Incógnita Tiger

Hace apenas unas semanas, era una utopía pensar que Tiger Woods participara en el próximo Masters de Augusta, que arranca el jueves que viene. El golfista de 46 años continúa recuperándose del accidente de tráfico que sufrió el 23 de febrero de 2021, en el que a punto estuvo de perder la pierna derecha. Desde entonces, Tiger no ha participado en ningún evento oficial del PGA Tour (jugó el PNC Championship, torneo no oficial, en diciembe con su hijo Charlie, donde se vieron sus problemas para caminar), y su presencia en Augusta se antojaba imposible.

Sin embargo, ha sido el propio Woods quien se ha encargado de tener a los fans en vilo, soñando con ver al Tigre en el Masters la semana que viene. Este pasado martes, el avión privado del ganador de 15 majors aterrizó en Augusta, y no era muy complicado conocer el motivo. Desde Estados Unidos se informó de que Tiger había realizado una vuelta de prácticas al Augusta National junto con su hijo y con su gran amigo Justin Thomas. Woods quiso probar su nivel actual para tomar una decisión final, y es que siempre ha dejado claro que busca competir. "No quiero sólo jugar. Asi es como soy. Necesito sentir que estoy seguro de que puedo vencer al resto de chicos", dijo el golfista a la CBS en febrero.

Uno de los pocos testigos de la visita al Augusta National fue el norirlandés Rory McIlroy, quien también se encontraba en el campo. "Le vi genial", dijo un Rory que guarda buena relación con Tiger, y es que ambos viven muy cerca en el sur de Florida. "Hace unas semanas estuve con él en su casa y no parecía posible que llegase. Ha dado pasos muy importantes estas últimas semanas", afirmó McIlroy, quien también comentó que Woods "está haciendo todo lo posible para jugar, lo cual sería un logro monumental viendo dónde estaba hace un año".

Si volver a jugar al golf de manera profesional ya sería un éxito mayúsculo para Tiger, hacerlo en el Masters de Augusta lo haría más especial si cabe. Es un major que Woods ha ganado cinco veces, cumpliéndose en unas semanas 25 años de su primera victoria, en 1997, cuando con 21 años alzó su primer gran torneo y se convirtió en el más joven de la historia en ganar en Augusta. Lo hizo además con una exhibición insultante, aventajando en 12 golpes al segundo. También ganó de forma muy especial la edición de 2019, su único triunfo en un grande en la pasada década, en la que sufrió un calvario personal y de lesiones. Y, curiosamente, es el último torneo profesional que disputó antes de su accidente. Ahora, el Tigre medita regresar en uno de sus adorados templos.