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NATACIÓN

Una cuarentena por ‘streaming’

El nadador Michael Andrew, una de las promesas de la natación americana, graba un episodio al día de sus entrenamientos por su canal de Youtube.

Michael Andrew.
Instagram.

Toda la vida de Michael Andrew, de solo 20 años, ha transitado en sentido contrario, como un kamikaze o el único cuerdo. Apartado de los programas de entrenamiento de la natación estadounidense, desde los 10 años se puso a las órdenes de su padre, un ex militar, que le dirigía en la piscina de su casa siguiendo una planificación poco convencional. Andrew simulaba las carreras, entrenaba con escaso volumen. Su objetivo era nadar siempre como si compitiera e ir corrigiendo sus movimientos. Eso le valió para ser profesional con 14 años, ganar medallas en Mundiales júnior y ser uno de los nadadores con más futuro en las pruebas de velocidad de todos los estilos.

Ahora, tenía muchas opciones de acudir a los Juegos de Tokio 2020 como ya fue al Mundial de Gwangju, el verano pasado, pero el aplazamiento pospone sus sueños. Su confinamiento en una casa en California, junto a su familia, está siendo una de las sensaciones entre la natación americana. Andrew posee un canal de Youtube con más de 45.000 suscriptores en el que, de vez en cuando, sube vídeos de sus entrenamientos y de sus quehaceres, con una personalidad propia de un hombre predestinado a salir en televisión. Pero ahora, en plena cuarentena, ha ido un paso más allá.

Cada día, Andrew cuelga un episodio de cómo ha ido su jornada. Su confinamiento es envidiable. La primera sesión, realizada la semana anterior, se ve a Andrew con su tabla de paddle surf para practicarlo en las aguas del Pacífico; en otro episodio, se le ve desayunando con su padre y hablado sobre la dieta de estos días; mientras que incluso analiza una carrera de 100 braza desde un punto de vista técnico o sorprende con una sesión de gimnasio con una cantidad de máquinas como si realmente estuviera en uno de verdad.

Andrew y su padre.
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Andrew y su padre.Instagram.

Apasionado de la natación, Andrew es capaz de nadar las pruebas de 50 y de 100 de todas las modalidades acuáticas con una marca que podría acercarse a los podios internacionales en el futuro, teniendo en cuenta de que los velocistas suelen mejorar a fuego lento, acompañada su técnica con su mejora muscular. Andrew se sale de los convencionalismos, y ahora, en pleno confinamiento por el Covid-19, no ha perdido la ocasión para seguir viviendo en un futuro tan virtual como real.