El 'Vaquero' Navarrete sufre para pasar de nivel ante Villa
Emanuel Navarrete se proclamó campeón mundial WBO en el peso pluma al derrotar a Ruben Villa por decisión unánime. Es monarca de su segunda división.
Emanuel Navarrete ya está en el siguiente nivel. El mexicano, de 25 años, consiguió este viernes, en la burbuja de Top Ranks en Las Vegas, proclamarse campeón mundial WBO del peso pluma. Es la segunda división en la que es monarca, ya que también lo fue en el supergallo, categoría que dejó para crecer (el cinturón pluma estaba vacante porque Stevenson hizo lo mismo). Sin duda debe estar contento por el hecho, pero preocupado. Varió la división, pero de nuevo la pegada le volvió a salvar. Esta vez no fue un KO. Dos caídas permitieron que acabase ganando el pleito por decisión unánime (115-112, 115-112 y 114-112), de lo contrario la dinámica podría haber sido muy diferente.
El mexicano solo tiene un ritmo: fue al frente y buscó sus manos. Casi le sale bien el plan en el primer asalto. Con un gran upper tumbó a Villa, pero el estadounidense, que llegaba invicto, se rehizo y dio la cara en los dos siguientes rounds. La historia se repitió en el cuarto acto. Esta vez Navarrete llegó con una izquierda y mandó a la lona a su oponente. Recuperó bien Villa y siguió dando guerra. El KO no parecía la vida. Le tocó ir a los puntos por segunda vez en una pelea titular (cuando derrotó a Dogboe también lo necesitó) y tuvo que sufrir.
Villa, de amplio pasado amateur y que sustituyó a Jessie Magdaleno, quien creía que la bolsa era insuficiente, tenía mucho mejor boxeo y evidenció las carencias en ataque y en defensa del 'Vaquero'. Pese a ello, carecía de pegada, lo que fue clave. Navarrete no recibía daño y eso le permitía seguir empujando y lanzando golpes. La estadística no deja duda: el mexicano conectó 151 golpes de poder por 58. El ritmo, más allá de los fallos, y la contundencia le dieron el triunfo. Sin las caídas la pelea podría haber llegado otros derroteros, pero el Vaquero es un pegador y de nuevo se volvió a aprovechar. Debe tomar nota de muchas cosas para mejorar, pero de momento le toca disfrutar. Está en el siguiente nivel.