Alejandro Villanueva: “No disfruté ni un segundo en la NFL”
El mejor español en la historia de la NFL habla con AS dos años después de su retirada. “Hay paralelismos entre el ejército y el fútbol americano”.
Pocas veces un deportista retirado mira hacia atrás y habla de su carrera de la manera en la que Alejandro Villanueva (Meridian, Estados Unidos, 35 años) lo hace. El gaditano, aunque nacido en la base estadounidense en la que su padre, militar de la OTAN, estaba destinado, labró una gran carrera de siete años como línea ofensivo que le hizo convertirse en el mejor español en la historia de la NFL. Después, en 2022, se retiró y se trasladó hasta Miami, donde ahora se dedica a la agricultura. Antes de llegar a la mejor liga del fútbol americano, ‘Ali’ fue capitán de los Rangers del ejército estadounidense, llegando a estar destinado en Afganistán en tres ocasiones. El gigante de 2,06 metros, que jugó seis años en los Pittsburgh Steelers y uno en los Baltimore Ravens, y que fue seleccionado dos veces para la Pro Bowl (All Star de la NFL), viajó a España como nuevo embajador de los Madrid Bravos, y visitó la redacción de AS para repasar su trayectoria.
Pregunta: ¿Qué tal su vida después de la retirada, ahora qué hace?
Respuesta: Pues mira, yo tengo un padre que es del País Vasco y una madre de Granada, al País Vasco nunca he ido, pero a Granada he ido todos los años de mi vida a ver a mi familia. De hecho, estar aquí en Madrid y no ir a ver a mi abuela me resulta bastante extraño, es la primera vez en mi vida que vengo a España y no voy a ver a mi abuela a la vega de Motril. Entonces, allí, en la vega de Motril, mi familia desde siempre ha estado en la agricultura: chirimoyas, aguacates, tomates... Y a mí la agricultura y el campo siempre me ha despertado una pasión. Entonces, cuando terminé de jugar en la NFL, tuve el privilegio que muy poca gente tiene de poder elegir dónde iba a vivir en el mundo. Me enamoré de la ciudad de Miami. Me enamoré porque llevo ya muchos años de mi vida viviendo en Estados Unidos, la gente ni puede decir mi nombre y me llaman ‘Alí', ‘Ao’ o de cualquier forma diferente, y en cuanto llegas a Miami te das cuenta de que es la capital hispanolatina del mundo, en la que España tiene un papel y una apreciación espectacular. Me fui a vivir a Miami, encontré oportunidades de agricultura y, desde entonces, estoy metido ahí y me gusta bastante.
¿Sigue viendo NFL?
No, no, nunca. Yo veía la NFL porque siempre estaba viendo los jugadores contemporáneos, los rookies que entraban a ver cómo jugaban... Lo veía desde un punto de vista más analítico, pero ya no tengo ningún incentivo. Y me encanta pescar, los domingos siempre voy a pescar con mis hijos. Yo nunca he sido fan de ver el deporte, entonces no sigo tanto la NFL, la verdad.
¿Cuál fue el motivo de su retirada? ¿La gasolina no daba para más, falta de motivación...?
Fue un tema pragmático. Yo me metí en la NFL con el único objetivo en mente de poder pagarme un MBA (máster en administración de empresas), que por aquel entonces los MBA eran una pijada americana, y si no tenías un MBA no ibas a poder avanzar en tu carrera después de haber estado en el ejército. Mi único objetivo era conseguir dinero mediante la NFL para pagármelo. Cuando terminé el MBA y terminé de conseguir los objetivos financieros que tenía (ganó más de 33 millones de dólares en contratos), me di cuenta de que jugando al fútbol americano te puedes lesionar de por vida y que llegas a una edad en la que la testosterona no es la misma que tenías antes. Y, a menos que decidas pincharte o meterte en el mundo oscuro de los esteroides, es muy difícil mantenerse y jugar a ese nivel. Entonces, creo que es por orgullo, por decir que, si no voy a estar metiendo leches, no voy a jugar, que no me las metan a mí. A esa edad (33 años), ya más o menos tenía unas lesiones en el cuerpo que iban a poder condicionar la calidad de vida que iba a tener después de la NFL, y hay que tomar la decisión de una forma pragmática, viendo las cosas de una forma objetiva y sin emocionarse mucho. Yo creo que era la hora y no tengo ningún remordimiento por haberme ido.
Entonces, imagino que lo de entrenar o seguir ligado al fútbol americano no es una posibilidad para usted.
