McIlroy: “Me cuestioné si alguna vez ganaría el Masters”

Con la cara roja a puro llanto, Rory McIlroy compareció en el edificio de prensa del Augusta National este domingo para dar la rueda de prensa que siempre quiso dar, como campeón del Masters 2025. Antes los periodistas, el norirlandés exorcizó los demonios de una década persiguiendo el Grand Slam:

El Masters: “Este es, de lejos, el torneo de golf más grande del mundo. Soy de un lugar en el que se me puede criticar por decir esto, pero vuelvo a cuando veía este torneo con mi padre cuando tenía siete u ocho años, viendo lo que hizo Tiger en 1997, esa fue mi inspiración para intentar ser lo que soy hoy. Pensar que estoy aquí llevando una chaqueta verde es un sueño hecho realidad. Mis sueños se han cumplido hoy”.

Atmósfera: “Este es un evento único, la norma de que no haya teléfonos móviles hace que todo el mundo esté muy presente y muy metido en lo que hacemos en el campo. Es un placer jugar en una atmósfera como en la de hoy”.

Perseverancia: “Mi familia, mi equipo (llorando)... Han estado en este viaje conmigo todo el tiempo, saben la carga que he tenido cada año viniendo e intentándolo una y otra vez. A mi hija Poppy, nunca te rindas con tus sueños. Sigue volviendo, trabajando duro, y si pones tu mente en ello, puedes lograr cualquier cosa. Te quiero”

Sueño: “Es el honor de una vida estar aquí, he soñado con este momento durante mucho tiempo, y no puedo esperar para estar aquí el año que viene, en la posición de Scottie, ojalá poniéndome la chaqueta verde a mí mismo”.

Dudas: “Quiero empezar con una pregunta. ¿De qué vamos a hablar el año que viene? Es un sueño hecho realidad, he soñado con esto desde que tengo uso de razón. Ver a Tiger aquí en 1997, haciendo lo que hizo y ganando su primera chaqueta verde, inspiró a muchos de mi generación para emular lo que hizo. Hubo momentos en mi carrera en los que no sabía si tendría esta pieza sobre mis hombros. No lo hice fácil hoy, definitivamente no lo hice fácil. Estaba nervioso, fue uno de mis días más duros en un campo de golf. Siento que el doble bogey al 1 calmó mis nervios. Es gracioso, yendo al tee del 2, lo primero que se me vino a la mente es Jon Rahm hace un par de años, haciendo un doble bogey nada más empezar y acabó ganando. Mi mente estaba en el lugar correcto y pensaba correctamente. Ha sido una montaña rusa de día, parecía más un US Open que un Masters con lo rápidos que estaban los greenes. Orgulloso de cómo me he levantado de los dobles bogeys. No sé si algún campeón de Masters tiene cuatro dobles bogeys en la semana, quizás soy el primero. Sí, una montaña rusa de emociones. Lo que se me ha venido en el green en el playoff, 11 años al menos, si no 14, de emociones contenidas, desde 2011″.

El gesto de Cabrera: “Es irónico, porque hoy he llegado a mi taquilla y había una nota de Ángel Cabrera deseándome suerte. Cabrera es con quien jugué en el último día en 2011. Fue un bonito gesto y algo irónico a la vez. Han pasado 14 años, pero finalmente he completado el trabajo”.

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