ATLETISMO | DESAYUNOS OLÍMPICOS
"Hasta ocho atletas españoles piensan en medalla en Tokio"
El atletismo visitó los Desayunos Olímpicos de AS con Raúl Chapado, presidente de la Federación Española, y los deportistas Fernando Carro y Celia Antón.
Agosto de 2020, estadio olímpico de Tokio. Es la fecha y el lugar único que aparece a corto plazo en la mente de los mejores del mundo en el arte de correr, saltar, lanzar, marchar... "Seguro que al menos ocho atletas españoles piensan al levantarse cada mañana que tienen opciones de medalla. Otra cosa es lo que suceda, pero sus cabezas están enfocadas en ello", explica Raúl Chapado, presidente de la Federación Española de Atletismo, en los Desayunos Olímpicos de AS. Este abulense, de 49 años, llegó al cargo hace tres para dar un lavado de cara e inculcar un lema: "Pasión por competir". "Si no somos los mejores, queremos que nuestros deportistas se dejen todo en la pista, Así hemos crecido en audiencias, en seguidores...", dice Chapado, acompañado de los fondistas Fernando Carro y Celia Antón.
España terminó en octubre los Mundiales de Doha, con el bronce de Orlando Ortega en 110 vallas y ocho finalistas. Eusebio Cáceres (longitud), Ana Peleteiro (triple), Cienfuegos (martillo) Adrián Ben (800), María Pérez (20 km marcha) y Bragado y Takacs (50 km marcha): "La realidad de nuestro atletismo es la que es y costará cambiarla. Tenemos a uno casi fijo entre los tres primeros que es Orlando y gente solvente para llegar a finales. En este deporte participan 214 países, algo que sucede en otros, pero aquí son realmente competitivos muchos. Países con menos recursos sacan bastantes veces mejores resultados que los 'ricos', es el caso de Kenia, Etiopía, Botswana, Jamaica...".
En Qatar fue undécimo en 3.000 obstáculos Fernando Carro, que se reconoce como "uno de esos atletas que sueñan en grande". En julio batió el récord de España (8:05.69) en Mónaco, ganó a varios africanos, y llegó a Doha con la cuarta marca. Después se encontró con una final endemoniada por el ritmo de kenianos y etíopes, que se han apuntado a la prueba "a lo bruto": "Me quedo con la sensación que tenía durante el verano. Me miraba al espejo y veía que si se daba un guión determinado tendría mis opciones de hacerlo bien. En cualquier otra final mundial con el tiempo que hice habría sido al menos sexto. Para Tokio me gustaría verme en una situación parecida".
Carro tiene 28 años y es de Canillejas, como Chuso García Bragado. "A él lo han adoptado ahora en Cataluña, pero es del barrio de siempre. La milla de marcha lleva su nombre. Es una leyenda, tuve la oportunidad de estar en el pasillo gigante que le hicimos en Río y fue la leche", comenta Carro. ¿Debe ser Chuso abanderado? "Da igual que lo sea o no. A nadie le parecería mal, pero su historia ya es inmensa por si misma. Es que cumplirá ocho Juegos Olímpicos. Todos, desde Barcelona 1992", concluye Chapado. "Y tiene 50 años, así que cualquiera de esta sala tendría la oportunidad de ser olímpico", bromea Carro.
"Si no somos los mejores, queremos que nuestros atletas se dejen todo"
Los marchadores, una de las grandes bazas siempre de España, vivirán los Juegos a casi 1.000 kilómetros de Tokio, en Sapporo. "En 2007, cuando nos ganaron los Juegos a Madrid, en Tokio ya tenían que elaborar un plan de seguimiento de las temperaturas y ahora de repente, a nueve meses vista, lo cambian. Además, en Sapporo si hace calor la humedad puede ser mayor que en Tokio", reflexiona Chapado sobre la modificación de sede de la que se han quejado varios marchadores y fondistas. Y sigue: "Y además, si es que le va peor a los japoneses, que se manejan bien en climas difíciles".
Pionera en el sueño de ir a Tokio 2020 es Celia Antón, fondista de Aranda de Duero de 22 años, que vio frenada por las lesiones su emergente y temprana carrera. "Una de mis frases favoritas es: 'Eres lo que superas'. Vale para el atletismo, pero también para la vida, para los estudios...", cuenta la burgalesa, estudiante de bioquímica, que fue bronce europeo Sub-23 de 5.000. Ahora mira a los Juegos: "No sé si iré o no, pero tener esa posibilidad ya es increíble. Se palpa en el ambiente, porque toda la gente que me rodea está en eso, como Carro. Esa inquietud está ahí y es fantástica".
