NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

DOPAJE | TERREROS

"Se ha perdido el 30% del total de los controles por el virus"

José Luis Terreros, director de la Agencia Antidopaje (AEPSAD) repasa con AS los problemas suscitados por la pandemia para vigilar a los tramposos.

Actualizado a
"Se ha perdido el 30% del total de los controles por el virus"
Dani Sánchez

José Luis Terreros ocupa la dirección de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte desde marzo de 2017. La AEPSAD dejó de hacer controles desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo hasta mediados de mayo. Mientras, incrementó su actividad de ayuda a los deportistas y ofreció sus recursos al Gobierno. El doctor riojano (San Asensio, 1956) repasa con AS la actualidad y las necesidades del antidopaje.

Cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia se detuvieron los análisis antidopaje. Poco a poco regresaron la competición y los controles.

Así es. Desde mediados de mayo, con la reapertura de los Centros de Alto Rendimiento (CAR), retomamos el programa antidopaje, que también aplicamos a las vueltas de las ligas de fútbol y baloncesto. Todavía nos falta para llegar al 100% de rendimiento, que quizá se alcance para septiembre u octubre, aunque ya estamos poco a poco en las casas y fuera de competición.

¿Cómo se efectúan esos test en tiempos de coronavirus?

Con más gastos, más medios, mucha documentación y protocolos especiales. España se unió a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Alemania para desarrollar un sistema lo más seguro en estas circunstancias, que la Agencia Mundial (AMA) aceptó y seguimos ahora mismo. Se usan guantes y mascarillas, se emplea el distanciamiento social y se rellenan formularios previos en caso de síntomas de COVID-19. Luego toca la desinfección del material, y manipular y trabajar sobre las muestras con otros requisitos concretos (la AMA implementó técnicas en sangre seca y mejoró la inteligencia artificial, así como desea conceder una mayor importancia a los valores recabados para el pasaporte biológico).

¿Se toparon con algún deportista contagiado?

No. De los realizados por nosotros únicamente dos resultaron sospechosos, pero no estaban infectados finalmente. En la previa del regreso a los entrenamientos y la competición hicimos test de anticuerpos y de detección.

Durante el confinamiento se dedicaron principalmente a la salud del deportista.

Sí, colaboramos con el Consejo Superior de Deportes (CSD) para crear un gabinete psicológico de atención a los atletas, que necesitaban por la incertidumbre de si se celebraba o no Tokio 2020. Cuando se aplazaron los Juegos, las cosas se normalizaron más. Las consultas de los doctores cerraron también, y volvieron con el reinicio de las ligas y la reapertura de los CAR, aunque más enfocadas a localizar el virus. Y aparte, mucho papeleo, videoconferencias y conexión telemática para avanzar en temas jurídicos y educativos. Unos meses muy costosos y con sacrifico a deshoras.

Como funcionarios y médicos en distintos departamentos, ¿no les llamó a filas el Gobierno al ascender la curva y colapsarse el sistema sanitario?

No, no reclamaron nuestros servicios. Eso sí, pusimos a disposición de las autoridades gubernamentales todos nuestros recursos, tanto humanos y tecnológicos, como de simple material. Desde que emplearan los laboratorios al envío de guantes, mascarillas y cualquier cosa que sirviera para la protección de los que se enfrentaron al virus en primera línea. Y desde aquí mi admiración y respeto para ellos.

Sin controles, ¿de qué manera sostuvieron el antidopaje?

Con un buzón para evitar un mal uso de los medicamentos y las autorizaciones terapéuticas, para verificar un correcto desempeño o aplicar las exenciones de forma retrospectiva; con las localizaciones de los deportistas siempre activas y en funcionamiento; o con la colaboración con las agencias y las federaciones internacionales que nos solicitaron analizar a extranjeros que residen en España. Además de con labores de investigación e inteligencia, y siempre en contacto con la Policía.

¿En cuánto estima la reducción de los test durante estos meses?

Muy cuantiosa, pero no sabría ofrecer una cifra exacta, aparte de que se debe mantener su confidencialidad. Antes de que se oficializara el estado de alarma, dejamos de controlar en La Rioja y en el País Vasco, dos de las regiones más golpeadas por el coronavirus en el inicio de la pandemia. Después vino el país entero desde finales de marzo a mediados de mayo. Tampoco hemos restablecido todavía el funcionamiento al 100% por el retorno tan rebajado de las competiciones. Calculo, de momento, que mínimo habremos perdido el 30% de los análisis totales en un año.

¿Y no teme que esta etapa se haya convertido en un oasis para los tramposos?

Existe esa probabilidad, aunque no creo que se hayan llevado a cabo planes de dopaje de alto rendimiento con las actividades aplazadas o directamente suprimidas. De cara a la Vuelta a Burgos hemos recuperado para nuestro programa a los ciclistas, con unos controles fuera de competición y los que correspondan cuando comience la carrera. Con la Policía entablamos un seguimiento de deportistas sospechosos y rastreamos sus operaciones por Internet. Procedemos a la apertura de expedientes disciplinarios y a denuncias en los tribunales en cuanto nos llegan pruebas de consumo o tráfico de sustancias prohibidas.