GIMNASIA
Ray Zapata: "Tras la medalla puedo dormir tranquilo"
Ray Zapata, plata en los Juegos de Tokio, hace balance del año en AS y anuncia nuevos retos. “Quiero hacer elementos nuevos para mi ejercicio", explica.
Con tan solo nueve años, Ray Zapata (Santo Domingo, República Dominicana) aterrizó en Lanzarote junto a su madre, que buscaba un futuro mejor para la familia. Ahora, casi dos décadas después, Zapata es medallista olímpico a los 28 años... y no se quiere detener aquí. El gimnasta ya había sido bronce Mundial (2015), oro en los Juegos Europeos (2018), pero su gran momento de gloria llegó este verano, en los Juegos de Tokio, con una plata que se quedó a un suspiro de ser oro: hizo la misma puntuación que el ganador, el israelí Artem Dolgopyat (14,993 puntos), pero el programa del español tenía una décima menos de dificultad que la de su rival. Un momento que en ese momento supo algo agrío, pero que duró poco.
“¡Una medalla olímpica! Cierto que te da rabia en ese instante, pero luego piensas lo que has conseguido... y lo disfrutas a tope”, dice Zapata. Y eso que el camino hasta Tokio no fue fácil: “En la cuarentena tuve que operarme del tobillo, y desde ese momento todo fue a mejor”, reconoce a AS. “Es cierto que a los Juegos llegué muy petado, sobre todo físicamente, aunque algo también de mente. El tendón de Aquiles estaba a punto de caramelo de romperse, por eso tras los Juegos paré. Nos da igual, porque queremos estar, ser y conseguir siempre, y ponemos todo al límite. Estoy muy contento”, afirma con una sonrisa.
La presea fue la recompensa a muchos años de trabajo, esfuerzo y sacrificio. “Ahora, tras la medalla, puedo dormir tranquilo. Antes, la cabeza no paraba de dar vueltas. Pensaba en conseguir esto, hacer lo otro... lo que fuera necesario para hacer algo grande. Tras Tokio, todo cambió. Duermo genial, con mi niña pequeña (Olympia, nacida este año), mi mujer, mis perros...”. Una hija que tiene a Ana Peleteiro como madrina. “Nuestra relación es increíble desde hace muchos años. Ambos cumplimos nuestro sueño (ella fue bronce en triple salto) en los mismos Juegos... y el mismo día (1 de agosto)”.
Ahora, tras hacer entrenamientos más suaves de cara a recuperarse de sus problemas físicos, Zapata afronta el 2022, con ambición y ganas de más. Cada día pasa seis horas en el CAR de Madrid con la única intención de mejorar. “Quiero hacer elementos nuevos para mi ejercicio. Dos como mínimo. Es que la verdad, no sé entrenar sin objetivos, quiero más, y en París 2024 igualar como mínimo lo logrado en Tokio”. Un ciclo olímpico que será más corto de lo habitual. Cosas de la pandemia. Termina un 2021 que también cambió el día a día de Ray. “Me conoce gente en sitios que pensaba que sería imposible. ¡Hasta con mascarilla! Ojalá pueda dejar un gran legado. Muchos me comparan con Gervasio Deferr, pero es el rey. En un futuro me gustaría impartir todo lo que sé a los pequeños”.Vistas al futuro... y al presente.