Jon Rahm: “En Augusta me sentí cerca de ser invencible”
El vasco atiende a la Prensa española tras su victoria en Augusta, que repasa con profusión: la chaqueta, el golpe del 14, Seve, Chema, Sergio...
Algo más de una semana después de una instantánea que ya es historia del golf español, Jon Rahm (Barrika, 28 años) atiende a la Prensa española para desgranar su triunfo en el Masters de Augusta, que analiza con profusión, desde el golpe en el 14 del domingo a Seve, Chema, Sergio, la chaqueta verde, el Vestuario de Campeones...
¿Cómo vivió la semana pasada tras su triunfo en Augusta?
Obviamente fue una gran semana. Cansado, intentando digerir lo que había pasado la semana anterior y a la vez intentando competir. Pero fue muy bonito en general ver el apoyo que tuve en Harbour Town (la sede del RBC Heritage) del público americano (se llevó una gran ovación el domingo en el último hoyo). En pocos sitios me siento como en casa, y me hicieron sentir como si jugara en España.
Se rumorea que pidió compartir taquilla con Seve en el Vestuario de Campeones de Augusta.
Augusta tiene ciertas reglas que hay que seguir. No puedes pedir mucho y pretender que te hagan caso. Vi que Sergio (García) y Chema (Olazábal) estaban juntos, y que Seve compartía con Schwartzel (Charl, sudafricano campeón en 2011). Dije que sería un honor que para mí que pusieran a los sudafricanos juntos y compartirla con él. O si no que pongan a Chema y a Seve y luego a mí y a Sergio, pero mantener la historia española unida en ese sentido. Pedir, pedí.
Otra de las costumbres es dejar allí el palo que ha sido más importante esa semana. ¿Sería el hierro 8 del 14?
No sé si es el palo más valioso o un palo de cierto golpe. Sé que Scottie (Scheffler, campeón en 2022) dejó su sandwege, por lo que bien que aprochó el domingo. Si nos piden algo, el hierro 8 sin ninguna duda. Fue un gran golpe que todavía no entiendo lo poco que se ha hablado del tema. Si hay que decidir un golpe que me ganó el torneo fue el 14.
“Pedí compartir taquilla con Seve en el Vestuario de Campeones, otra cosa es que me hagan caso”
Explique el golpe.
Estoy en el semirough, así que, para empezar, darle cierto efecto a la bola es muy complicado. Es muy fácil que salga fuerte, recta, un poco más alta, y acabe larga a la izquierda del green, en casa Dios. Tengo un árbol de por medio. Lo único que tenía a favor es que el viento estaba en contra de la izquierda y no tenía que abrirla tanto como en otras circunstancias. Pero pegué un hierro 8 desde 128 metros, un golpe que tenía que salir baja pero con efecto para que abriese unos cinco o diez metros. Desde ahí dejarla a un metro... es que no. Para mí fue increíble.
Habla del Grand Slam pero, si solo pudiera ganar un grande más, ¿cuál elegiría?
Ahora mismo sería entre el PGA y el (British) Open. El PGA para cerrar el Grand Slam español, pero, personalmente, elegiría el Open. La cuna del golf. Para mí no hay torneo más grande. Es el más antiguo, con toda la tradición que tiene, que Augusta tiene mucha, pero esto es diferente.
¿Cómo fue el momento en el que se queda solo y empieza a pensar en lo que ha conseguido?
Dormí fatal, porque sentía la adrenalina de todo lo que pasó ese día. Pero la mañana siguiente, no sé qué estaba haciendo, pero estaba en la habitación con Kelley (Cahill, su mujer), y vi la foto que subió Golf Digest, ese photoshop en el green del 18, con Seve y yo dándonos la mano. Me llegó todo de golpe y empecé a llorar. Literalmente. No supe por qué, pero el momento fue así: vi la foto, miré a Kelley, volvía mirar la foto y la siguiente vez que ella me miró tenía lagrimones por todos lados.
“Si solo pudiera ganar un grande más, elegiría el British Open”
¿Qué le aporta la familia?
La familia ayuda mucho. Desde enero han venido a todo y a mí me ayuda a separar el golf y la vida normal. Cuando me despierto estoy con los niños, tenemos esa rutina. Soy su padre, me lo paso muy bien, me olvido del golf. Luego voy al campo, me concentro en lo que tengo que hacer y, cuando vuelvo, juegue bien o mal, me ayuda a olvidarme y a centrarme en ellos, en darles de comer, cenar o lo que sea.
