La depresión de Dressel: "Estaba perdido, quería dejar el agua"
El cinco veces medallista de oro en Tokio 2020, y clasificado ya para tres pruebas para el Mundial de Budapest, explica que se sintió "perdido" tras los Juegos.
No hubo deportista más deslumbrante en los Juegos de Tokio que Caeleb Dressel. El nadador estadounidense se colgó cinco medallas de oro (50 y 100 libre, 100 mariposa, 4x100 estilos y 4x100 libre), batió dos récords del mundo y cumplió con los pronósticos de sustituto de Michael Phelps como icono de la natación americana. Pero una vez los focos dejaron de alumbrarle, todo se volvió oscuro, como advirtió durante los Trials estadounidenses en USA Today.
"Me sentía perdido. Necesitaba ayuda, hablar de ello con la gente porque quería dejar el agua, que era el único sitio donde me encuentro a gusto. Fueron unos meses desagradables", explica Dressel, que se abrió por completo: "No era justo conmigo. Gané cinco medallas en la competición más importante pero me fui con la sensación de que debía haber sido más rápido en ciertas pruebas", añade el estadounidense.
A Dressel se le resistieron los récords del mundo de los 50 y los 100 libre, en poder del brasileño César Cielo desde 2009. En la prueba corta, el estadounidense ganó con un tiempo de 21.07 cerca del récord (20.91), como le ocurrió en el hectómetro, donde registró 47.02, rozando el top del brasileño logrado con el famoso bañador mágico (46.91). El nadador de Florida batió dos récords olímpicos, pero no la mejor marca de la historia.
Cuando aterrizó en Estados Unidos, lejos de estar exultante se sintió insatisfecho. El nadador, que se dio de baja de la International Swimming League (ISL) en diciembre y tampoco acudió al Mundial de piscina corta, comentó que había días que se encerraba en su habitación y no salía ("fueron un par de meses bastante miserables"). Una de las decisiones que tomó fue la de cambiar de entrenador. Dejó de lado al legendario Gregg Troy para adherirse al equipo universitario de la UF, dirigido por Anthony Nesty y Steve Jungbluth. "Quería poder mirar al niño de primer y segundo año a mi lado y decir, ‘Oye, prueba esto. Buen trabajo en eso'. Realmente me siento como un entrenador en el agua, y es increíble”.
No es la primera vez que se habla de salud mental y de la intasifacción en un deporte como la natación. Michael Phelps explicó largo y tendido en numerosas entrevistas su caída en picado y la falta de objetivos después de los Juegos de Londres, en 2012, lo que le llevó a una adicción con el alcohol que incluso desembocó en pensamientos suicidas. Dressel reconoce que ha pasado un periodo "de descanso más largo del previsto", pero que ahora se siente "en un estado de buen ambiente".
Y así lo está demostrando en los trials. El estadounidense se ha clasificado para tres pruebas individuales para el Mundial de Budapest de junio y su programa puede ampliarse a ocho con los relevos. No ha nadado tan rápido como en Tokio, pero le ha valido para ser el mejor de su país y conseguir las mejores marcas mundiales del año. Dressel tiene claro cuál su propósito de aquí en adelante, donde le aguardan más podios y récords, pero todo ello encontrando "el equilibrio".