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GOLF

Tiger Woods: 'programado' para ganar desde la cuna

La primera parte del documental de HBO sobre su vida, estrenada este lunes en España, se centra en la influencia que tuvo Earl, el padre, en la forja del campeón.

Tiger Woods: 'programado' para ganar desde la cuna

Dice Sidney Lumet en Así se hacen las películas (Rialp, 1999) que uno de los temas de su filmografía son las pasiones y compromisos de los padres, que siempre son esquivados por los hijos. No es del todo cierto. A veces los hacen suyos, y otras veces se les imponen. ¿Es este último el caso de Tiger Woods? Es la pregunta que sobrevuela la primera parte de Tiger, el nuevo documental de HBO sobre la historia del gran campeón del golf contemporáneo.

Después de ver las imágenes y escuchar los testimonios (entre los que no se encuentra el del propio Tiger, que no ha autorizado la obra) uno se inclina a pensar que sí. De hecho a partir de lo expuesto no es descabellado decir que sin Earl Woods no existiría el Tiger que hoy conocemos, con su ascenso a los cielos, su caída a los infiernos, su paso por el purgatorio y su resurrección divina en Augusta en 2019.

Earl, un Boina Verde que estuvo dos veces en Vietnam, empezó a programar al chico cuando aún ni andaba. Le sentaba en su trona y se ponía a pegar bolas delante. Un día Tiger se bajó de su asiento, se cuadró y golpeó. La semilla del golf había germinado prácticamente antes que ninguna otra cosa en su cerebro. Kultida, la madre, también colaboró en el proceso. "Otras llevaban a sus hijos al parque, yo le llevaba al campo de golf", afirma en un vídeo (aunque ella sigue viva, tampoco participa). 

Desde que tuvo uso de razón, Tiger fue paseado por los platós televisivos como un genio en ciernes. Para 1996, cuando recibió el Premio Haskins al mejor golfista universitario de Estados Unidos, con solo 21 años, Earl ya le vendía como un Mesías que traería la paz entre las distintas razas y pueblos del planeta, una figura que trascendería el deporte, a la altura de Gandhi o Mandela. Unas frases en el discurso de entrega del galardón condensan una actitud  posesiva, casi enfermiza, hacia su hijo: "Este es mi tesoro. Aceptadlo, por favor, y usadlo sabiamente", ruega entre lágrimas.

"Le robaron su dulzura"

El control que llegan a ejercer sobre Tiger sus progenitores plantea dudas morales, aunque en ningún momento las relaciones parezcan tensas. Más bien todo lo contrario, se aprecia complicidad y amor sinceros con su padre, además de una inmensa pena cuando este falleció de un ataque al corazón en 2006. Es obvio en muchos pasajes del metraje, sobre todo cuando se le ve destrozar a sus rivales en aquella tormenta perfecta que protagonizó entre 1996 y 2002, que disfruta con lo que hace. Pero la sensación es distinta cuando emergen testimonios como el de una amiga de infancia, Amber Lauria: "Sabía que quería ser normal en muchas maneras, y que dentro de él había una persona confundida por ese mundo tan loco en el que le estaban metiendo". O como el de Maureen Decker, una de sus profesoras en la escuela infantil, que cuenta que alguna vez Tiger le pidió que sondeará a su padre acerca de probar otros deportes y que Earl nunca accedió. Tampocó toleró, ni él ni Kultida, su relación con Dina Parr, novia de la etapa universitaria a la que acabó dejando por carta. "Le robaron su dulzura", llega a decir Parr.

¿Realmente tuvo otra opción aparte de convertirse en la máquina más perfecta que el golf ha presenciado jamás? Parece que no, porque a su draconiana formación se le unió además un talento innato. Todas esas largas jornadas en un campo de golf reservado a miembros de la Armada, con su padre usando todo tipo de triquiñuelas para desconcentrarle, solo le aportaron el componente mental que le haría inmune a cualquier presión. Earl le dio una palabra que podía decir en caso de que quisiera acabar con el castigo psicológico en cualquier momento. Tiger nunca la pronunció y eso fue todo. Para bien y para mal.

La contrapartida fue una persona con carencias a la hora de manejar su vida privada y las relaciones sociales. Y eso, con unas cotas de fama y exposición rara vez vistas antes, formó un cóctel explosivo que terminó estallando. En la parte más oscura de su trayectoria se centrará la segunda entrega del documental, que se estrenará en España el próximo lunes 18.