Intrépido Descarrega: Kenia, récord mundial... ¿y el espacio?
Gerard Descarrega, doble oro paralímpico en 400, habla con AS. Destrozar la marca de la prueba, una pared vertical en Mount Kenya... No tiene límites.
Superar la estratosfera, pese a todo, no entra en los próximos planes de Gerard, aunque bien podría. Con las primeras palabras de este reportaje, Descarrega hacía referencia al viaje a Nueva Zelanda que hizo en 2016, después de Río, tras ganar su primera presea olímpica. Siempre ha sido incapaz de estarse quieto. Con 10 años, hacía largas excursiones por la montaña con su padre. "Me podía pasar hasta 12 horas caminando", ha revelado en alguna ocasión. Ahora, cuando quiere evadirse de la velocidad de los clavos, busca la tranquilidad de las alturas. Bajo el proyecto Cumbres a ciegas, que pretende mostrar las capacidades de las personas con problemas de visión, ya ha subido el Aneto (3.404 metros) o el Mont Blanc (4.809) y sueña con un 8.000. Mañana, miércoles 9 de marzo, arranca su próxima aventura, en Kenia. "Vamos a subir una pared vertical en el Mount Kenya (5.199). Seis días de aproximación, la escalada y la vuelta", explica. Concretamente, 700 metros que necesitan 15 horas para subir y bajar. Antes, un primer trekking acompañado de familiares y amigos y hueco para la solidaridad, donando material a la comunidad ciega de Nairobi.
Para ello, aprovechará el parón que el atletismo otorga entre invierno y verano. En la primera parte del curso, una pequeña rotura en el bíceps femoral de su pierna izquierda le trastocó los planes; para la segunda, la ambición es máxima. "Teníamos un Mundial en agosto y nos lo han suspendido, pero queremos intentar batir el récord del mundo de 400, aunque sea en un control. Queremos bajar de 50 segundos, primero, y de 49:82'' después, que es la marca", señala atrevido.
Tiene los récords de Europa en 400 y 800 metros; a nivel español, acapara desde los 60 a los 800, con un total de cinco, pero no quiere dejar de seguir sumando. Ni de superarse a sí mismo, como hizo justo antes de su última lesión, cuando batió la marca nacional en los 200. Ya la tenía en propiedad, pero no con guía. Ahora, tiene un sabor especial. "Tenía una marca personal de 23:30'', de cuando tenía 18 años y podía correr solo. Con guía había llegado a hacer 23:23'' en Doha (2015). El 200 es una prueba que no es muy común para mí, no la suelo correr mucho y este invierno decidimos ponernos a tope con ella, porque nos beneficia para el 400. Bajamos a 23:01'' en la primera carrera y creo que podríamos haber bajado bastante más, así que me fastidia un poco por no saberlo. Había entrenado para más y no se va a ver reflejado, pero esto es así", se lamenta pese al récord, inconformista e intrépido como es. ¿Y si el espacio sí debería ser su próximo objetivo?