Aimar, adiós a la catedral

Aimar Olaizola sigue con su serie de despedidas de los grandes frontones vascos. No volverá a anudarse el gerriko en el Astelena eibartarra. Cayó con Albisu ante Irribarria y Rezusta (11-22), pero el resultado era lo de menos. Lo que quedará para la historia será el baño de afecto que recibió de la catedral, donde Aspe, la empresa rival, le tributó un sencillo homenaje.

No fue una tarde tan multitudinaria y ruidosa como la del Atano II donostiarra, pero también tuvo muchas pinceladas nostálgicas. Fernando Vidarte, máximo responsable de Aspe, le entregó una bola de las que usan para damasquinar armas en las fábricas del municipio armero dedicadas a estos menesteres.

El discurso del responsable de prensa de Aspe, Ibon Arakistain, fue muy sentido y preparado: "No sé si te das cuenta, pero te encuentras en uno de los frontones más singulares de la pelota a mano. A lo largo de la historia han sido numerosos y muy especiales los acontecimientos que se han llevado a cabo dentro de las viejas paredes de la catedral". la gente explotó en aplausos. "En los 23 años que Aimar lleva como profesional ha disputado 80 partidos en el Astelena. Aspe, como es una empresa eibarresa, también quiere brindarte un homenaje por tu gran trayectoria como pelotari. Espero que guardes un grato recuerdo de tus inicios en Aspe", finalizó. después llegó el aurresku de honor.

Inmediatamente tomó la palabra el gran protagonista: "Doy las gracias a los pelotaris participantes en este festival y a Fernando Vidarte. Tanto él como su familia me han tratado con mucho respeto y cariño desde que debuté con Aspe. Aquí gané mi primera txapela y es un frontón muy especial, donde siempre me han tratado muy bien", expuso ante la ovación general. Se refería al triunfo en el Manomanista de Segunda en 1999. En Gipuzkoa le quedan más citas: Oiartzun y Azpeitia. Olaizola se retira de las canchas el 13 de noviembre, en su Goizueta natal.