No, no... Yo estoy con la agricultura en Miami y a corto plazo no me veo. Yo creo que a lo mejor no sería tan buen entrenador, no tengo la pasión o no me gusta motivar a la gente, no tengo el gen de Llados de decirle a la gente que se ponga a hacer burpees. El fútbol americano es algo que tiene que salir de uno mismo. Ha salido de mí mismo, porque yo crezco en España y para ir a la NFL tenía que ser yo repitiéndome que lo iba a conseguir. Yo me enseñé todo a mí mismo. Y es que nunca he tenido mucho respeto por los entrenadores, para mí han sido los que te decían a qué hora tienes que estar en un sitio. Pero el fútbol americano tiene que salir del jugador, la técnica es siempre muy personal, a lo mejor los entrenadores aportan cosas más espirituales, pero para eso yo creo que hay otras personas con más ilusión.
Cuando empieza, ¿se imaginaba una carrera como la que tuvo? ¿Bajo ese punto de vista pragmático pudo disfrutar de sus logros?
No, para nada, yo nunca creí que iba a jugar en la NFL, nunca, nunca, y nunca disfruté ni un segundo en el que estuve en la NFL. Fue profesional, fue estrictamente trabajo, fue una vida sobre todo muy pública, que es algo que no me gusta nada, con una carrera llena de controversias. No sé si es coincidencia o es un poco simbólico que un español se meta en la NFL y empiece a meterse en temas de símbolos de la nación, de definir lo que es una nación. Es algo bastante curioso. Entonces no disfruté para nada de lo que fue la NFL, no tengo redes sociales, no me interesa para nada lo que pueda venir de la fama. También vengo de Cádiz, la provincia de España en la que no se aprecia mucho el dinero, en la que no hay amor al dinero y al lujo. Por todos esos motivos me quedé bastante vacío después de jugar ocho años y de haber sacrificado tanto. Sí es verdad que, a su vez, tuve grandes amigos en la NFL, he mantenido todos mis amigos de España y del ejército, tampoco me ha cambiado mucho la vida. Han sido ocho años de ponerse la gorra e ir a trabajar todos los días.
Ahora que hablaba de controversias, la más sonada que tuvo fue cuando salió a escuchar el himno estadounidense mientras sus compañeros de los Steelers se quedaron en el vestuario en señal de protesta. ¿Cómo lo recuerda?
No, lo viví fatal. Al principio, yo creo que si no conoces muy bien los medios de comunicación, los ciclos de los medios... Yo soy muy fanático de la política española, me encanta. Desde pequeño, mis padres siempre ponían la radio por la mañana y la escuchaba. Yo creo que la turra política después de comer es algo muy, muy español. Entonces, yo siempre he estado muy expuesto a los medios de comunicación y cómo los ciclos van aprovechándose de ciertas noticias, intensificando ciertas noticias, y luego cuando se aburren van a otra noticia. Crees que, cuando están hablando de ti, que se va a hablar de ti el resto de tu vida, pero te das cuenta de que no, que cuando la noticia baje se va a calmar y no va a pasar nada. Lo que pasa es que sí que es un poco coñazo tener que hablar siempre del mismo tema cuando habla la gente, porque es como hablar de un tema en el que no hay soluciones, y yo tampoco soy un sabio ni tengo las respuestas de todo. Entonces fue un tema bastante raro el tener que hablar con la gente sobre temas existenciales, tan grandes como son los símbolos nacionales. Pero bueno, a mí me gusta mucho aprender. Cuando te vas a Estados Unidos con 17 años es como si empieza una película, empiezas a aprender y a ver todas las diferencias, sobre todo entre España y Estados Unidos, que se van aplicando a tu vida y tú las vas poniendo en contexto. Para mí, el tema de las naciones ha sido algo que siempre me ha llamado mucho la atención, por ser español y haber vivido en Estados Unidos, y he aprendido bastante sobre ello. Hay cosas negativas, pero el aspecto positivo del aprendizaje ha sido espectacular.
Sin la historia que tiene detrás, la de un veterano del ejército con pasado en Afganistán, ¿habría recibido menos atención en temas así?
