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GOLF | RYDER CUP

Pesadilla europea en Wisconsin

EE UU inflige una durísima derrota a Europa en la 43ª edición con una exhibición coral de los jugadores locales en el único mal día de Rahm y Sergio.

Actualizado a
Shane Lowry.
TANNEN MAURYEFE

Aceptar el error, asimilar la situación, no pensar en negativo y seguir jugando. Golf y tenis comparten trabajo mental. Dos deportes en los que el error y el acierto confluyen y constantemente se entrecruzan. Y el jugador no puede detenerse en ninguno. Padraig Harrington, capitán europeo en la Ryder Cup de Wisconsin, llegaba a la jornada final de la 43ª edición perdiendo por 11 a 5 y muy cuestionado por diversas decisiones en la elección de las parejas en los foursomes y fourballs. El irlandés debía ordenar a sus 12 jugadores para los enfrentamientos individuales en una estrategia sin plan B. Europa estaba obligada a empezar muy bien en los primeros partidos para hacer dudar al 'Dream Team' de EE UU.

Las cinco primeras elecciones debían teñir rápidamente de azul el marcador de Whistling Straits. Y le dio los galones a un guerrero, un talento precoz que lleva años buscando al niño prodigio destinado a suceder a Tiger Woods, un golfista que llevaba una Ryder CUp desastrosa... Rory McIlroy. El norirlandés, que ganó cuatro majors entre 2011 y 2014 y fue 95 semanas número uno antes de cumplir los 25 años, debía agarrar la bandera del 'Viejo Continente'. Después vendrían los hombres fuertes, las boyas en medio del océano a las que se habían agarrado en las jornadas iniciales: Lowry, Rahm, Sergio y Hovland. Cinco nombres para apelar al espíritu de Medinah de 2012 y transmitir al resto que el recuerdo y el ejemplo de Seve sigue vigente en sus corazones.

El sonriente McIlroy salió al tee del 1 con rictus serio, concentrado, listo para la batalla. Birdie y primer azul en los marcadores. El plan escribía su primera línea, faltaban completar la enciclopedia. Lowry hacía lo propio en el segundo partido. Otro azul. Steve Striker, capitán norteamericano, tragaba saliva y miraba a Scheffler que tenía al lado a su rival, Jon Rahm. Pero el líder de Europa que había mantenido a flote a su equipo llevando el peso sobre sus espaldas no tuvo su día...

A partir de ahí, el milagro de Medinah se fue transformando en la pesadilla de Wisconsin. El león de Barrika fue arrollado por el talentoso jugador de Dallas, que hace 12 meses era premio novato del año del PGA Tour, y perdió su único partido del fin de semana tras sumar 3,5 puntos de 4 posibles, Lowry sucumbía pronto también ante el imponente 'paseante tranquilo' Cantlay, el bombardero DeChambeau imponía su juego al de Sergio García desde el comienzo con un sensacional eagle en el hoyo de salida, el milimétrico Morikawa asestaba golpe tras golpe al benjamín Hovland para voltear la ventaja inicial del noruego (que finalmente logró igualar)... sólo McIlroy aguantaba y derrotaba a Schauffele, oro olímpico en Tokio, en el plan previsto de ataque.

Llegó tras el medio punto logrado por Morikawa al empatar con Hovland en el 5º partido de la jornada dominical. Con 7 partidos aún por terminar. El resto de Europa debía seguir luchando para evitar la peor derrota de la historia, repetida en tres ocasiones desde 1979, edición en la que se instauró el duelo actual. EE UU en 1981 y Europa en 2004 y 2006 habían arrasado por 18,5 a 9,5, un marcador sonrojantede rojo más intenso que el que inundaba los marcadores de Wisconsin, capital de Marte. Las lágrimas de McIlroy o Lowry dejaban patente el desastre europeo que seguía aumentando con las victorias de Dustin Johnson, Thomas, Koepka... La vieja guardia, Poulter y Westwood, salía en auxilio con sendas victorias, pero el triunfo de Berger ante Fitzpatrick dejaba el resultado final en 19 a 9. La mayor paliza desde 1979.

ASÍ QUEDA LA PUNTUACIÓN DE LA RYDER EN WISCONSIN.