Jon Rahm revela cómo fue ganar a Tiger en la Ryder Cup
En una entrevista con Golf Digest, el vizcaíno confiesa los entresijos de su victoria frente al Tigre en los partidos individuales de la Ryder de 2018.
No hubo golpe de puño del Tigre, hubo rugido del León de Barrika. Era 30 de septiembre de 2018 y Jon Rahm acababa de tumbar a Tiger Woods por 2&1 en los individuales de la Ryder Cup de París. El equipo europeo se ponía 12.5-9.5 arriba en Le Golf National y aceleraba hacia la consecución de su 12º título. Fue el primer y único triunfo de Rahmbo en esa edición, la de su debut. Superó a uno de sus grandes referentes y no escatimó en la celebración, con varios gestos salvajes que precedieron a un sentido abrazo con el estadounidense.
Ahora, en una entrevista con Golf Digest, el vizcaíno ha desvelado los entresijos de esa victoria. Preguntado acerca de cómo fue vivir aquello, reconoce que considera ese momento uno de los más especiales de su incipiente carrera profesional, uno "como ningún otro". A continuación, su respuesta completa:
"Es una larga historia, pero tengo que contarla. Estaba observándole desde el balcón de la casa club en East Lake cuando consiguió su 80ª victoria en el PGA, que era la primera desde 2013, en el Tour Championship de ese año. Siendo alguien que creció viendo golf y viéndole a él, fue muy emotivo para mí presenciarlo, formar parte de ello. Siempre podré decir que presencié a Tiger meter un putt para ganar un torneo y reiniciar su carrera.
Y entonces voy a mi primera Ryder. Me toca jugar el primer partido de fourballs del viernes con Justin Rose. Jugamos contra Koepka y Finau. Jugué muy bien los nueve primeros y a partir de ahí me derrumbé y perdimos, uno abajo. La siguiente mañana jugué fourballs otra vez, esta con Ian Poulter, y estuve muy mal en los 12 primeros pero terminé fuerte, aunque era demasiado tarde. Perdimos por 2&1 contra Jordan Spieth y Justin Thomas. Se suponía que iba a jugar los cinco partidos y terminé jugando tres. Seguramente no debería ni haber jugado el segundo. Estaba jugando mal, sin encontrar las mejores sensaciones, pero el equipo ganaba, así que estaba contento. Entonces salen los emparejamientos para el domingo, y me toca con Tiger.
Hasta ese momento, él no había ganado ningún punto, pero tampoco estaba jugando terrible. Se topó con Francesco Molinari y Tommy Fleetwood, y creo que cualquier jugador del mundo habría perdido esa semana contra ellos. Yo sabía que él quería ganar algún partido desesperadamente.
En teoría es un campo que le va bien a Tiger, con énfasis en la posición de la bola y la estrategia. Bjorn (Thomas Bjorn, el capitán europeo) me dijo que tendría que ganarle jugando a su propio juego. Me dijo que él no iba a cometer errores y que capitalizaría los míos. Así que no podía darle la oportunidad de hacer eso. Y claro, hasta entonces cometer errores era lo único que había hecho yo. Tras hablar por teléfono con Fleetwood y mi entrenador mental durante media hora, salí al campo a tratar de jugar como si Tiger no estuviera allí. Casi ni le miré aquel día. De alguna manera, es lo que fui capaz de hacer, y jugué un golf bonito. Mis emociones surgieron cuando fallé un putt corto en el 16 y mi ventaja se quedó en 1 arriba. Me dije a mí mismo que iba a ganar ese partido. Pegué el mejor drive de mi vida en el 17, un gran segundo golpe para dejarla a cinco pies y metí el putt. Entonces todo lo que llevaba dentro ese día afloró".