La mentalidad de hierro de la natación
Sin apenas competición, los nadadores se reinventan. “Intentamos poner desafíos cada día”, explica Jordi Jou, concentrado con un grupo a 2.100 metros.
A más de 2.100 metros de altura, en uno de los pueblos más altos de Europa (Pas de la Casa, Andorra), un grupo de entrenamiento de la Real Federación Española de Natación (RFEN) convive cuatro semanas entre montañas nevadas en pleno octubre. Es miércoles y Jordi Jou, técnico del CN Sant Andreu, estímula la competitividad de sus nadadores para acabar la sesión de piscina.
Cada uno dice un tiempo que no debe rebasar: “Intentamos poner desafíos cada día. En el grupo no respiramos el aire olímpico. Cada día hay que ser mejores, sin objetivos. Esta es la filosofía. No creo en los estereotipos de que cada día hay que trabajar para algo, sino para ser mejor en algo”, profetiza Jou, mientras Joan Lluís Pons y Jessica Vall compiten en las calles 1 y 2 con el arrojo que han ofrecido en las grandes competiciones.
Desde febrero, solamente han nadado en Portugal y Francia. Y en dos semanas reaparecen en España, en el Nacional de piscina corta de Castellón. “A mí lo que me gusta es competir. Pero las competiciones no son lo que eran, casi sin público y en otro ambiente. Hay que adaptarse. Hay momentos negros”, detalla Pons, aunque nadie le frena en su afán de repetir final de los 400 estilos en Tokio y mejorar el octavo puesto de Río.
“El parón fue duro porque estaba fuerte, mi ciclo había sido bueno. Ahora se ha movido el árbol. Algunos rivales se pueden caer, pero aparecen otros. Tengo la experiencia de nadar finales, las sé gestionar y disfruto. Eso es una ayuda”, explica Pons, a lo que Jou añade: “Está entre los mejores en el nado, pero le penalizan los virajes. Por eso está concentración en piscina de 25 metros”.
También los virajes son la cuenta pendiente de Jessica Vall, quien ha pospuesto sus planes de ser “madre” un año debido al aplazamiento olímpico. “No quiero retirarme, quiero volver, como Ona Carbonell. A ver cómo le va a ella”, explica la barcelonesa.
"Quería ser madre y lo he pospuesto un año. No quiero retirarme, quiero volver como pretende hacer Ona Carbonell"
Vall, medallista mundial en 2015 y semifinalista en Río, también ha visto como “hay jóvenes que se han sumado a los 100 y 200 braza”, aunque “estamos intentando recuperar y potenciar su mejor versión”, dice Jou. La natación, que no rehuye del trabajo psicológico para que nadie se deprima, muestra su mentalidad de hierro antes la ausencia de competiciones.