El Carpe Diem de Vall, reina en Loulé: “Vivimos el presente”
La nadadora del CN Sant Andreu explica sus mejoras durante el confinamiento y la mentalidad de la natación españolas tras el regreso.
En la piscina al aire libre de Loulé, al sur de Portugal, todas las marcas de los 30 nadadores españoles que participan son humanas, teniendo en cuenta el confinamiento y la falta de ritmo. Menos las de Jessica Vall. En los 200 braza, durante la primera jornada, marcó 2:24.83, por debajo de la mínima olímpica; y, este sábado, repitió en los 100 braza, con 1:07.31. “Ahora vivimos más que nunca el presente. Es lo que hemos aprendido del confinamiento. Todo es incierto, hay que disfrutar de cada sesión”, comenta la nadadora del CN Sant Andreu, que en noviembre cumplirá 32 años. La edad le permite conocer su cuerpo al detalle, como si fuera un mapa.
Vall pasó el confinamiento en una casa de Vallirana sin piscina. Intentó conseguir alguna por internet, pero no fue posible. Aprovechó los más de 60 días de encierro para mejorar aspectos técnicos con el biomecánico: “Utilizábamos las gomas y hacíamos los gestos para mejorar pequeños detalles”. Y se han notado en este Open de Natación de Loulé.
Pero el principal impulso para la natación española debe ser el psicológico. Se ha alterado el calendario y apenas hay competiciones. “Estamos trabajando mucho ese aspecto mediante visualizaciones e intentando controlar las emociones”, explica la barcelonesa, quien reconoce que “tuvimos suerte de tener el CAR de Sant Cugat a nuestra disposición y poder volver pronto. Ahora, en el club, tenemos que turnarnos para no ser muchos en la piscina y no podemos utilizar el gimnasio tanto como antes”.
Los nadadores españoles han perdido calidad en los entrenamientos debido a las nuevas medidas de seguridad, algo que no ocurre en otros países: “He hablado con compañeras belgas y holandesas y no pasaron tanto tiempo paradas. En ese sentido, creo que fuimos las que más nos perjudicó el confinamiento”.