Salarich se sale y queda fuera tras marcar el mejor parcial
El esquiador catalán de 28 años fue por todas en el eslalon de Pekín, pero un interior en la primera manga acaba con sus aspiraciones de hacer algo grande.
Cuando buscas un sueño hay que ir con todo. Bajo esta premisa, Quim Salarich (Vic, 28 años) iniciaba sus segundos Juegos Olímpicos. El esquiador especialista en eslalon llegaba tras hacer historia hace dos meses al convertirse en el primer español en 40 años en categoría masculina en lograr un Top 15 en una prueba de la Copa del Mundo de esquí alpino. Lo hizo en el eslalon de Val d'Isere (Francia) y diez días después lo repitió en Madonna di Campiglio (Italia). "Me veo capaz de sacar algo bueno, he estado cerca de los mejores en los entrenamientos y soy ambicioso", decía a AS horas antes de plantarse en el portillón de salida de la primera manga.
Con el dorsal 29 adherido en la espalda ya sabía el tiempo que habían marcado los mejores, el austriaco Johannes Strolz era la referencia y aunque suene soprendente el objetivo del español. El catalán de la Malla (Vic) se enfrentaba en el centro de esquí alpino de Yanqingun a un desnivel de 211 metros con salida a 1.712 y llegada a 1.501. 67 puertas por delante en un trazado diseñado por entrenador del equipo austriaco Marko Pffeifer, y -17º de temperatura. Salarich no especuló y salió como un cohete, tanto que en la parte alta teñía el reloj de verde al lograr el mejor tiempo de todos, 0.21 mejor que Strolz (medalla de plata finalmente tras el francés Noel). Pocas puertas después un resbalón tras inclinarse en exceso provocó un interior y que se quedara fuera de la competición. Lástima porque lo estaba bordando.
“Me voy con sabor agridulce porque esta vez nos ha tocado salirnos, pero con mucha hambre para el futuro”, era la lectura inicial de Quim. Y ampliaba: "Las sensaciones eran muy buenas, sabíamos que éramos muy competitivos estos días. Hemos salido a tope, muy fuertes, con un ritmo muy cómodo y en un cambio me he inclinado demasiado, y este tipo de nieve tan agresiva no perdona, me he ido de interior”. Tras la bajada de los 88 slalomiers, de los que 36 no acabaron la manga inicial, el tiempo parcial de Salarich se mantuvo como el tercer mejor de todos. Recompensa que demuestra que Salarich llegaba a Pekín con un sueño incluso superior al Top 15 que daba como gran objetivo.
"Me sabe mal que las cosas no hayan salido, pero me siento muy agradecido, lo he intentado, he dado lo mejor de mí. Hasta donde he llegado, la bajada era buena. Es una pena porque la velocidad estaba ahí ya que en el primer parcial iba primero. Muchas gracias una vez más por estar ahí a todos los que nos apoyan, seguiremos trabajando”, explicaba antes de avisar que la RFEDI está haciendo un gran trabajo y que llegarán buenos resultados: "Ver que no es solo una persona, si no que todo el equipo en general está subiendo muy fuerte, eso implica que se está trabajando muy bien. Hay que seguir en este ritmo. Somos fuertes en todas las disciplinas del esquí alpino, tanto en gigante, como eslalon, como descenso... Este es el camino a seguir. Nosotros vamos a seguir trabajando, intentando dar más alegrías".