De Legutio a la Blume para ir a Arizona con un "inglés justito"
La carrera de Jon Rahm, campeón del US Open de golf, ha tenido numerosas etapas en las que el golfista vizcaíno ha crecido hasta convertirse en el número 1 del mundo.
A poco más de 100 kilómetros de Pedreña, el lugar de cuna de Seve, nacía en el barrio de San Telmo de Barrika, en 1994, un chaval tímido y callado que pasaba mucho tiempo entre adultos y que era hijo de una maestra de escuela y cuyo padre fue concejal del PNV en el pueblo. El golf y el Athletic centraban sus pensamientos de niño y desde el Club de Golf Larrabea de Legutio se lanzó al mundo con la firme idea de emular a su ídolo: Seve Ballesteros.
Ahí comenzó un sueño que se antojaba casi imposible que tuvo parada intermedia en Madrid, en 2010, aprovechando la oportunidad de crecer en la Escuela Nacional Blume, donde aprendió ejercicios físicos y psicológicos que usa a día de hoy, y que le llevó a la universidad de Arizona State pese a ir “muy, muy justito de inglés”. Tim Mickelson se fijó en él y era habitual ver a su hermano Phil, 'El Zurdo', en la grada con pantalones cortos y chanclas desgranando el potencial de aquel español que pegaba con desparpajo y buscaba banderas imposibles con control y éxito.
Posteriormente le 'apadrinó' y se convirtió en su tutor en la entrada en el PGA Tour tras una exitosa etapa de victorias universitarias con éxitos en el campo y reconociemientos fuera como el Ben Hogan Award, que se llevó dos veces, y que reconoce al mejor jugador del año. San Diego se convirtió en el segundo Barrika y Jon a base de trabajo, talento y su gen vasco fue creciendo. “Los españoles, y especialmente los vascos, que es la zona de donde yo provengo, somos muy testarudos”, explicaba en 'The Players Tribune'.
Un estilo de vida y de ser que le acompaña en todo “Es mi estilo de juego, pero es casi un modo de vivir. Si alguien de mi pueblo te dice que hará algo, mejor que le creas porque lo hará. Así somos”. Rahm es llano, directo y huye de la imagen de divo que acompaña a muchas estrellas. Y su personalidad casa a la perfección con el deporte que ama. “El golf trata sobre el respeto y el honor. Te da innumerables oportunidades para rendirte y se trata de automejorar, de competir. No importa cuánto cambies tú, el juego nunca cambia”, dice.