Antón pertenece a la generación de incipientes talentos femeninos del atletismo español en la que están María Vicente (combinadas), Salma Paralluelo (400 vallas), Jael Bestue (velocidad). Esta hornada "viene fuerte", pero no estuvo en Doha, donde hubo 27 hombres y 11 mujeres. "Hubo muchos casos de atletas que no pudieron estar como Ana Lozano, Celia... que tienen nivel suficiente y vemos que hay muchas mujeres participando en campeonatos de España, en algunos casos más que hombres", relata Chapado. Antón añade: "El atletismo es un deporte igualitario y muchas veces es cuestión de ciclos. A lo mejor ahora no hay lanzadoras y dentro de dos años aparecen. En general, viene una generación muy buena, con María Vicente, por ejemplo".
Tanto Celia Antón y Fernando Carro tienen, no a corto plazo, sino a efecto casi inmediato los Europeos de cross en Lisboa (8 de diciembre). "Llevamos un equipo de un gran nivel y se podrá ver", afirma Chapado. La estrella emergente de esa disciplina es Ouassim Oumaiz, que ganó Atapuerca con 20 años. Antón correrá con las Sub-23, categoría en la que ya fue quinta en 2018. Carro tratará de sacar un buen puesto para el equipo.
"Este verano me miraba al espejo y veía opciones de hacerlo bien en los Mundiales"
El madrileño filosofa sobre la importancia del campo a través para los fondistas. "Hay un circuito en España muy potente, que nos asegura una estabilidad económica más allá de las becas de la Federación y los patrocinadores. Eso hace que tengamos una tranquilidad para saber que nos podemos dedicar a esto", señala Carro y va a una anécdota: "Una vez tuve una conversación con Arturo Casado, que es mi referente, y me dijo: 'Tranquilo, espera tu momento".
Lo que no tendrá Carro en verano es posibilidades de competir de nuevo en la final de la Diamond League, porque World Athletics (la Federación Internacional) ha suprimido de su programa los 3.000 obstáculos, el triple, el disco, los 5.000 y los 200. "No lo veo como algo negativo, aunque no sean de diamante se harán algunos obstáculos en los mítines y, sinceramente, entre mis objetivos no estaba ganar la final", aclara Carro. Chapado, que pertenece al consejo directivo de World Athletics, da su visión: "Los organizadores de los mitines son gestores privados y en un programa de una hora y media no caben todas las pruebas. Los atletas estaban molestos porque no se les comunicó directamente, pero se potenciarán otras reuniones como el Continental Tour".
La gran reunión española se celebró en el reabierto estadio de Vallehermoso. "Tenemos uno de los presupuestos más bajos y subsistimos con creatividad e imaginación", revela Chapado, que sitúa en el mapa el lugar en el que debe estar España a nivel atlético. "Nos fijamos en los países de alrededor, los de Europa. En los últimos Continentales de selecciones fuimos sextos y muy cerca de los terceros, con una descalificación incluida".
Y de una visión global de élite, a la calle, al asfalto de las carreras populares. Carro y Antón coinciden: "Este boom nos beneficia, se habla más de atletismo, los padres que corren llevan a sus hijos a las escuelas". Va Chapado: "Ahora hay casi listas de espera para apuntarse a atletismo, porque no hay tantas pistas y horas".
"En atletismo se entrena cuatro años para el día D y la hora H"
En ese asfalto de los runners se libra la guerra de la tecnología con el calzado, tras la irrupción del fenómeno de las Nike Vaporfly Next%, esas zapatillas con placa de fibra de carbono. "Hay una comisión de World Athletics investigándolas, pero yo lo comparo a la evolución de la pértiga. Primero eran de bambú y ahora son de fibra de carbono", cuenta Chapado. Carro, atleta Nike, las usa a menudo en sus entrenamientos: "Las he notado en que me han permitido hacer buenas sesiones y ser más continuo". Antón, de Adidas, aclara: "Vamos a ver, las zapatillas no hacen magia. De todas formas estoy segura que otras marcas también evolucionarán".
Chapado da un aviso: "Estamos en un época tecnológica del deporte. En ciclismo, en atletismo... Por ejemplo, en Doha los miembros del equipo japonés tenían una estación meteorológica y aplicaban los datos en tiempo real. Es una cuestión de mentalidad, guste o no el deporte va a evolucionar conforme a los nuevos tiempos". Y Tokio 2020 y Japón tienen un objetivo: organizar los Juegos más tecnológicos de la historia.
Chapado hace cuentas y ve que sobre 45 o 50 atletas irán a la cita olímpica. Allí quieren estar Antón y Carro, que tira de sus recuerdos en Río: "Se crea un nexo especial. En la Villa Olímpica sientes que eres parte de algo. Hice amigos judocas, boxeadores... con los que ahora coincido en la Blume. Por ejemplo, conocí a Carlos Coloma en Navacerrada entrenando y luego vi que había ganado medalla y le felicité. Estaba en la habitación de enfrente de Nadal". Fue precisamente el tenista el que dijo: "No me perdería por nada estar en la Villa Olímpica". El año olímpico es mágico, pero tiene un componente de presión que se define en la sentencia de Celia Antón: "En este deporte entrenas durante cuatro años y todo se decide el día D y la hora H". Rumbo a Tokio 2020.