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ATLETISMO |MUNDIALES DE OREGÓN

“No tengo miedo al fracaso y quiero estar en la final del Mundial”

Mario García Romo llega a Eugene como campeón de España de 1.500 tras derrotar a Katir, Fontes y Mechaal... y el salmantino no se conforma: “Estoy entre los mejores del mundo”.

Eugene (Oregón)Actualizado a
“No tengo miedo al fracaso y quiero estar en la final del Mundial”

Mario García Romo (Villar de Gallimazo, Salamanca, 23 años) es el mediofondista de moda. Su extraordinaria trayectoria en EE UU haciendo historia para su universidad, Ole Miss (universidad pública de investigación de Misisipi con 173 años de historia donde ha estudiado química especialidad bioquímica), ha tenido su continuidad con el ‘pelotazo’ de proclamarse campeón de España de 1.500 en Nerja derrotando de tú a tú a Mohamed Katir, Ignacio Fontes y Adel Mechaal. El ‘Cohete Rebelde’ es una superestrella universitaria en el país de las barras y estrellas que acoge los Mundiales de atletismo al haber ganado cuatro medallas de la NCAA en apenas un año: oro en la Milla indoor (2022), plata en el 1.500 (2022), plata en el relevo combinado (2021) y bronce en el 3.000 (2021). La madrugada del sábado al domingo (03:30 horas) debuta en las series del ‘milqui’ y poco antes compartió un rato con AS en Eugene... con idea de que su nombre retumbe en el firmamento del atletismo. Muchos ven en él cosas de Sebastian Coe... palabras mayores.

-Sólo horas para que empiece el Mundial. ¿Cómo está?

-Llego muy bien de forma. Estas tres últimas semanas después del Campeonato de España me han venido muy bien para resetear un poco. Sobre todo para encontrar otra vez una rutina de entrenamientos porque al final he estado compitiendo todo junio. Vengo con ganas y con la determinación de meterme en la final lo primero. Y luego una vez allí intentar luchar por todo.

-Lleva ya tiempo demostrando su potencial, pero quizá muchos le han descubierto al proclamarse campeón de España en Nerja. ¿Entiende que muchos lo consideraran una sorpresa?

-Yo creo que sí, que se considerara por bastante gente como algo sorprendente, pero la gente con la que compito sí se lo podía esperar. No sé si para ganar pero sí saben de mi carácter competitivo y de mi estado de forma. La carrera salió muy bien y estoy muy contento, más todavía con el excelente nivel competitivo que hay ahora en España. Además no fue táctica, sino rápida y lo disfruté mucho. Creo que fue un gran espectáculo para el público también. Ojalá en los próximos años siga esta sana rivalidad de mucho nivel y podamos repetir muchas carreras así.

-El éxito imagino que reconforta, pero su llegada a EE UU no fue fácil ni nada parecido a un niño de papá al que le pagan sus estudios en el extranjero...

-Hace cuatro años decidí venir a EE UU e hice todo el proceso por mi cuenta con la ayuda de mi hermano y mis padres. Conseguí una beca completa y por eso he competido tanto aquí y poco en España. Por eso he pasado más desapercibido allí, pero estoy orgulloso porque mis padres no han tenido que aportar dinero para que yo estudiara. Si no habría sido imposible que estudiara porque son 50.000 dólares al año y no nos lo podríamos haber permitido ni mucho menos. Ya he terminado mis estudios universitarios y he decidido volver. Ha sido un viaje de cuatro años bastante intenso y ojalá ahora me vaya tan bien y pueda demostrar todo lo trabajado aquí en EE UU. Me llevo un enorme recuerdo de Ole Miss y estoy muy orgulloso de haber pertenecido a su equipo de atletismo. Además de, por supuesto, haber sido partícipe del sistema universitario.

-En Eugene la nómina de aspirantes a entrar en la final de 1.500 y pelear por las medallas asusta, pero usted no es de tener temores en la pista. ¿Cuál es el objetivo que le ronda por la cabeza?

-No tengo ningún miedo al fracaso y quiero estar en la final. Voy a ser claro, creo que estoy entre los mejores del mundo ahora mismo en esta prueba. Si luego no lo consigo analizaré las razones de no conseguirlo e intentar aprender de ello, pero en la previa ese es mi objetivo realista. Así saldré a las eliminatorias. Y si consigo estar en la final... quién sabe. Lo daré todo igual para estar lo más arriba posible. España tiene un nivel altísimo en el 1.500 y mis dos compañeros de prueba son finalistas olímpicos en Tokio: Ignacio (Fontes) en esta prueba y Katir en el 5.000. Es bueno para el atletismo español y la rivalidad y competitividad que tenemos nos propulsará a nuevos horizontes. Vamos a ser mejores y creceremos todos como atletas.