranjero sabemos que es un todo o nada. Pero sé que puedo estar en el primer nivel y estoy orgulloso de haberlo conseguido desde España”.
El Garden es un recinto que intentará asaltar, como siempre, con su padre Rafa en la esquina. Este fundó el KO Verdun en 1983, y ahora en el Campo de fútbol de la Montañesa, en Nou Barris, sigue impartiendo doctrina. Pero se resistía a hacerlo con Sandor. “Desde amateur, él hizo todo lo posible para que perdiese, poniéndome pruebas difíciles porque no quería que me dedicase al boxeo. Este es un deporte que pone de rodillas, en el que se sufre y se pasa mal. Pero lo fui resolviendo y me gané el puesto, aunque a veces tuve que hacer el doble que los demás para que se me reconociera la mitad”, cuenta Sandor con un punto de emoción. Para los dos, es un orgullo llegar juntos a Nueva York.
Sandor, que será padre en mayo, siempre ha sido consciente de que estaba ante una carrera de fondo. Y ha ido encajando piezas. En 2017 sumó al equipo al quiropráctico Sebastien Chastang, que trabajó con las selecciones francesas de rugby y baloncesto, que le ha enseñado a escuchar a su cuerpo igual que escucha las pocas palabras de Rafa en los descansos entre asalto y asalto. “Con muy poco nos decimos mucho”, confiesa. Los dos han subido estos días al Empire State para la tradicional foto del cara a cara con su rival. El sábado, el Garden y Teófimo. El paso previo al Mundial. Una meta que se va acercando.