Descarrega no para de subir: cumbre en el Monte Kenia
El doble oro paralímpico es la primera persona ciega en alcanzar la cima. Una tormenta lo complicó: "A 5.000 metros, vimos un rayo...", describe a AS.
Otro límite que se esfuma, un nuevo objetivo tachado de la lista. Gerard Descarrega, como tenía previsto, ya ha coronado el Monte Kenia, su cumbre más alta hasta el momento. "Pudimos llegar a la Aguja Nelion (5.188 metros), concretamente. Fue una auténtica pasada", asegura a AS, describiendo la aventura. Satisfacción, alegría y, ya, próximos retos en mente. En agosto, el doble campeón paralímpico en 400 (Río y Tokio) espera alcanzar los 6.768 metros del Huascarán (Perú). "Tenemos que ver la forma de encontrar financiación, porque necesitamos apoyo, son expediciones muy costosas", explica al respecto. Para 2023, el objetivo es asaltar un 7.000 y, para después de los Juegos de París 2024, se reserva el ascenso al Manaslu, la octava montaña más alta del mundo, situada en la cordillera del Himalaya. No para de acumular triunfos en su vertiente profesional y tampoco quiere parar de subir, de escalar, su otra gran pasión.
Todo ello, derrumbando barreras. Bajo el proyecto Cumbres a ciegas, el atleta catalán pretende extender uno de sus lemas de vida, "la ceguera es una condición, pero no una limitación", y, de nuevo, lo ha logrado. Ya había subido el Aneto (3.404 metros) o el Mont Blanc (4.809) y en Kenia, donde también donó material para la comunidad de Nairobi, Descarrega se ha convertido en la primera persona ciega en llegar a la cima. "Aún sigo flipando con la fuerza de Gerry, que se hizo todo esto sin ver y dándose de hostias contra muchas rocas...", publicaba en redes sociales, tras el éxito, Xisco López, presente en la expedición e inseparable amigo de fatigas. Junto a él, además de multitud de personas que acompañaron durante varios tramos, Oscar Cadiach y Félix Berg, "sin los que no iríamos a ningún lado", remarcan tanto Xisco como el propio Gerard.
Un equipo con muchas experiencias compartidas a sus espaldas y que, de nuevo, tuvo que afrontar adversidades. Durante el descenso del Monte Kenia, una fuerte tormenta, con granizo, nieve, importantes rachas de viento y rayos, lo complicó todo. Hasta el extremo. "Con Oscar, Xisco y Félix lo celebramos y, al poco, ya vimos que se acercaban unas nubes muy feas. A unos 5.000 metros, aproximadamente, aún en la arista, muy expuestos, se vio un rayo... Bueno, no, lo primero que se oyó fue el grito de Félix, que pegó un saltó y tiró la mochila al suelo. Al segundo y medio, más o menos, se escuchó el trueno", empieza relatando Gerard. "A Félix le cayó una rama del rayo, no le cayó entero, afortunadamente, e hizo toma de tierra, lógicamente, porque si no estaríamos todos muertos, seguramente. Le pegó un chispazo fuerte y fue un momento de mucho acojone en el equipo. Teníamos que hacer rápel, de uno en uno, y no se podía ir más rápido. En esos momentos vives la montaña en su máxima potencia, pero se te ponen un poco de corbata", concluye, aún con el susto en el cuerpo.
Ya es anécdota. Al menos, para alguien como Descarrega, que convierte los miedos en nuevas motivaciones. "Al final, llegamos a la base de la pared, porque, si no, no te estaría hablando, y fue una auténtica pasada", sigue entre risas. Ahora, después de que una pequeña rotura en el bíceps femoral de su pierna izquierda le trastocara los planes para la parte invernal de la temporada, las siguientes zancadas están claras. "Teníamos un Mundial en agosto y nos lo han suspendido, pero queremos intentar batir el récord del mundo de 400, aunque sea en un control. Queremos bajar de 50 segundos, primero, y de 49:82'' después, que es la marca", adelantaba a AS antes de partir a Kenia. "Sí, estoy a tope con el récord del mundo, a ver si lo intentamos batir en estos dos o tres meses que vamos a estar dándole caña, si no hay ningún contratiempo", ratifica. Con su enésimo éxito en el bolsillo, tras superar una tormenta eléctrica a 5.000 metros de altura, todo parece más sencillo.