BALONMANO | CAMPEONATO DE EUROPA
La ansiedad por subir al podio destrozó a las Guerreras
Triste despedida de las españolas, superadas por Dinamarca y demasiados nerviosas para darle la réplica al equipo nórdico.
La despedida de las Guerreras resultó muy triste por lo que tiene el doloroso la derrota tan amplia (28-35) tras un lamentable partido que sólo tiene justificación en la creciente ansiedad que tuvo atenazadas a las jugadoras de José Ignacio Prades. Por momentos no estaban en la pista, no eran las bregadoras de otros partidos, como si toda la fuerza física la hubiesen perdido en los anteriores ocho encuentros.
La defensa española no existió: el 6-0 no llegó a correcto; el 5-1 no resultó práctico; y la mixta simplemente se uso para ejecutar cosas distintas por si acaso. Dinamarca hundió a las españolas, las llevó a los seis metros, y allí siempre ejecutó, como se maliciaba. Sin contactos, sin oposición, los brazos de las danesas eran pura dinamita.
Tampoco fue el día de un buen ataque, con 11 perdidas de balón en posiciones neutrales, que si un mal pase, que si una mala recepcion, que si unos pasos. No eran pérdidas agresivas, en situaciones de peligro, que tienen una explicación, porque cuando simplemente se cae de la mano si nadie cerca es sintomático de un ataque de nervios,
Y si a eso se le une que la portera Toft estuvo acertada, y que las nuestras no concretaron las situaciones sencillas de uno contra uno que tanto costaba llevar a cambo, se entiende la diferencia en el marcador, que no fue más porque por unos minutos, los últimos, se recuperó el amor propio para que en los últimos 10 la brecha no creciese.
Los momentos culminantes del partido fueron los últimos 10 minutos de la primera parre, cuando España encajaba y no imponía celeridad a su juego, lento y previsible, y los primeros cinco de la segunda parte, en los que Dinamarca apagó definitivamente a los aficionados españoles, desesperados ante lo que estaba ocurriendo y sin capacidad de aliento. Las danesas se llevaron el bronce ocho años depués, y las españolas seguirán teniendo pesadillas por la final de Japón, donde en un minuto perdieron la medalla de oro. El partido de hoy es difíciol que les merezca el recuerdo más allá de contar la racha de siete victorias seguidas en este Mundial.