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ESQUÍ ALPINO

Tras la estela de Paquito

Quim Salarich, después de su gran quinto puesto en la Copa del Mundo, atiende a AS para valorar su histórico curso. "Espero traer un podio a casa", asegura.

Tras la estela de Paquito
@RFEDInv

"Me voy con sabor agridulce. Nos ha tocado salirnos, pero tengo mucha hambre para el futuro". Así expresaba Quim Salarich (Vic, 1994) su cúmulo de emociones tras una desafortunada participación en los recientes Juegos Olímpicos de Pekín. Marcó un parcial esperanzador, soñó en grande y una caída le impidió estar en la segunda manga del eslalon. No eran palabras vacías. El domingo, sólo un mes después de aquello, trajo los éxitos de Paquito Fernández Ochoa al presente: quinto puesto en las finales de la Copa del Mundo, en Courchevel-Meribel (Francia). La mejor posición desde el cuarto lugar de Paquito en el eslalon de Sun Valley (EE UU), en 1975. Para Milán y Cortina 2026, Salarich no se pone límites. "Que me comparen con la única medalla de oro del esquí alpino masculino es un orgullo y que me cataloguen como su sucesor, un honor. Toca seguir trabajando para intentar igualar sus Juegos dentro de cuatro años", expone, emocionado, a AS. La ambición es máxima y sus fundamentos, muy sólidos.

Cuando habla de triunfos y objetivos, siempre lo hace en primera persona del plural ("hay mucha gente detrás y, ver que su trabajo obtiene premio, me llena"). Cuando los celebra, también. De momento, eso sí, prefiere esperar para lo segundo. "Ahora estaré seis días en casa y el 26 me voy a Sierra Nevada, para el Campeonato de España. Entrenaré un día y tenemos cuatro de competición", explica. Hasta el 31 de marzo, nada de festejos. Un no parar. "Paso menos tiempo en casa del que le gustaría a mi novia", admite entre risas. Nómada, como la mayoría de deportistas de invierno españoles, está "el 70% del año" lejos de los suyos. "No tenemos un lugar fijo de entrenamiento. Si la carrera es en Francia, vamos al lugar con las mejores condiciones y la mayor cercanía al torneo. Y lo mismo cuando vamos a Italia o Austria. En verano, eso sí, intentamos buscar la mejor nieve, que está en Sudamérica", desmenuza.

Quim Salarich en acción
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Quim Salarich en acción@RFEDInv

El peaje hacia sus sueños, cada vez más realizables. En 2012, ante la ausencia de ayudas estatales, Quim se vio obligado a acudir a un equipo privado (Steffen S1), en Suiza. "Seguramente, sin ellos ya no estaría esquiando", les agradece. Ahora, la situación ha mejorado considerablemente. Por fin. "La Federación (RFEDI) se desvive por nosotros. Hay mucha gente en la sombra trabajando muy bien, 'la pela es la pela' y sin ella no se puede esquiar", explica el deportista catalán, que recompensa la inversión con éxitos. A su histórico quinto puesto, se añaden dos Top 15, un 7º y un 8º. Tras quedarse en dos ocasiones a menos de dos décimas del podio de la Copa del Mundo, el siguiente objetivo es claro: "El año que viene, esperamos traerlo a casa", avisa. Es de los que cumplen las promesas.

De seguir a su hermano a una remontada de época

Fiel a su trepidante estilo de vida, el domingo, tras su esperanzadora actuación en Francia, Quim no perdió el tiempo. Poco después de cruzar la meta, se subió a la furgoneta para coger el avión de vuelta a España ("no lo podía perder...", bromea). Entre la euforia y el viaje, sólo cinco minutos de calma, un ratito con su familia, desplazada para la ocasión. Entre los presentes, su hermano, Xavier, "un referente". Hasta el sorpasso, siempre avanzó tras sus pasos. Por él subió a los esquís por primera vez, con seis años, y con él avanzó etapa tras etapa. "Un día, mientras mi hermano esquiaba, un club se interesó en él. Le probaron, les gustó y yo seguí la rueda. Cuanto tuve la edad para entrar en el club, lo hice", recuerda Salarich.

"El objetivo era remontar hasta la 15ª posición, pero no me esperaba algo tan grande"

Quim Salarich, esquiador español

De la mano, pasaron por la Federación Catalana, el equipo nacional y Suiza. Ahora, mientras Quim escribe historia de la disciplina, Xavi la impulsa. Entrena al primer equipo privado femenino a nivel estatal y, de vez en cuando, se guarda alguna lección para su hermano. "A veces, me pide que le mande vídeos para corregirme, porque también me quiere ayudar. Tenemos muy buen rollo, muy buena sintonía", confiesa. Sobre la nieve de Courchevel-Meribel, tuvo poco trabajo de corrección. Quim terminó último la primera manga y primero la segunda, magia que se escapa de cualquier análisis técnico. "Tenía remordimientos por cómo bajé la primera parte del trazado, pero llegué a meta, que es lo importante. Después, arriesgué. El objetivo era remontar hasta la 15ª posición, pero no me esperaba algo tan grande", reconoce. Tras él, un equipo "imprescindible": Ángel Calero, director deportivo, Corrado Momo, entrenador, Jesús Pérez, preparador físico y fisio, Stefano Pellin, skiman, o Javi Domínguez, psicólogo. El plural de su primera persona, junto a familia y amigos. Delante, la estela de Paquito. La que sigue.