Cuatro victorias en cuatro meses. Con esa progresión, ¿piensa en un año de diez o doce?
No nos pasemos (ríe). Lo que he conseguido es increíble, pero esto es difícil, no es que vaya a ser así para siempre. Ojalá. Obviamente empecé el año que el objetivo era ganar más de un torneo, y un grande, y lo he conseguido. Ahora, hay veces que cuando consigues tanto tan rápido hay como que reenfocar esos objetivos. Pocas personas han conseguido ganar cinco o más torneos con un grande en una temporada. Los últimos años lo único que yo me acuerde, Spieth y Day en 2015. El único otro que lo ha podido hacer, que yo me acuerde, es Tiger. Lo ha hecho varias veces. Poder hacer algo así sería increíble, me queda una victoria. Pero mucho he conseguido ya este año.
Seve ganó 50 veces en Europa, 87 en total. ¿Jugando tan poco en Europa es factible llegar a esa cifra?
Las 50 va a ser complicado porque no juego, ya pocos de nosotros jugamos el European Tour completo. Tengo nueve ahora. Me encantaría poder ganar The Players, la FedEx, los grandes, oro olímpico... A ver, estamos hablando de muchas cosas, con mucha ambición, pero querer quiero. Factible es, difícil también, y ya iremos poco a poco. Al final yo considero que este año, sobre todo, y en mi carrera he conseguido cosas que muchos no creían que pudiese conseguir. Entiendo que es vuestro trabajo pensar en qué puede ser, cómo va a ser el futuro, pero vamos a concentrarnos en este año, en lo que ha pasado y en lo que viene. En el futuro ya veremos.
“Será difícil llegar a las 50 victorias de Seve en Europa”
¿Hubo algún momento en la semana que le impulsara?
Cuando jugué la vuelta de prácticas con Chema y con Sergio hablamos mucho de Seve. Cómo era él, cómo jugó Augusta… Que era un artista con las cosas que hacía, historias que no se ven en la tele o cosas que la gente no sabe. Me ayudó básicamente a no pensar en técnica, a ver el golpe más que pensar en cómo hacerlo. Y luego hubo un mensaje de Phil (Mickelson). No me acuerdo qué día fue, pero más o menos dijo algo como “ya tendremos muchas comidas y muchos momentos en el Vestuario de Campeones”. Y tenía razón.
¿Se sintió invencible en algún momento?
Me sentí muy cómodo, como mejor me he sentido. Muy bien desde el tee, muy bien con los hierros, el juego corto, el putt... El domingo sí que me sentí cerca de ser invencible.
¿Notó el domingo como el público jaleaba a Seve cada vez que usted entraba en un hoyo?
Estaba muy metido y no me di cuenta que se levantaban, igual porque iba tan metido en lo que tenía que hacer que no miraba al público. Oía lo que decían. Cuando empezó al última vuelta había mucha gente que era seguidores del LIV, que querían que Koepka ganase, y tenía mucho apoyo. Pero cuando yo hice el birdie del 3, él hace el bogey del 4, esa dinámica cambia un poco. Y yo creo que se dan cuenta de lo que puede pasar si gano yo, de le historia, un poco de lo que viene. Una vez metí el birdie del 6 y cogí el liderato, cambió totalmente. Se oía muy poco hacía Brooks (Koepka), y mucho hacía mí. Obviamente mucha gente decía Seve, pero en general había mucho apoyo durante toda la vuelta y se notaba en cada golpe. En el 18 ya me di cuenta de todo. Varios jugadores me han dicho que esa ovación fue especial y yo creo que se notó. Había algo más que un líder llegando al 18 y yo creo que el público de Augusta, que es muy conocedor de la historia del golf y que es consciente de lo que pasa en el campo, lo transmitió también. Eso es lo que lo hizo tan especial para todos.
“Muchos me han dicho que la ovación que me dieron en el 18 fue especial”
¿Ha decidido ya dónde se va a poner la chaqueta?
No sé cuándo voy a utilizarla, porque hay que pedir permiso y te ponen ciertas reglas. Me imagino que en alguna entrevista me pedirán que la use, pero no estoy seguro.
¿En el campo del Athletic?
Sería increíble. Ojalá cuando vaya a Bilbao tenga un partido para poder hacerlo.