Miriam Gutiérrez se proclama 'Reina del mundo' en el Casino
Miriam Gutiérrez ganó el Mundial WBA Interino del peso ligero al derrotar a la venezolana Keren Batiz en el Casino Gran Madrid de Torrelodones.
Desde hace muchos años Miriam Gutiérrez es la ‘Reina’ del “mundo en un garaje” que es la Escuela de Boxeo de Jero García. Allí, la madrileña, de 36 años, tiene a una segunda familia y en ellos confió cuando decidió contar su historia personal (fue maltratada por su expareja mientras estaba embarazada de su primera hija). “Los golpes más duros te los da la vida”, repite la boxeadora. Así ha sido en su caso, por ello en el ring disfruta y hace disfrutar al resto. Así ha ido cosechando múltiples éxitos en su carrera deportiva. Con el Europeo bajo el brazo en marzo, el Mundial se le quedó a tiro y no lo falló. Este viernes, en el Casino Gran Madrid de Torrelodones, tenía la oportunidad de ser la ‘Reina’ del mundo. Lo fue al derrotar a la venezola Keren Batiz por decisión unánime (94-93, 95-92 y 96-91) y proclamarse campeona mundial interina del peso ligero por la WBA.
Batiz había prometido una batalla y lo llevó al cabo hasta el último segundo, aunque se tomó muy a pecho eso de “en el amor y en la guerra todo vale”, porque rozó la ilegalidad constantemente. Solo le costó un punto, pero pudieron ser más. El ritmo lo marco siempre Gutiérrez, quien estuvo cómoda en todo momento y supo minimizar los largos brazos de su oponente de inicio. Así, fue percutiendo con ritmo y dureza, pero Batiz siempre respondía en cuanto podía. Pese a esa acción-reacción, lo más peligroso de la venezolana eran sus malas artes. Embestía con la cabeza cada vez que entraba en la corta distancia y cuando estaban agarradas soltaba una y otra vez los tan temidos y perseguidos golpes ‘conejeros’.
Eso lo supo leer bien Miriam, logrando así desde el cuarto asalto hacer un gran ejercicio de defensa y contragolpe. Lanzaba menos disparos, pero eran muy precisos y claros. No fallaba uno. Batiz se veía fuera y sabes que tenía que cambiar. De nuevo apretó desde el sexto, y ahí Miriam no rehuyó. El cruce fue constante, Gutiérrez supo esquivar y pegar, pero la venezolana estaba cómoda. El terreno que quería y en el que fue nivelando el choque. Así, en el décimo asalto salió con todo y con una derecha recta envió a la española a la lona. Se rehizo rápidamente Miriam, y supo dormir la pelea (Batiz perdió otro punto por los golpes al riñón que soltó cuando Gutiérrez se agarró). Una última china en el camino para ser campeona Mundial y otra paradoja de la vida de la española: Miriam cae y siempre se levanta para ser la Reina.
El baile fue para ‘El Guinea’
Eusebio Arias apareció en el Casino Gran Madrid de Torrelodones con una ranchera y un sombrero mexicano. Era una declaración de intenciones de lo que iba a hacer. Quería bailar a ese ritmo, pero quien se impuso en la tarima fue Damián Biacho. El madrileño hizo su mejor combate como profesional y se impuso por decisión unánime (97-92, 99-90 y 96-93) para proclamarse Campeón de España del peso supermedio. El ‘Guinea’ (su apodo proviene del origen de su familia) fue cogiendo ritmo y acabó exhibiendo sus mejores cualidades: la distancia, la defensa y su capacidad de contragolpeo. Es uno de los boxeadores con más proyección en España y lo ratificó.
Había avisado Biacho a AS, en la previa, que “le costaría un par de rounds tomar el tiempo del combate”, y así fue. En el primero, Arias, más rodado, metió ritmo, sacó golpes e incomodó al local. Puro estilo mexicano. De principio a fin. No cesó Eusbio Arias en su empeño y siempre quiso tener el centro del ring. Así fue sacando trabajo y demostró su pegada, pero poco a poco Guinea le tomó el tiempo y empezó a quitarse manos. Con el paso de los rounds la dinámica no cambiaba, pero a Biacho se le veía más y más cómodo.
El cambio de tercio se evidencio en el sexto asalto, cuando Guinea comenzó a conectar combinaciones más largas y las manos sueltas eran precisas. Le gusta boxear hacia atrás, contagolpear y moverse y lo hizo, pero el peligro de Arias estaba presente en todo momento. En el noveno asalto, tras una larga serie de manos, el alicantino puso rodilla en el suelo. La guerra no había acabado. Se levantó y siguió lanzando con todo, pero con esa caída Biacho había acabado de decantar la pelea de su lado. El prospecto sigue creciendo.
Ricardo Hernández ganó la guerra a David Arteaga
Ricardo Hernández se arrodilló sobre la lona y gritó de alegría. Se acababa de proclamar campeón de Madrid del peso superpluma al ganar por KOT a David Arteaga en el sexto asalto en una tremenda batalla. Los dos la habían pronosticado y ninguno falló. Salieron sin complejos a medirse con el jab. Hernández estaba más rápido y su envergadura le permitía llegar antes cuando cruzaban los golpes. Poco a poco Arteaga iba tomando el ritmo, pero en el segundo asalto una izquierda le provocó un corte. Era preocupante, incluso tuvo que ser revisado por el médico, pero pudo seguir.
La pelea estaba muy igualada. El ritmo y la intensidad eran para Arteaga, pero Hernández era más preciso y estaba acumulando más golpes de poder. Con su derecha recta estaba dañando a su oponente y fue esperando su momento. Llegó en el sexto asalto, cuando al cruzar una derecha dejó muy tocado a Arteaga. El pupilo de Jero García se intentó agarrar, pero acabó cayendo. Arrojo tiene de sobra y se levantó, pero estaba tocado. Hernández aprovechó su momento y con la segunda caída la toalla de la esquina de Arteaga voló a la vez que el árbitro detuvo las acciones. Fue la noche de Weeman.