Lógicamente, la noticia fue que un veterano estuviese defendiendo la bandera de un país, de Estados Unidos. El significado de una bandera, de una nación, ha sido un concepto muy importante en mi vida. Principalmente por mi padre, que es del País Vasco y siempre, para él, la definición de lo que es ser español ha sido lo más importante de toda su vida, con diferencia. Y yo nunca lo he visto así. Quizás por ser un adolescente rebelde, pero a mí no me llamaba tanto la atención y a lo mejor despreciaba y no me interesaban tanto estas conversaciones hasta que empecé a ganar un poco de experiencia en la vida, me convertí en adulto y empecé a pensar de una forma más crítica y lógica. Sí que es verdad que comencé a ver estos temas de, como dicen en Estados Unidos, construcciones sociales, de una forma un poco más seria. Pero, desde luego, el tema de haber estado en el ejército yo creo que siempre atrajo mucho sobre todo esa atención que dices.
¿Por qué el fútbol americano? ¿Encontró muchas similitudes con su experiencia en el ejército?
Yo siempre sabía que me iba a salir, nunca tuve ninguna duda. El fútbol americano no es como otros deportes como el fútbol, la natación... En los que, o a los 12 años ya estás a tope con ello o no lo vas a lograr. Pero en el fútbol americano puedes empezar en cualquier momento, es muy diferente al resto de deportes. Ofrece algo muy diferente, ese aspecto de liderazgo, estrategia, espectacularidad... Representa a Estados Unidos vendiéndote el pescado, te hace pensar mucho de la vida, es muy especial por ese aspecto. Mi teoría es que la NFL empezó antes de la Primera Guerra Mundial, cuando los de Harvard y Yale no iban a la guerra y tenían una especie de inseguridad por ser hombres y no luchar, por lo que empezaron a desarrollar este deporte que combinaba muchos aspectos del ejército americano. De hecho, cuando vas a un training camp de la NFL parece que estás en el ejército. Mi primera experiencia como europeo en Estados Unidos era preguntarme que por qué me estaban gritando. ¡Y estaba en el ejército a la vez! Vi muchos paralelismos en el tema de la disciplina, la organización, un ‘mundo de hombres’... Y eso es lo que representa el fútbol americano. Si tienes fe en que tus habilidades se alinean con este deporte, yo creo que es imposible pararte. Es un deporte muy mental basado en mentalidad 100%. Cómo puede Tom Brady levantarse por la mañana pensando en esa forma, pues así ha tenido esa carrera.
¿Se puede repetir un caso como el suyo, el de un español triunfando en la NFL?
Me hace gracia eso, porque la gente me dice que en España no somos muy grandes. ¡Pero me lo dicen a mí! (Se ríe). Yo no soy Neo de Matrix, no soy la única persona que va a salir grande en España, hay muchas personas en este país que tienen un talento físico espectacular. Hay mucha mezcla de gente y culturas en España, y eso genera excepciones físicas que no solamente han ocurrido en la NBA, sino en otros muchos deportes. Que ocurra no es ninguna coincidencia, pero tiene que haber mucha coordinación para llegar a ese chaval a una edad temprana y ponerle en una posición en la que pueda irse a Estados Unidos, ya sea a la liga universitaria o a la profesional. España tiene mucho talento, el espíritu competitivo es lo que más se valora en el fútbol americano y es el factor más importante que existe, y de eso hay mucho aquí.
¿Qué labor desempeña ahora como embajador de los Madrid Bravos?
Yo estoy muy orgulloso de ser español, yo creo que ser español en Estados Unidos es algo incluso más grande que ser español en España, aunque cueste de entender. Por eso, yo siempre estoy esperando a la gran noticia que llegue desde España. El fútbol americano es un deporte muy nicho que puede alcanzar a todo tipo de gente. Tú me dices que hay un chaval en Jaén que puede ser el mejor jugador de la historia de la NFL y me lo creo perfectamente. Al español le encanta la competición, lo tenemos en la sangre, nos encanta competir de una forma muy humilde, muy determinada, que son valores que se ajustan mucho al fútbol americano. Por eso creo que pueden salir grandes jugadores de fútbol americano, pero sin equipos como los Bravos nunca va a pasar. Puede haber un chaval en Jaén o Córdoba que mide 2,10, enorme, con manos de pelotari espectaculares, ¿qué hace ese chaval en España? Ahora, con un equipo así, tiene la oportunidad de crecer y ganar exposición. A mí el fútbol de los pies me parece un rollo, el fútbol americano trae elementos de estrategia, de liderazgo, que son muy interesantes y que al público español le puede gustar mucho. A mí me tienen para lo que necesiten, tengo mucha ilusión de que este proyecto salga para delante y que, dentro de 10 años, haya un jugador con pasado en los Bravos que está triunfando en Estados Unidos.
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