El waterpolo toca fondo
Varios clubes catalanes no pueden entrenarse debido al cierre de las instalaciones y estallan: “Esto es una vergüenza”.
El waterpolo catalán solicitará un parón a partir de mañana debido a las últimas restricciones del Procicat (Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña) en las que, entre otras medidas, se aprobó el cierre de los centros deportivos durante al menos dos semanas. Clubes como el CN Sabadell o el Atlètic-Barceloneta, los dos más representativos, que han invertido 100.000 y 250.000 euros respectivamente para mejorar sus instalaciones y adaptarlas a las medidas de la COVID-19, han puesto el grito en el cielo. La Federación Española de Natación deberá decidir sobre las competiciones estatales en una reunión que tendrá lugar este martes, y todo apunta a que se deberán suspender debido a que el 80% de los participantes son catalanes.
Con un tuit y dos fotografías ilustrativas de la playa de la Barceloneta, con decenas de bañistas y gente practicando deporte, y de la piscina de Can Llong totalmente vacía, el CN Sabadell ha querido dejar claro su descontento. “¿Nos podéis decir la diferencia entre las imágenes? Vergüenza”. El CN Sabadell ha perdido 5.500 socios desde el inicio de la pandemia y ahora todo su personal, incluidos sus deportistas, están de nuevo inmersos en un ERTE. Sus primeros equipos pueden entrenar, pero todo ello supone un gasto para el club no solo económico, sino también social, pues sus abonados no pueden acceder al recinto.
A esta campaña se han sumado todas las entidades acuáticas que acumulan ocho meses de cierres, bajadas de socios, inversiones en adecuar sus instalaciones y de pérdidas económicas, lo que les aboca a una situación “crítica”. El Mataró, vigente campeón de la liga femenina, lleva dos días sin entrenamientos. Otros clubes como el Barceloneta, un gigante y uno de los mejores clubes de Europa, tampoco permitirá que entrenen sus jugadores por los sobrecostes, quienes además están en otro ERTE, y en este periodo ha perdido un 25% de los socios.
Estos clubes deportivos en su mayoría cuentan con deportistas olímpicos que ahora ven de nuevo frenados sus entrenamientos o competiciones, lo que provoca un serio problema también para su rendimiento posterior. Detrás de esta crisis que azota el waterpolo, justo en año olímpico y con las dos selecciones aspirantes al podio (ambos son subcampeones del mundo), también radica un cuestionamiento del modelo, en el que clubes privados o públicos absorben la mayoría de los internacionales con escasas o nulas ayudas por parte de las instituciones.