Paliza del Barça al Valladolid en el homenaje a Entrerríos
El asturiano, que se retira, recibió un sentido aplauso a cinco minutos del final del partido, en el que su equipo cumplió con el trámite.
El Recoletas hizo lo que pudo ante un Barcelona (21-32) que pugnará por el título de la Champions League en unos días y para el que, por tanto, estos partidos son un trámite y una forma de preparar esa cita europea.
El conjunto vallisoletano, a pesar de sus numerosas bajas, entre las que se sumó la de Turrado, salió con intensidad y ganas. No había presión ni nada que perder ante el vigente campeón de liga, en un partido aplazado, y buscó sorprender al potente rival con un ritmo alto y una seria defensa.
César Calle frenó a los catalanes en los primeros compases. Además, estos cometieron imprecisiones, lo que les impidió distanciarse en el marcador de manera temprana. Pero en cuanto calentaron motores, ya resultaron imparables, como suele ser habitual en la liga Asobal.
Pérez de Vargas también empezó a reclamar su protagonismo, cortando el empuje de los gladiadores azules, a los que resultaba tremendamente complicado detener a los lanzadores rivales, entre los que destacó el joven pivote Luis Frade, junto a Makuc y Langaro. Con todo ello se llegó al descanso con un 9-15 en el electrónico.
Un marcador muy corto para el todopoderoso Barcelona, que parecía estar ya pensando en su cita con la Final Four europea. Pero, precisamente con el objetivo de adquirir mayor ritmo competitivo, el cuadro azulgrana aumentó sus prestaciones, aprovechando la calidad de jugadores como Langaro, y también la renta (11-21). Pisonero detuvo el tiempo para tratar de reorganizar el juego de su equipo, no solo en defensa, sino también en ataque, donde habían perdido concentración y claridad de ideas. Pero poco se podía hacer ante el rodillo catalán.
El objetivo era competir hasta el final, buscando incomodar al máximo al Barça, y eso lo lograron, ya que la renta bajó de los diez goles en varias ocasiones. Algo muy meritorio, sobre todo, teniendo en cuenta esa gran cantidad de bajas que, para un equipo como el Recoletas, suelen pesar demasiado, si bien la ventaja terminó en once (21-32).