Pacquiao, contra el tiempo
Manny Pacquiao se enfrenta este sábado a Yordenis Ugas por el Mundial WBA del peso welter. El filipino, de 42 años, no se sube al ring desde julio de 2019.
La palabra "postponed" (pospuesto, en inglés) atraviesa los carteles que la maquinaria del merchandising estadounidense había fabricado, en camisetas, para la pelea entre Manny Pacquiao (62-72, 39 KO) y Errol Spence. Con la baja médica del local, a diez días para el pleito, Yordenis Ugas (26-4, 12 KO) se enfrentará a la leyenda y por la parte delantera de las camisetas citada luce el nuevo cartel. Una huida hacia delante en toda regla en la mercadotecnia y en un combate que todos deseábamos ver. Nadie podía permitirse que PacMan no pelease. El filipino, de 42 años, sabe que lucha contra sus oponentes, pero sobre todo con el paso del tiempo. No se sube al ring desde julio de 2019. Demasiado tiempo.
Esa parada, hizo que la WBA le quitase el cinturón del peso welter que había ganado sobre el ring ante Keith Thurman. Yordenis Ugas, que había ganado un cinturón interino (septiembre de 2020), ocupó su lugar en los despachos. Cuando PacMan anunció su vuelta, pidió recuperar su status, pero la WBA dijo que no. El enfado del filipino era de aupa, y se centró en Spence (monarca WBC e IBF del welter). El destino quiso que finalmente el campeón WBA en el ring y el del despacho se acaben cruzando este sábado. La pelea pierde sin Spence, obvio, pero no será un paseo como muchos pueden pensar.
Ugas, de 35 años y bronce en los Juegos de Pekín 2008, es un gran boxeador. Fiel representante de la escuela cubana, es un púgil diésel y con gran técnica. Un oponente muy difícil. Pacquiao pasó de ser el teórico underdog a ser el favorito. Sobre el papel lo es, pero hay dudas. ¿Podrá el filipino estar a su mejor nivel tras dos años parado? Él cree que sí y esa es la ecuación que todos debemos despejar este sábado. La velocidad de PacMan es mayor y eso debería ser determinante en la primera parte de la pelea, la segunda, por el estilo de Ugas, debería ser para el cubano. Por tanto, el físico será clave y las cualidades que muestre el filipino también. Hay dudas, pero no hay que olvidar que hace dos años Thurman parecía invencible, pero le envió al suelo y le ganó a los puntos. Espera repetir y resolver la rencilla creada entre ambos. El ring de Las Vegas dictará el campeón real.
Pacquiao ha sido claro en la previa con respecto a su futuro. Primero verá cómo se encuentra este sábado y luego pensará su próximo paso. Él quiere combates contra Spence o Crawford... pero los plazos le pueden castigar. Su idea es presentarse a las elecciones presidenciales de Filipinas (mayo de 2022), por lo que se calcula que como máximo podría subirse al ring en noviembre. Después le tocará encarar la carrera política. ¿Le daría tiempo a recuperarse para recuperar lo perdido por Spence? Otra de las grandes incógnitas. ¿Podría ser la última pelea de la leyenda filipina? Una cuestión más para el zurrón. El Pacquiao vs Ugas es el combate de las dudas. La lucha contra el tiempo de PacMan es evidente. Este sábado tiene un nuevo asalto.