Garrigós, un oro a contrarreloj
El madrileño superó sus problemas físicos para colgarse la cuarta medalla europea de su carrera, la primera de oro: "Era la que me faltaba. Ya está virtualmente en los Juegos.
Ganar una medalla no estaba en los planes de Fran Garrigós cuando a mediados del pasado abril se plantó en los Europeos de Lisboa (Portugal). El mostoleño de 26 años llegó entre algodones, recién superada una lesión. "Llevaba tres semanas sin entrenar por un esguince de segundo y tercer grado en el tobillo. Solo pude prepararme la semana de antes, y con muy malas sensaciones", cuenta. Aún así consiguió hacerse con la cuarta medalla de su carrera en un campeonato continental, la primera de oro. "Era la que me faltaba", celebra.
Garrigós se deshizo en el camino al primer cajón del podio de -60 kg de rivales duros como el griego Karakizidi, el azerí Huseynov o el israelí Kokolayev. A estos dos últimos les derrotó con una técnica en la que ya es uno de los grandes especialistas mundiales, el Sode Guruma Jime, que consiste en utilizar las mangas de tu propio judogui para efectuar una estrangulación sobre el cuello del rival y obligarle a abandonar. "Me suele dar bastantes combates. Me gusta mucho el suelo y es sencillo. Quino (Ruiz, su entrenador) me sugirió probarla. No se ve demasiado, pero sí hay más gente que la utiliza". Ya en la final doblegó también al francés Mkheide, que resistió hasta la Técnica de Oro.
Este triunfo no supone la clasificación oficial de Garrigós para los Juegos Olímpicos, dado que el ranking aún no se ha cerrado, pero ya está virtualmente dentro, porque es sexto en la lista y "nadie" puede desbancarle de las plazas que dan acceso. Eso le ha llevado a renunciar a un torneo en Kazán (Rusia) para enfilar directamente los Mundiales, que arrancarán el 6 de junio como antesala de los Juegos: "Faltará mucha gente. Es un test previo para ver qué tal estamos y así lo afrontaremos".
Donde no va a contemporizar es en Tokio. Allí se ve peleando por una medalla. "Para eso entreno día a día y he hecho muy buenas competiciones, ganando a mucha gente que irá y que ha sacado medallas internacionales. Se puede hacer un buen papel", asegura. El hecho de que la sede sea la cuna de su deporte es un acicate más: "Si dejan ir al público japonés creo que, hasta donde permitan, se va a llenar y va a estar muy bien organizado".
Ocurra lo que ocurra en Japón, Garrigós ya se siente realizado con lo que ha conseguido en los últimos meses. Ni la pandemia ni los problemas físicos han podido apartarle de nuevos éxitos (además del citado oro se adjudicó el bronce en los Europeos de 2020) y eso le motiva: "Nos estamos dando cuenta de que los entrenamientos (que comparte con Niko Sherazadishvili, otra gran figura del judo español) y la preparación que estamos haciendo son muy buenos". Tocar metal por primera vez en unos Juegos es "el gran objetivo" y un "sueño" que parece estar cerca de hacerse realidad.