El Barça, con la mirilla ajustada
Los de Velasco ponen el 1-0 frente al Palma a base de goles lejanos. Dyego, por partida doble, Adolfo y Ferrao, los autores. Los azulgrana pueden ser campeones el sábado.
Mirar, apuntar y disparar. La receta azulgrana para poner el 1-0 (4-2 en el partido) frente al Palma en la eliminatoria por el título de liga. “Ganar el primer partido es muy importante. Con la igualdad que hay, es muy difícil remontar una serie”, advertía Jesús Velasco, entrenador del Barça, en la previa del duelo. Junto al análisis, también había lanzado un mensaje repleto de prudencia: quería un Palau a rebosar y a los suyos concentrados, con el debido respeto hacia un rival que está escribiendo las páginas más doradas de su historia. Se cumplió todo. Y se añadió otra cosa: varios francotiradores desde fuera del área. Dyego, por partida doble, Adolfo y Ferrao, a base de latigazos lejanos, acribillaron a un Palma más errático de lo normal, pero al que no le faltó coraje. Y lo sigue teniendo. El conjunto balear, que remontó en cuartos y en semifinales, confía en poder hacer lo mismo para optar a su primer título. El sábado, segundo asalto. El martes, en caso de ser necesario, el duelo definitivo. Donde quieren estar, hacia donde el Barça no quiere ir.
Porque el Palma, a día de hoy, exhala peligro por todos lados. Por la calidad de sus jugadores, obvia, pero también por el contexto. No es solamente ese equipo que no tiene nada que perder, también es ese equipo que ha ganado más que nunca. Un banquete de confianza con los precedentes como postre: esta temporada, el conjunto balear se había adjudicado dos de los tres duelos directos frente a los azulgrana, con la única derrota, en la Supercopa, decidida en los penaltis. Higor, en el minuto 10, le daba un bocado a todo ello… y a la historia. Por la izquierda, danzando, haciendo buenos los tópicos que rodean al fútbol sala y a su país, Brasil, dejaba a Lozano en el suelo y, levantando el balón sutilmente, superaba a Dídac para anotar el primer gol del Palma en una final de liga. Para la galería y para empatar un partido que, desde el inicio, desprendió fuego.
El Barça venía con la lección aprendida y salía con las directrices de Velasco escritas en su mano, a modo de chuleta. Dyego, tras unos primeros compases de presión sofocante en ambos lados de la pista, estrenaba la final combinando potencia y fortuna. Se iba muy bien por la derecha, acelerando y frenando para generarse el disparo, pero encontraba la red por debajo de las piernas de Fabio, que se cerraron demasiado tarde. La cosa iba de brasileños y, sobre todo, del número ‘7′. Los diablos, cuando se divierten, son más letales. Y Dyego, durante la primera parte, se divirtió. Y mucho. Matheus, arrastrando la defensa, le dejaba vía libre para soltar otro latigazo, para soltar un 2-1 inmediatamente defendido por Dídac Plana, que le detenía un doble penalti a Mancuso. El Palma se atragantaba y, pese a sorprender al Barça al minuto de pasar por los vestuarios, de forma definitiva.
El equipo de Vadillo lleva firma, como se habitúa a decir. No duda de sus posibilidades, confía en su plan, no suele cometer errores y castiga los ajenos con severidad. En el Palau, repleto como había pedido Velasco, cumplieron con casi todo, pero fallaron en los errores propios. Sobre todo, a la hora de salir, de taponar los disparos lejanos, que les acribillaron. Diego Nunes, que terminó cojeando, castigaba una imprudencia de Dídac nada más arrancar la segunda parte, pero el Palma se hundía tras encontrar el empate. El gol de Nunes, tras un mal pase de Plana, era respondido, primero, por Adolfo y, después, por un Ferrao sigiloso, que había estado de incógnito hasta ese momento. En ambos casos, levantando al público con dos golazos. En ambos casos, desde fuera del área. Desde donde el Barça pone el 1-0 en la eliminatoria.