BALONMANO

Irún se engalana de amarillo en homenaje al Bidasoa de 1995

El Club vasco y el Ayuntamiento se reinventan para sacar adelante los festejos para celebrar el gran título continental de su historia logrado en Zagreb.

No era así como estaba planificado, porque el Bidasoa y el Ayuntamiento de Irún tenían otras previsiones para vivir a lo grande las bodas de plata de su título de campeón de Europa en 1995, que se cumplen este miércoles 22, en aquella final a ida y vuelta con éxito en Zagreb (Croacia). Algunas cosas se mantienen, pero reunir a los aficionados a día de hoy es imposible. Pero ha encontrado otra manera de sentirse partícipe de la fiesta y vinculado a la idea del Bidasoa: desde hoy comienza la cita de vestir de amarillo a toda la localidad fronteriza. Los habitantes de Irún están convocados a engalanar de amarillo sus balcones, el color del club de balonmano, en una demostración de homenaje popular al equipo más importante que hayan tenido.

Esta misma temporada el Club vasco ya tuvo la feliz idea de poner a la venta, en uno de sus partidos de la Champions, la camiseta de 1995. "Hicimos una edición limitada; se vendió entera casi sin llegar a la tienda. Habrá que hacer otra edición", decía Gurutz Aginagalde, el ahora presidente del Bidasoa, que hace 25 años era un juvenil del club.

No podrán convocarse a los históricos componentes de a plantilla, aunque están todos invitados a participar con los medios técnicos de comunicación actual. En aquel Bidasoa el líder era su entrenador, Juantxo Villarreal (73 años, Rentería) que estuvo 22 años en el banquillo de los irundarra (1975-1997), para abandonar con dos ligas, dos Copas, una Champions y una Recopa: regresó a su trabajo en la Diputación de Guipuzcoa. En aquel plantel había tres extranjeros de primera magnitud: el portero sueco Svensson (uno de los mejores de siempre), y los laterales Perunicic (enorme lanzador), serbio, y Kisselev (su hijo ha sido campeón del mundo júnior con España hace tres años), ruso. Y con ellos los pivotes Aitor Etxaburu (tan amigo del barceonista Ariño que el ahora internacional español le debe el nombre a este jugador) y Raúl Bartolomé (ganaría también la Champions en el Portland, con Kisselev), el central Fernando Bolea...Todos ellos están en el libro de oro de la historia moderna del deporte en Irún

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