2023: el año de Jon Rahm, un elegido para el golf
El Masters es el cuarto triunfo de Jon Rahm en los primeros cuatro meses del que ya es el año de su confirmación como gran estrella de este deporte.
En el golf, como en muchas otras cosas de este mundo, normalmente nada es lo que parece. Este es un deporte plagado de historias increíbles, de éxitos y desgracias imposibles de intuir. Pero a veces, y solo a veces, lo que hay es exactamente lo que parece que hay. En Jon Rahm se intuía desde sus tiempos universitarios, cuando se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia del distinguido programa de golf de Arizona State, un golfista de la más absoluta élite, un gran campeón.
Los presagios se fueron confirmando año a año. Tres victorias (dos en Europa, incluyendo la final del circuito, y una en Norteamérica) en la 16/17, su primera temporada completa en el PGA; dos en la 17/18; cuatro en la 18/19; su primer major, el US Open, en la 20/21; tres en la 21/22 y ya van cuatro contando Augusta en esta 22/23. Excluyendo el Hero World Challenge de 2018, torneo no oficial, y la Ryder de ese mismo año, son 19 triunfos en seis temporadas (11 en el PGA, los mismos ya que Sergio García) y media en la élite. Y en grandes escenarios como Torrey Pines, La Quinta, Riviera... y el más especial de todos, Augusta, su confirmación como un elegido para este deporte.
Números ‘tigerianos’ que han sentado a Rahm en la mesa de los grandes golfistas contemporáneos. De hecho solo Tiger mejora su porcentaje de victorias en torneos valederos para el ranking mundial, en el entorno del 12%. Las estadísticas le sitúan regularmente como un golfista total: entre los mejores desde el tee, entre los mejores en el approach y, con más altibajos, entre los mejores pateando.
Ya ha pasado 46 semanas al frente del ranking mundial, y ha jugado en dos equipos Ryder europeos. En su estreno, en la victoria de 2018, tumbó al Tigre en un punto que resultó vital para el Viejo Continente. Repitió en 2021 convertido ya en uno de los líderes espirituales en la dura derrota en Whistling Straits, y volverá a estar en septiembre en el Marco Simone de Roma, donde será junto a McIlroy el ojito derecho del capitán, Luke Donald. Con el Masters, está a un PGA, territorio sin conquistar por ahora para el golf español, y un British Open de completar el Grand Slam, algo que solo Jack Nicklaus, Tiger Woods, Ben Hogan, Gene Sarazen, Gary Player y Bobby Jones (este en 1930, cuando no existía el Masters y en su lugar contaba el US Amateur) han conseguido.
Un matrimonio de película y paternidad
No han sido solo años de consolidación en lo profesional para Rahmbo. También ha terminado de edificar su vida personal. Se casó con Kelley Cahill en un matrimonio de película, una historia de amor universitaria trasladada a la realidad, en diciembre de 2019 en Bilbao. En abril de 2021 nació el primogénito de la pareja, Kepa, y en agosto de 2022 llegó el segundo, Eneko. La familia reside en Scottsdale, en la periferia de Phoenix, donde arrancó su historia y hogar del Phoenix Open, uno de los eventos del circuito más especiales para Jon, que alguna vez ha jugado el mítico hoyo 16 enfundado en una camiseta de Arizona State.
El chorreo de victorias del de Barrika le ha puesto, claro, en una situación financiera cuanto menos holgada. Ya se ha embolsado más de 45 millones de dólares (algo más de 40 de euros). Solo en premios, sin contar lo que le aportan los patrocinadores que con el paso del tiempo han ido ocupando diferentes espacios de su vestimenta, entre ellos Mercedes, Rolex o Blue Yonder. A finales de 2020 dio un volantazo a nivel de proveedores, cambiando Adidas por Travis Matthew en cuanto a vestimenta y TaylorMade por Callaway en la bolsa. Sin métricas de la influencia que ha podido tener sobre todo este último cambio, lo cierto es que desde entonces no le ha ido nada mal. Si ya asomaba como uno de los mejores golfistas del mundo, a estas alturas, abril de 2023, es simplemente el mejor.