Ángel Fernández, con un dedo roto: "Lo damos todo siempre"
El extremo de los Hispanos se lesionó ante Francia y al llegar a Madrid se confirmó su rotura. "Talant me dio permiso para recuperarme en España", dijo a AS.
Faltaban siete minutos para la conclusión del partido por el bronce entre España y Francia. Los Hispanos dominaban por 32-26 y, con el partido encarrilado, Ángel Fernández se lanzó con todo a por un balón dividido con Remili. Ganó la disputa, pero no pudo acabar el partido. "En cuanto me di cuenta de que el dedo meñique estaba mirando para el otro lado, sabía que era algo malo. Es una buena muestra de que este equipo lo da todo hasta el último minuto", dijo el cántabro a AS. Al irse al banquillo, Maqueda, muy efusivo, celebraba ya con él el bronce. "Es un bruto, pero durante el partido se le perdona todo. Le tengo mucho cariño", añadió entre risas.
Ayer, al llegar a Madrid, se hizo pruebas que confirmaron las malas noticias: rotura de dedo, ya que se partió una falange del meñique de la mano derecha. "Una pena, ahora tengo que tener la mano cuatro semanas inmovilizada y las dos siguientes, si todo va bien, rehabilitación". Durante los distintos actos en la capital española (COE, CSD...), fue con la mano agarrada la mayor parte del tiempo para tener el menos dolor posible. De esta manera, y después de que su entrenador Talant Dujsebaev le diera permiso, no viajará a Kielce (Polonia) para recuperarse, al menos durante un mes, en España.
"Pese a la lesión, fue un gran Mundial. Creo que teníamos a los cuatro mejores extremos del torneo con Aitor Ariño, Aleix Gómez y Ferrán Solé (dentro del equipo ideal del torneo)". Ángel completa la lista de extremos de los hombres de Ribera. Precisamente, fue el jugador más utilizado por el seleccionador, con cinco horas, ocho minutos y dos segundos sobre las pistas egipcias. "Es una curiosidad, porque todos tenemos nuestro rol y Jordi reparte muchos los minutos. Somos un equipo que rota bastante".
España arrancó con un empate sufrido ante Brasil y luego siguió con una victoria agónica ante Polonia. Fue de menos a más en el torneo hasta lograr el bronce. "Creo que el punto de inflexión fue el partido ante Alemania, especialmente los minutos de la segunda parte que íbamos tres tantos abajo y dimos la vuelta para terminar ganando de forma holgada. Era prácticamente la primera vez que nos juntábamos todos desde el anterior Europeo, y no sabes cómo tu cuerpo puede reaccionar para ir directamente a un Mundial. Dimos la cara", celebró.
Este año cumplirá 33, aunque su estancia en la Selección aún se espera larga. "Tenemos jóvenes que vienen pisando fuerte. En este torneo se decía que éramos muy veteranos y sin tiro lejano, y al final fuimos de las selecciones que más corríamos, con muchos goles a la contra y de larga distancia. El futuro será igual o mejor para España, no tengo dudas", pronostica. Un torneo con condiciones nunca vistas en un torneo de balonmano de tal calibre a causa de la pandemia. "Es una pena, porque Egipto tenía unas instalaciones increíbles para este Mundial, pero la seguridad era la primero. Está claro que como la comida española hay pocas, pero fue una buena estancia". Un bronce, un dedo roto y otra brillante actuación en su currículum.