Sincronizadas desde casa
El equipo español mantiene los horarios e innovan haciendo pesas con garrafas y asistiendo a charlas con Janet Evans, Bruno Hortelano o Santiago Segura.
Apriori, entre Janet Evans, Bruno Hortelano y Santiago Segura no hay ningún tipo de conexión, al margen de que los dos primeros son deportistas. Todos ellos, no obstante, han participado las dos últimas semanas en los entrenamientos de la natación sincronizada española, que de la mano de Mayuko Fujiki, la seleccionadora, está innovando desde casa con sesiones de trabajo que son "como en el CAR, pero sin piscina".
El equipo español se confinó en sus hogares después de que se confirmara un positivo en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Algunas, decidieron hacerlo en grupo. "Soy de Madrid, y allí las cosas estaban peor. Decidí aislarme en un piso con una compañera. Cogimos todo el material que nos fue posible, como gomas o tobilleras", relata Blanca Toledano. Para completar el entrenamiento, imaginación. Las garrafas de agua de cinco litros les sirven de pesas.
La jornada comienza a las 7:30, cuando Mayu, de meridiana puntualidad, les explica la sesión, en la que hay de todo. "No hemos parado. Todos los días hacemos cosas diferentes. Nos busca actividades, como entrevistas con deportistas. También nos manda tareas como buscar información sobre Juegos o atletas trabajando en equipo. También montamos un baile por grupos y luego votamos el que ha sido el más original", desliza Toledano, que reconoce que “no hemos perdido el hábito, Mayu nos lo pone muy fácil”.
Janet Evans fue la autora de una de esas charlas, sin duda una de las nadadoras más importantes de la historia. La estadounidense, ganadora de cinco medallas olímpicas entre Seúl 88 y Barcelona 92, fue la primera mujer en bajar de 16 minutos en el 1.500 libre, y sus marcas en los 400 libre o en los 800 aún le podrían dar podios olímpicos en la actualidad. "Nos dio su perspectiva de la vida y del deporte. Nos encantó", explica Toledano.
Obviamente, no todo es posible sin piscina. La sincronización de movimientos es el aspecto que más se resiente. "Hacemos lo que podemos, no todos los teléfonos van a la misma velocidad, ni la voz ni el movimiento están acompasados", apunta. Por eso mismo, ante estos impedimentos y por el avance de la pandemia, considera lógico el aplazamiento olímpico, lo que no ha generado un trauma. "Es posponer el objetivo. No variará nada".
La sincro solo tiene el billete asegurado para los Juegos en la modalidad de dúo. Con la ausencia de Ona Carbonell, que será madre a finales de julio, a priori las plazas serán para Paula Ramírez y Sara Saldaña, aunque siempre hay tres nadadores que compiten por las dos plazas. El equipo, en cambio, deberá ganarse el billete en un Preolímpico programado para finales de este mes de abril en Tokio, pero que, obviamente, se ha aplazado hasta nueva orden.
Mientras se reabre el CAR, la sincro no ha perdido la rutina. "Y eso se notará cuando volvamos", proclaman.