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GOLF | PGA CHAMPIONSHIP

Jon Rahm se lleva una bofetada del Ocean Course

Un error de cálculo en el 17 del campo de Kiawah Island descarrila la vuelta del vasco, que se aleja mucho de la cabeza. Sergio García (+6) no pasa el corte.

Jon Rahm se lleva una bofetada del Ocean Course
Maddie Meyer/PGA of AmericaPGA of America via Getty Images

Como diría la expresión popular, Jon Rahm fue a por lana, en este caso a Kiawah Island (EE UU), y volvió trasquilado. Un error de cálculo en el hoyo 17 (salió por el 10) truncó este viernes la segunda vuelta del vasco, que arrancó prometedora, y quizá dio al traste con sus opciones de levantar la Copa Wanamaker del PGA Championship.

Hasta que su bola se fue al agua en la salida de ese hoyo diabólico en el que hay que atravesar una laguna bajo el acoso de un viento impredecible, Rahm había mostrado todo el repertorio. Cazando calles y greenes por doquier y pateando bien selló los siete primeros hoyos con un -2 sin fallos. Pero ese hierrazo demasiado abierto ofusco al León de Barrika. No consiguió canalizar las malas vibraciones y siguieron bogeys al 18, al 4 y al par 5 del séptimo. Una serie de catastróficas desdichas que llegó a poner en peligro su billete a las dos últimas rondas. Consiguió salvarlo con dos pares en los dos hoyos finales para mantener el +3. 

Sergio y otros ilustres se despiden

La otra cara de la moneda le salió a Sergio García. El de Borriol, muy rezagado de partida con su +5 del jueves, no encontró el camino tampoco en el segundo día y se despidió de Carolina del Sur con un +1 para +6 tras firmar tres birdies y cuatro bogeys. Lo cierto es que la mañana emergió deliciosa en la costa de Carolina del Sur, con el viento más amable. Pero no por ello el campo se mostró más benévolo. Un total de 18 jugadores, de más de 150, sobrevivieron bajo par.

Entre los zarandeados, el sudafricano Branden Grace (-1 para -3), que lideró hasta que se topó con el agua del 17; o el canadiense Corey Conners, que partió en cabeza con -5 y se hundió hasta -2; o Ian Poulter, que llegó a estar segundo con -6 en el día y acabó con -2 para par. Peor les fue a otros ilustres que, como Sergio, cayeron hasta el punto de la eliminación, caso de Dustin Johnson (+7). El rey de la mañana fue el zurdo de San Diego, Phil Mickelson, que en una ronda de las suyas, caótica y llena de momentos brillantes, en un año en el que llega invitado y en la cuesta abajo de su carrera (ya ha empezado a jugar el circuito de veteranos) alcanzó el -5, ocho golpes menos que Rahm.

Por la tarde brilló especialmente otro sudafricano, Oosthuizen, que abrochó un magnífio -4 sin fallos en los once primeros y cerró empatado a -5 con Mickelson. También aceleró Matsuyama, vigente chaqueta verde del Masters, -4 para -3. Pero en general las tarjetas se llenaron de números rojos y el corte cayó hasta +5, lo que salvó de la quema a algunos como Spieth (+4)o Reed (+5). No a Schauffele (+6) ni a Justin Thomas (+6). Todo apunta a que la pelea por el triunfo del fin de semana será encarnizada. Una lucha de los mejores del mundo contra los elementos.