Pleno en las semifinales del 1.500: 3 de 3.

Las series del 1.500 femenino resultaron un thriller, con final final, para dos de los españoles... porque Mario García Romo está en un estado de forma esplendoroso y no necesita incertidumbres. El salmantino de Villar de Gallimazo (23 años) ya dejó claro en AS cómo ha llegado a los Mundiales de Oregón: “No tengo miedo al fracaso y quiero estar en la final del Mundial. Estoy entre los mejores del mundo”. En su serie, que compartía con el vikingo africano, Jakob Ingebrigtsen, demostró su enorme potencial, control, zancada, ritmo y valentía para meterse por puestos y hacer marca personal pese a entrar andando en meta. “Eso es un poco irreal porque creo que valgo mucho menos de ese tiempo que tenía. El objetivo era pasar a la siguiente ronda y está cumplido. Ahora viene el de mañana, meterme en la final”, afirmaba a este medio en zona mixta.

El mediofondista que tiene similitudes en su correr con el mito Sebastian Coe desgranaba la carrera: “Me he encontrado muy bien. Al principio sí que me pareció después del primer 500 un ritmo un poco fuerte, creo que ahí pegaron un hachazo muy grande, estaba un poco atrás y me pilló un poco despistado. Luego después en el último momento me he ido encontrando muy bien cuando la gente se ha ido quedando y he ido simplemente progresando. En el último 200 he visto que estaba entre los seis primeros que clasificaban y me he relajado un poco controlando la situación”.

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E incluso, además de demostrar respeto por los grandes nombres dejaba claro que no le asustan: “A Ingebrigtsen le he visto muy suelto yendo por detrás de él. Es el campeón olímpico por alguna razón y mi objetivo aquí es competir contra todos los buenos. Creo que estoy entre los mejores del mundo y tengo que probarlo para estar en la final del martes. Me veo en el mejor momento de la temporada y creo que la preparación ha sido impresionante. Tengo una gran motivación, más después de ser campeón de España en Nerja, y espero competir de tú a tú contra cualquiera”.

Menos sobrado pero igualmente en la penúltima ronda de Eugene está Ignacio Fontes, 7º con 3:36.69 y pasaba por tiempos, que se enteraba de su pase justo al acercarse a la grabadora: “Me he visto bastante mejor que en Tokio. Creo que he corrido bien aunque he tenido un toque, algo que prefiero a quedarme encerrado. Me he visto bien pero a falta de 50 metros me he visto sexto y me he quedado un poco bloqueado y me han pasado dos. He pasado de ronda que era el objetivo y las semifinales serán otra historia. El nivel es muy alto y a ver cómo recuperamos con solo 24 horas de descanso. Me veo con opciones de entrar en la final. Estoy bien, tranquilo, he quitado carbonilla y a mí se me da bien correr rápido en rondas consecutivas. Confío en ello y ojalá pueda repetir lo de Tokio y entrar en la final”. El tercero de la terna, Mohamed Katir logró también el objetivo aunque las sensaciones no fueron las mejores con continuas miradas a las pantallas y a los rivales dando la sensación de mostrar nerviosismo. Sexto puesto con 3:39.45, el peor tiempo de los 24 clasificados.