Super Bowl de trincheras
Los Angeles Rams y Cincinnati Bengals se enfrentan este domingo (00:30) en una Super Bowl en la que todos los ojos apuntan a la batalla en el barro.
Como sucede cada febrero, la Super Bowl promete ser uno de los espectáculos deportivos del año. En esta edición número 56, Cincinnati Bengals y Los Angeles Rams se enfrentarán (00:30) por un anillo de campeón que sería histórico para cualquiera de las dos franquicias. El SoFi Stadium de Los Angeles, el estadio más caro del mundo (costó 5.000 millones de dólares), acogerá a 100.000 espectadores para la gran final de la NFL.
Por primera vez en la historia, dos equipos que han sido cabeza de serie número cuatro disputarán la Super Bowl. Se puede decir que es una sorpresa la presencia de ambos conjuntos en la final. Especialmente la de los Bengals, que el año pasado ganaron apenas cuatro encuentros, y en esta temporada partían como quintos por la cola en las apuestas para ganar el anillo. Sin embargo, los playoffs de las dos franquicias han sido impecables, capaces de eliminar a los dos últimos campeones (Cincinnati ganó a los Chiefs de Mahomes, y los Rams superaron a los Buccaneers de Brady en el último partido de la carrera del mejor de todos los tiempos). Los Angeles, de hecho, ha hipotecado su futuro para fichar estrellas y poder optar ya al título. No tienen ninguna elección de primera ronda para los próximos Draft, y el año que viene será difícil encajar tan altos salarios. Es ahora o nunca para ellos, y una oportunidad de oro para Cincinnati. Nadie puede decir que no se hayan ganado el puesto en la Super Bowl.
La clave del partido va a estar en las trincheras. La línea defensiva de los Rams es su punto fuerte, y además coincide con que el punto débil de los Bengals es su línea ofensiva. Los Angeles se caracteriza por su agresiva defensa, con hombres como Aaron Donald, Leonard Floyd y Von Miller constantemente acosando al quarterback rival, al que no dejan tiempo para pensar. En Cincinnati, los cinco hombres que deben proteger a Burrow han demostrado no ser eficientes, con grandes agujeros en esa línea ofensiva. En estos mismos playoffs, los Bengals permitieron nueve sacks ante los Titans, récord histórico. Si los defensores de los Rams consiguen penetrar, las opciones de Bengals para ganar la Super Bowl quedarían muy reducidas. Y a todo esto hay que añadir el seguro de vida que es Jalen Ramsey, cornerback de los Rams, que tendrá la difícil tarea de frenar a Ja'Marr Chase, y al que acompañará Eric Weddle, un jugador de 37 años que estaba retirado, pero que volvió para ayudar a los Rams en este tramo final de temporada,
La mejor arma de Cincinnati para hacer daño es su explosividad en ataque. El quarterback Joe Burrow sufrió el año pasado la temida triada en los ligamentos de su rodilla, pero en su primera temporada completamente sano en la liga ha demostrado estar entre los mejores de la NFL. Ya ganó todo en su etapa universitaria, lo que motivó a que los Bengals lo seleccionaran en el primer puesto del Draft de 2020. Ahora, a sus 25 años, es el líder del equipo. "Hago todo lo que me pide. Es como Dios para mí", comentó Ja'Marr Chase, el mejor recurso que encuentra Burrow de entre sus receptores. Ya coincidieron en la universidad de LSU, donde fueron campeones, y ahora quieren hacer lo propio en la NFL. El potente brazo de Burrow combina a las mil maravillas con la velocidad de Chase, habiendo dejado este año varias jugadas profundas para el recuerdo. También está convirtiéndose en una estrella de la liga su kicker, Evan McPherson. Su elección en quinta ronda del Draft generó muchas críticas, pero el rookie este año se está mostrando decisivo, y es que los dos últimos partidos de los Bengals en estos playoffs los ha ganado él con sendas patadas a palos sobre la bocina.
Tampoco andan cojos en ataque los Rams. El pasado verano decidieron deshacerse de Jared Goff, el quarterback que los llevó a una Super Bowl, y a cambio ficharon a Matthew Stafford, un hombre con 13 años de experiencia en la NFL. En los Detroit Lions, Stafford demostró su talento, pero raro fue el año en el que tuvo un buen equipo alrededor de él. Ahora, en su primer año en Los Angeles, no está necesitando ser determinante para que su equipo gane. Ayuda que tenga un cuerpo de receptores de otro planeta. Cooper Kupp ha elevado su nivel esta temporada y ya está entre los mejores de la liga. Ganador del premio al Jugador Ofensivo del Año, nadie ha sumado más recepciones, yardas de recepción y touchdowns recibidos que él. A mitad de temporada, y para subsanar la baja de Robert Woods, llegó el mediático Odell Beckham Jr., quien estaba descontento en los Browns y forzó el traspaso. En Los Angeles recuperó la sonrisa, y suma seis touchdown en 13 partidos. A todo ello se les ha sumado el corredor Cam Akers en una recuperación milagrosa, puesto que hace apenas seis meses se rompió el tendón de Aquiles.
El descanso será otro punto clave del partido. Además de serlo por el famoso espectáculo del entretiempo, en el que se homenajeará al hip-hop de la costa oeste con la actuación conjunta de Eminem, Kendrick Lamar, Dr. Dre, Snoop Dogg y Mary J. Blige, los ajustes defensivos que puedan hacer ambos equipos pueden resultar determinantes. Sean McVay (36), entrenador de los Rams, y Zach Taylor (38), su homólogo en Bengals, son dos gurús de la estrategia, y además conforman la Super Bowl en la que la suma de la edad de los entrenadores es la más baja de la historia. Especialmente demostró su valía Taylor hace dos semanas, cuando estaban siendo arrasados por los Chiefs en la primera parte (21-3). Sin embargo, a la salida de vestuarios, consiguieron frenar en seco a Mahomes para ganar el partido. También ajustó a la perfección McVay en la final de conferencia ante los 49ers, ya que llegaron a estar 10 puntos abajo en el último cuarto.
Todo listo en Los Angeles para un histórico partido, y es que las vitrinas de ambas franquicias no están precisamente llenas. Cincinnati busca la primera Super Bowl de su historia. Antes tan solo llegaron, y perdieron, a dos partidos por el título, ambos en la década de los 80 frente a los 49ers. Los Rams tan solo suman una Super Bowl, pero que fue conseguida en el breve paso de la franquicia por la ciudad de St. Louis, nunca en Los Angeles. Esta vez, además, podrían ganarla en su propio estadio, algo que sólo ocurrió en toda la historia el año pasado, cuando los Buccaneers lo lograron en su feudo. Todo preparado para la noche más especial del año en el fútbol americano.