Las lesiones más absurdas de la historia del deporte
El golpe en el ojo de Girmay con un corcho es la última de la lista de lesiones más absurdas que han tenido lugar en el mundo del deporte, algunas con protagonistas ilustres.
El abandono de Biniam Girmay antes de la undécima etapa del Giro de Italia tras el golpe que se dio el ojo al descorchar la botella de champán con la que celebró su victoria de etapa en Jesi es la última de la amplia lista de deportistas que se han lesionado de forma absurda.
Una de las lesiones más recordadas es la que sufrió el entonces portero del Valencia Santiago Cañizares, a quien se le cayó un frasco de colonia que le produjo un corte en un tendón de su pie y que le dejó sin ir al Mundial de Corea y Japón de 2002.
También sufrió una grave lesión el futbolista argentino Ever Banega, que intentó parar el coche con el pie cuando se le fue al no ponerle el freno de mano y que se fracturó la tibia y el peroné al pasarle la rueda por encima en febrero de 2012.
Otra de las lesiones absurdas que también llamó la atención fue la del futbolista brasileño Douglas, que sufrió una lesión en el glúteo mientras dormía en el autobús mientras regresaba junto a la expedición del Sporting de un partido en Vigo en 2016.
También dio la vuelta al mundo la lesión que sufrió Zion Williamson durante un partido con Duke en la NCAA. Williamson sufrió una lesión en su rodilla después de que se le rompiera su zapatilla de Nike en pleno partido.
Además de lo sucedido con Girmay, el ciclismo también se cuela en esta lista de lesiones absurdas con la figura de Mark Cavendish, que en 2008 sufrió una lesión muscular mientras practicaba snowboard jugando a la Wii.
Una de las lesiones absurdas más espeluznantes tuvo lugar en 2004, cuando el centrocampista suizo Paulo Diogo celebró un gol con la afición del Servette durante un partido y perdió un dedo al quedarse enganchado la alianza que llevaba con la valla de la grada. Lesiones absurdas que ya forman parte de la historia del deporte.