Asombro mundial con Ingebrigtsen y Duplantis

Los 42.357 espectadores presentes en el estadio de Silesia en pie, con la boca abierta, asombrados. En el tartán polaco, un prodigio a su máximo rendimiento. Jakob Ingebrigtsen (23 años) logró su objetivo y reventó el récord del mundo de 3.000 metros que iba a cumplir 28 años. El 7:20.67 que maravilló al mundo se ha quedado pequeñito al lado de lo conseguido por el campeón olímpico de 5.000 y su 7:17.55 en el Memorial Kamila Skolimowska.

El 1 de septiembre de 1996, el keniano Daniel Komen hizo una absoluta barbaridad en Rieti (Italia) destrozando por más de cuatro segundos la marca que tenía el argelino Nuredin Morceli. Pasó el 1.000 en 2:25.89, el 2.000 en 4:53.18 y cubrió los últimos 400 metros en 59.09 para parar el cronómetro en 7:20.67. Ingebrigtsen pasó el 1.000 en 2:27.06; el 2.000 en 4:55.21 y voló en el kilómetro final con un 800 definitivo en 1:52 (55.47 el 400 final). A 2:25.6 de media el kilómetro, una absoluta barbaridad.

“Es algo especial, diría que asombroso. Esperaba batir el récord, pero nunca puedo predecir exactamente qué tiempo soy capaz de hacer. Sin embargo, reconozco que no había imaginado que podía correr en 7:17. El 3.000 es una distancia difícil. Después de 4 o 5 vueltas sientes el ácido láctico, pero necesitas seguir adelante. Las condiciones han sido difíciles con el calor, pero es igual para todos. Tengo un buen equipo. Usamos chalecos de hielo, nos aseguramos de mantenerme hidratado y preparado. Esta reunión de Silesia es genial y los organizadores se aseguran de que nos sintamos apreciados y cómodos, y eso nos permite rendir. Ahora quiero desafiar récords mundiales en todas las distancias, pero paso a paso”, afirma Ingebrigtsen.

El noruego era el rey de la 12ª cita de la Diamond League 2024, pero la gran estrella del atletismo mundial actual quería, al menos, compartir protagonismo. El sueco ‘Mondo’ Duplantis (24) volvió a demostrar que la pértiga es un reino de un solo hombre. Pese a ser el primer concurso en la historia en la que tres hombres superan los 6 metros (el norteamericano Kendricks y el griego Karalis volaron por encima del 6,00), ‘Mondo’ se llevó el triunfo con una facilidad pasmosa. Saltos válidos y muy sobrados en 5,62; 5,92 y 6,00. Todos a la primera y con una renta casi insultante de centímetros. Tocaba intentar de nuevo el único reto al que se enfrenta, el duelo consigo mismo. 6,26 en el marcador, el intento de su décimo récord del mundo para superar el 6,25 que le valió el oro olímpico en París.

Dicho y hecho, Duplantis volvió a volar en el segundo intento por encima del listón propulsado con una pértiga como sólo él sabe hacer. Desde que en 2020, en Torun (Polonia), franqueara el listón en 6,17 para superar el 6,16 que tenía el francés Renault Lavillenie ha batido el récord mundial diez veces. Todas de centímetro en centímetro, la medida de una rebanada de pan de molde, el ancho de una pila AAA. Algo que explica a la perfección, al igual que su motivación: “Tengo que mejorar muchas cosas para saltar un centímetro más alto. Parece poco, pero es mucho. Para mí un centímetro simboliza que sigo progresando. Me encanta el nuevo reto, no desaparecen las ganas. Cada vez es más difícil y eso hace parecer que el desafío no ha hecho más que empezar”.

“Es casi antinatural recibir tanto amor y apoyo del público cuando compito. Lo veo especialmente en Polonia. La energía en este estadio sigue mejorando cada año. Mi primer récord mundial también lo conseguí en Polonia, bajo techo en Torun, así que tengo grandes recuerdos de aquí. Sé que mucha gente vino aquí para verme saltar, así que quería ofrecerles una buena actuación. Se trata simplemente de estar en buena forma y creer que puedes hacerlo. Siempre quiero saltar lo más alto que pueda y seguir empujando. Nunca he realizado un salto que me haya parecido absolutamente perfecto, así que siempre siento que puedo hacerlo mejor”, dice Duplantis.

RESTO DE PRUEBAS.

Grant Holloway se sacó la espina de los 110 vallas de Lausana y se impuso al jamaicano Broadbell. El campeón olímpico venció con 13.04 por 13.05 del bronce en París. En el lanzamiento de peso duelo igualadísimo entre Ryan Crouser y Joe Kovacs, que se llevó este último por dos centímetros: 22,14 por 22,12 del Gigante de Portland, triple oro olímpico. En los 100 metros también hubo triunfo estadounidense, ya que Fred Kerley, aprovechando la ausencia a última hora del jamaicano Kishane Thompson (plata en París tras Noah Lyles), se hizo con el triunfo con 9.87 por delante del keniano Omnyala 9.88.

En el 400 vallas masculino sí se llevó la victoria sin paliativos el gran favorito, el noruego Karsten Warholm (46.95); algo que también ocurrió en la prueba homónima femenina con el triunfo de la neerlandesa Femke Bol (52.13); y en el 400 lisos femenino donde la dominicana Marileidy Paulino venció con 48.66.

En el salto de altura, el italiano Gianmarco Tamberi se hizo con la victoria (2,31). Mismo objetivo que logró el marroquí El Bakkali en 3.000 obstáculos con 8:04.29, prueba en la que Dani Arce brilló al ser quinto con 8:08.45 (marca personal). Espectacular también resultó el 800 con el canadiense Marco Arop por momentos flirteando la plusmarca mundial de Rudisha, pero finalmente no pudo aguantar el ritmo aunque venció con un muy destacado 1:41.86. Por su parte, Moha Attaoui fue 11º con 1:44.96.

El 200 vio un nuevo éxito del botsuano Letsile Tebogo (19.83) tras sus exitosos Juegos Olímpicos; una cita en la que Marta Pérez se hizo con el récord de España de 1.500 (3:57.75). Y en Silesia, la soriana quedó 11ª (4:01.48) en el triunfo de la etíope Diribe Welteji en una carrera en la que Lorea Ibarzabal ejerció de liebre. En la última carrera, el 100 femenino, la victoria fue para la jamaicana Tia Clayton (10.83).

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