PELOTA | PALA

Fusto hace historia en Bilbao

El crack argentino se impone a Gaubeka y conquista su séptimo título individual de pala, así que empata en el palmarés con Insausti. Acabó entre lágrimas con una bandera albiceleste acordándose de sus allegados.

La pelea por la séptima txapela había levantado enorme expectación en el mundo de la pelota vasca, en concreto en la pala. Dos monstruos de la modalidad, Fusto y Gaubeka, eternos rivales que han engrandecido su deporte este siglo, se han encerrado en el frontón Bizkaia bilbaíno para dilucidar quién es el más grande, quién alcanza el trono de Oscar Insausti, siete veces ganador de la txapela individual y oro olímpico en Barcelona 92. El deportista pamplonés conquistó en doce ocasiones el Campeonato de España de pelota cuero.

Al final se llevó el gato al agua Pablo Hernán Fusto, que acabó entre lágrimas, con una bandera de su país, recordando a su madre, la que no ve desde hace tres años. Llevaba un lustro sin llegar a la final y se notaron sus ganas por recuperar su pasado glorioso. En una tarde agónica, muy justo en el plano físico por una microrrotura en el pectoral izquierdo y otra en el isquiotibial de la pierna derecha, doblegó a Gaubeka por 3-2 (10-7, 5-10, 6-10, 10-8 y 10-7). A sus 41 años, toca el cielo y percibe que le tiene tomada la medida al vizcaíno: se han enfrentado en cinco finales y Fusto se ha llevado cuatro.

Había tanto en juego, tanta tensión, que los nervios desempeñaron un papel destacado. Ambos rompieron dos palas y acabaron con la tercera. La final se resolvió tras más de 110 minutos y 500 pelotazos, Fue una cita igualada y muy exigente que comenzó dominando el azul, pero que remontó Gaubeka y a punto estuvo de resolver en el cuarto juego. En realidad, fue este quien dejó pasar el triunfo. "Me he visto ganador, con la txapela, no sé si me he relajado, luego me ha venido el miedo a ganar. He pegado dos mal, a él se le han caído dos en la txapa y le ha dado la vuelta. El quinto ha sido un cara o cruz, me he venido abajo y estoy decepcionado conmigo mismo, porque lo he tenido en la mano y he regalado la final".  

El argentino tiene una garra que es la envidia del circuito: se agarró al partido con uñas y dientes perdiendo 1-6 y 5-8), y forzó el quinto 'joko'. Con 3-4 a favor del Gallo de Armintza, una posible estorbada de Fusto que los jueces no interpretaron como 'vuelta' derivó en una encendida protesta del vasco que le sacó del partido y estiró el marcador hasta el casi definitivo 9-5. Pablo cerró la final en el tercer punto de partido con un gran pelotazo por encima de su rival que selló ese séptimo triunfo en la competición más importante de la modalidad de pala que se suma a los logrados por el bonaerense en 2009, 2011, 2013, 2014, 2015 y 2016. Y atesora diez del Parejas, también un récord. En los últimos tiempos se ha colado entre los dos colosos Ibai Pérez, ganador el año pasado ante Gaubeka. Tal vez por la urgencia de volver a ganar, al Gallo de Armintza se le escapó una final que tenía en la mano. 

El discurso del ganador ha sido muy emocionante: "Lo que cuesta, vale, dicen. Si esto es así, esta txapela vale para mí muchísimo. No solo por la dificultad que tiene el hecho de ganarla por el nivel de todos mis compañeros, sino por todos los obstáculos que tuve estas dos semanas, No tengo palabras de agradecimiento para todos los que se preocuparon por mí y me dieron esa palabra de aliento para animarme". El bonaerense se lo dedicó a todos esos que le han alentado, "y a toda mi familia, la del corazón, mis amigos, mi botillero, mi fisio... a la gente que me sigue". Gaubeka le ha hecho más grande, como Irujo con Aimar en mano. "El pelotari que más admiro, al que dije que gane quien gane, será anecdótico, él va a seguir siendo una parte de la historia de la pala, mi peor rival, mi peor enemigo, orgulloso de haber compartido estas décadas con vos". Pese a que siente el paso del tiempo y que los jóvenes aprietan por abajo, se anima al menos a un baile más, otro año impartiendo cátedra.  

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