Jon Rahm sigue de luna de miel con Torrey Pines
El vizcaíno añade un -7 a su -6 del miércoles y sube la puja por hacerse con su segundo Farmers Insurance en el mismo campo en el que ganó el US Open.
Todo gran golfista tiene su campo fetiche. Nadie ganó más veces, seis, que Nicklaus en Augusta. Arnold Palmer hizo suyo Tamarisk, donde acumuló cuatro triunfos. Ben Hogan brilló especialmente en Colonial y Tiger, un caso aparte, alzó ocho trofeos en Firestone, Bay Hill y Torrey Pines. Este último diseño, ubicado en San Diego (California, EE UU), es el jardín de Jon Rahm. Allí donde consiguió su primera victoria profesional en 2017 y donde alzó su primer major el año pasado aspira este fin de semana a reinar por tercera vez.
Ese estreno de 2017 fue precisamente en el Farmers Insurance, mismo torneo que, tras las dos primeras rondas, colidera con -13 junto a dos estadounidenses: un Adam Schenk inmaculado, que llegó a enlazar ocho birdies seguidos del 4 al 11 y luego añadió dos más para -10 en el día, y Justin Thomas, que tiró un también notable 63, nueve bajo par.
Rahmbo, por su parte, firmó -7 mejorando el -6 del miércoles, atípico estreno motivado por los playoffs de la NFL (normalmente los torneos del PGA se juegan de jueves a domingo). Esta vez jugó el recorrido Norte tras transitar el Sur en la primera vuelta. No tuvo su mejor día desde el tee ("sufrí tratando de encontrar las calles", reconoció luego), pero esta vez el putter, que le trajo de cabeza la semana pasada en La Quinta, salvó la papeleta en muchos hoyos que comenzaron con su bola en el rough.
Al final acumuló ocho birdies por un solo bogey, gran tarjeta que sin embargo no le dejó, autoexigente como es, un gran sabor de boca. En varias ocasiones se le vieron gestos de contrariedad y aseguró haberse sentido "frustrado" por momentos dado su desempeño con el driver. El sábado, día de movimiento, auguró una jornada "dura". Nada con lo que el número uno del mundo no pueda lidiar.