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GOLF

Los hermanos Chacarra: el golf en la sangre

Eugenio y Carolina, madrileños, brillan en su periplo universitario en EE UU. Él juega para Oklahoma State y se acerca al profesionalismo; ella da sus primeros pasos en Wake Forest.

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Los hermanos Chacarra: el golf en la sangre
WAKE FOREST GOLF/OKLAHOMA STATE GOLF

Dos hermanos madrileños asombran en su periplo por el golf universitario estadounidense. Son Carrolina y Eugenio Chacarra, novena y cuarto en el Ranking Mundial Amateur. Ella, de 18 años, se ha enrolado en Wake Forest, de donde salió Arnold Palmer, siguiendo la estela del mayor de la saga, que a sus 21 y tras un año allí ahora juega para los Cowboys de Oklahoma State, el centro que refinó a grandes nombres del PGA como Rickie Fowler, Viktor Hovland o Matthew Wolff. De Alcobendas a la NCAA para potenciar un juego que en ambos casos se acerca al nivel de los profesionales.

Eugenio, al que le queda un año de sus estudios de Finanzas, parece más convencido de dar el salto. Atiende a AS de camino a un torneo en Arizona tras otro en Texas, en el que fue noveno. En el último año acumula diez top-10 y una victoria en un equipo que aspira a ser campeón. El cambio de universidad se vio motivado por un deseo de "jugar en un sitio potente". "Oklahoma State es como estar en el Real Madrid", cuenta antes de enumerar todos los profesionales que han salido de allí. "Al final, no es casualidad", apostilla.

¿Le gustaría seguir sus pasos? "Yo sigo mi camino, con mis entrenos, trabajando día a día para llegar ahí", asegura. Sus actuaciones en Estados Unidos ya le han valido ser invitado a torneos del PGA y afirma que sigue recibiendo propuestas, pero ahora está "centrado en el golf universitario, en ganar la NCAA". De ahí podría dar el salto al Korn Ferry Tour, segunda división del PGA, y abrirse paso hacia la élite. Ahí tendría dos referencias claras en Jon Rahm y Sergio García. Se confiesa admirador de ambos y dice tenerles "un gran respeto". Con Sergio incluse le une una "amistad" intergeneracional. Está convencido de que su sitio se encuentra al otro lado del Atlántico: "Es el golf que me gusta, le va a mi juego y a mis habilidades de pegar fuerte y alto".

Su reciente victoria en el Amer Ari Invitational fue "muy bonita, especial". Porque coincidió con la de su hermana en el UCF Challenge. Y además ambos firmaron sendos vueltones de 62 golpes en las últimas rondas. "Fue una semana muy importante. Hicimos la pretemporada juntos, estamos muy unidos", confiesa Eugenio. Carolina lo corrobora: "Me dijo mi entrenador que habíamos hecho los mismos golpes y aluciné. Está muy pendiente de mí". Unidos por la sangre y por el golf.

Ella lleva poco en Wake Forest y aún no ha escogido itinerario, pero piensa en hacer algo que involucre Psicología y Comunicación. En seis meses lleva dos triunfos, pero quiere "disfrutar esta etapa" antes de plantearse hacer carrera en el golf. Reconoce que ha notado "la diferencia en los greenes", pero ha trabajado el putt y ya está cómoda en campos diferentes a los europeos.

A nivel técnico tampoco ha sido un gran cambio, porque sus entrenadores de España colaboran con los que tiene en su nueva aventura, de la que valora "la flexibilidad" a la hora de compaginar estudios y deporte de alto rendimiento. Entre sus objetivos próximos, clasificarse para el US Open. Si tanto ella como su hermano deciden adentrarse del todo en el golf, habrá que estar atentos.